Hamilton toca fondo: la temporada que redefine al siete veces campeón

Lewis Hamilton vive en 2025 la temporada más dura de su carrera. Lo dice la estadística y lo admite él mismo. Después del Gran Premio de Las Vegas, con un Ferrari sin ritmo y un octavo lugar heredado por descalificaciones, el siete veces campeón resumió su curso con una frase que golpea su propia historia: es la peor temporada de su vida como piloto de Fórmula 1. Para alguien que convirtió la victoria y el podio en rutina durante casi dos décadas, el contraste alcanza dimensiones históricas.
Su llegada a Ferrari prometía una historia distinta. El fichaje se presentó como el último gran reto, el capítulo final de una carrera que ya incluye siete títulos, 105 victorias y más de 200 podios, cifras que lo colocan en la cima de casi todos los récords de la categoría.
La realidad del 2025 ofrece un escenario completamente opuesto: Ferrari no gana una sola carrera, Hamilton no sube al podio en ningún domingo y el equipo apenas sostiene el cuarto lugar en el campeonato de constructores, lejos de Red Bull, McLaren y Mercedes. En el Mundial de pilotos, el británico ocupa el sexto puesto con 152 puntos, sin victorias, sin poles y con solo una vuelta rápida. Para un piloto acostumbrado a pelear campeonatos, ese balance describe un derrumbe real.
La comparación con sus temporadas más difíciles ayuda a dimensionar el golpe. Hasta hace poco, su año más flojo aparecía en 2024, cuando cerró séptimo con Mercedes. Antes de eso, 2022 marcó su primer campeonato sin victorias, aunque entonces acumuló podios y 240 puntos que lo mantuvieron en zona competitiva. Incluso en 2009 y 2011, temporadas irregulares con McLaren, rescata victorias, poles y actuaciones que preservaban su estatus de referencia. Ninguno de esos años se acerca a un 2025 sin podios dominicales, sin triunfos y con un coche incapaz de responder a lo que él exige.
El 2025 rompe todos los patrones previos. Hamilton cierra el calendario sin una sola victoria y sin un podio, con un déficit evidente frente a su compañero Charles Leclerc. Solo su triunfo en la sprint de Shanghái evita un cero absoluto en la cuenta de primeros lugares. La estadística convierte este año en algo más que una mala racha: es un registro que no aparece en ningún otro capítulo de su carrera.
Los fines de semana recientes confirman esa sensación de estancamiento. En Qatar, el Ferrari carece de ritmo y Hamilton queda fuera de los puntos. En Brasil, cae en la Q2 y asume que desde esa posición no existe margen para aspirar a algo importante. En Las Vegas, arranca último y su avance depende más del caos externo que de una recuperación real. Carrera tras carrera, la imagen se repite: un campeón atrapado en un monoplaza que no se ajusta a su nivel.
La comparación con otros años oscuros subraya el peso del 2025. En 2009, McLaren reacciona en la segunda mitad del año y Hamilton suma triunfos. En 2011, a pesar de errores, vence en múltiples carreras. En 2022, aun con un coche limitado, su ritmo mejora a final de temporada y regresa a pelear podios. Nada de eso ocurre ahora: Ferrari se queda sin evolución y Hamilton permanece sin respuestas.
El lado emocional también emerge con claridad. Tras Las Vegas, admite sentirse “terrible” y acepta abiertamente que la temporada supera cualquier dificultad previa. Para alguien que siempre respondió en los momentos críticos, reconocer ese nivel de frustración habla de la magnitud real del desafío.
Las preguntas inevitables miran al futuro: ¿qué significa este año para su legado y qué puede cambiar con la llegada del reglamento 2026? Su legado permanece intacto. Siete títulos, más de cien victorias y una colección de récords que probablemente nadie igualará en décadas. Respecto al futuro inmediato, Hamilton deposita su esperanza en el nuevo reglamento: coches más ligeros, motores renovados y un tablero técnico que podría resetear por completo el orden actual. Para Ferrari, ese cambio representa el punto de partida que todavía no encuentra. Para Hamilton, podría convertirse en la última gran oportunidad de volver a la cima.
Por ahora, el diagnóstico es directo. Las cifras señalan el 2025 como su peor temporada completa. Él mismo lo confirma. Y, aun así, la historia demuestra que los años más difíciles no destruyen a los campeones, sino que revelan la profundidad de su ambición y la fuerza de lo que están dispuestos a recuperar.
