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En la Segunda División de Irlanda se vivió uno de los goles más raros del año tras un blooper de un guardameta que demostró su poco conocimiento de las reglas del fútbol y terminó por regalarle un tanto al equipo rival, que por poco complica las aspiraciones de su club.

Todo se dio luego que, en los últimos minutos del encuentro que su equipo, el Galway United, ganaba por el marcador de 2 a 0, el guardameta intentando ganarle algo de tiempo al reloj quemando segundos tras recibir un balón, aduciendo que los cordones de sus zapatos se le habían desamarrado, por lo que soltó el balón y lo volvió a tomar con sus manos.

Sin acordarse que eso significa una infracción sancionada con tiro libre indirecto, el portero no reaccionó y permitió que un jugador del Cabinteely tomara el balón y cobrara rápidamente, habilitando a un compañero que solamente tuvo que empujar el balón al fondo de las redes.

Pese a esto, su equipo ganó 2 a 1, lo que no impidió que el blooper se haga viral rápidamente.