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El técnico azulgrana está firmando una temporada brillante y tras superar las primeras dudas ha conseguido implantar su modelo de juego en un equipo con un estilo tan característico.


El primer año de Ernesto Valverde en el banquillo del FC Barcelona está siendo inmejorable. Después de la marcha de Neymar y tras caer derrotados en la Supercopa de España las dudas se instalaron en el Camp Nou, pero fue empezar LaLiga y el equipo comenzó a andar. Y hasta ahora la temporada azulgrana está siendo prácticamente perfecta.

En Liga son líderes invictos con once puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, son finalistas de Copa y están clasificados para los cuartos de final de la Champions.

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El equipo funciona como un reloj, pero Valverde ha modificado la forma de defender. La principal seña de identidad del FC Barcelona es la posesión y en las últimas temporadas con Luis Enrique y sobretodo anteriormente con Guardiola el equipo se defendía con el balón, sin dar opción a los rivales.

Con Valverde el equipo sigue siendo igual de sólido atrás, pero la forma de defender es diferente. El Barcelona ya no domina la posesión como antes sino que ahora también defienden sin balón, juntando las líneas, y aunque en el juego no domine a los rivales igual que antes los resultados confirman que la apuesta de Valverde es tan válida como la histórica del club.

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En las 29 jornadas de Liga el Barcelona es el equipo más goleador con 74 goles y también el menos goleado con 13 tantos. Leo Messi es el pichichi de LaLiga con 25 tantos mientras que Ter Stegen ocupa el Zamora con una media de 0,45 goles encajados por partido.

Así pues, Valverde le ha dado una vuelta de tuerca al ADN Barcelona y la apuesta está funcionando. Gracias al técnico extremeño el FC Barcelona ha descubierto una nueva forma de defender que también le da resultado, un arma más para un equipo que ya de por sí es difícil de superar y que sabe adaptarse a las circunstancias de cada partido.