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En fútbol actual es muy común ver como el último defensa del equipo revienta el balón lo más lejos posible para alejar cualquier tipo de peligro sobre su arco. Algo similar pasó en Suiza, pero con un final muy curioso.

Un jugador del Sion mandó un trazo desde el centro del campo,

Dragan Mihajlovic

70 metros.


Suerte o no, fue un GOLAZO.