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Pierre Nkurunziza es el presidente de Burundi desde el año 2005. Hasta día de hoy había causado mucha controversia por su homofobia, de hecho, incluso empezó en su país una persecución contra los homosexuales. Además, también es un gran fanático del fútbol y de la religión cristiano. De hecho, juega en un equipo semiprofesional llamado Haleluya FC. El objetivo de este club es expandir el mensaje de la oración a través del deporte rey. Lo que no sabemos es si conseguirá demasiado con acciones como la que dan vida a esta noticia.

Como es de esperar con un presidente que dirige su país con mano de hierro con actos tan polémicos como la persecución a los homosexuales, los rivales, normalmente, suelen dejarle jugar. Él ocupa la posición de delantero y no suele encontrar demasiados impedimentos para avanzar hasta la portería contraria. El pasado 3 de febrero esto no fue así y, Nkurunziza, enfadado, mandó a prisión a los defensas rivales.

¿El motivo? Los jugadores hicieron un marcaje férreo sobre el presidente e incluso se atrevieron a hacerle alguna entrada que podría haber acabado con su cuerpo en el suelo… ¡en más de una ocasión! Se les ha acusado de conspiración contra el presidente y la república y han acabado con sus huesos en la cárcel, ellos y el entrenador Cyriaque Nkezabahizi. Cabe resaltar que los defensas eran refugiados congoleños que puede que incluso ni siquiera supieran a quién tenían enfrente.