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Cuando Rodrigo Ares de Parga tomó las riendas de Pumas como presidente del club, la difícil situación económica lo llevó a estallar una bomba de doble efecto en el Draft del verano de 2016: vendió a Ismael Sosa, por entonces referente del equipo, y sanó eventualmente las finanzas de la institución a costa de la implosión universitaria en la tribuna, que a la fecha aún reprocha la partida de su ídolo.

Ahora, una situación similar está por suceder en Ciudad Universitaria. De acuerdo al Diario RÉCORD, la escuadra del Pedregal busca vender a dos jugadores suyos para solventar, de nueva cuenta, los problemas económicos del equipo  y a su vez tener los suficientes fondos para fichar a otro par de elementos.

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Aprendida la lección, Ares de Parga habría advertido a la gente encargada de las diligencias financieras que la salida de Nicolás Castillo está prohibida por la efectividad e identidad que ha generado, por lo que los 'sacrificados' serían Mauro Formica y Marcelo Díaz, quienes llegaron a Pumas para el Apertura 2017.

De hecho, siempre según la misma fuente, Castillo tendría un acuerdo de palabra con la directiva azul y oro de no partir a otro equipo en México y únicamente podría salir al fútbol europeo bajo la aplicación de su cláusula de rescisión.

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Aún con ligeras chances de Liguilla, Pumas se medirá este domingo en CU ante el Puebla por la jornada 15 del Clausura 2018. Precisa ganar o de lo contrario quedaría prácticamente eliminado.