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En su momento, Albert Einstein dijo que había dos cosas infinitas, la estupidez humana y el universo; y de la segunda no estaba seguro. Sin embargo, después de ver lo que ha hecho este fan peruano, bien podría haber considerado como algo infinito la picardía del ser humano, aunque bien se podría definir como una estupidez.

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Miguel F, aficionado peruano, decidió ver el debut de Perú en la Copa del Mundo 36 años después de la última vez que acudieron a un Mundial. Le fue imposible encontrar una entrada convencional, así que tomó la decisión de engordar para conseguir una de las entradas que reserva la organización para personas con movilidad reducida.

"Las únicas entradas disponibles en la web de la FIFA eran para discapacitados", dijo el aficionado para Clarín. "Vi los requisitos, estar en silla de ruedas, condiciones específicas para mujeres o sufrir de obesidad mórbida, por encima de 35 en el Índice de Masa Corporal. Yo estaba en 30 así que hice las cuentas y engordé 25 kilos", concluyó el aficionado peruano.

Respecto al modo, Miguel siguió un plan de engorde y en solo tres meses consiguió su objetivo. "Compré las entradas y luego empecé a engordar. Comía de todo, sobre todo hidratos de carbono. Tenía tres meses para presentar el certificado de obesidad y por suerte lo cumplí", afirmó. No solo consiguió su objetivo, sino que además obtuvo una ubicación en el estadio mejor que la que hubiera logrado con una entrada convencional.

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Lo más increíble de todo es que su medida no fue tan radical, según sus propias palabras. Uno de sus amigos había pensado incluso romperse la pierna con tal de poder obtener una de las entradas de movilidad reducida.