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Valverde está muy satisfecho con la plantilla que tiene a disposición, y no es para menos. El club blaugrana ha hecho varias inversiones y se ha gastado 120 millones en reforzar al primer equipo para que pueda luchar por todas las competiciones y así conseguir el ansiado objetivo de la Champions League, que lleva 3 años seguidos en casa del eterno rival.

Ahora el equipo cuenta con un once de garantías, pero también con profundidad de banquillo. Eso se pudo ver en el estreno liguero ante el Alavés, donde el Txingurri no alineó a ninguna de las incorporaciones de inicio ni tampoco a Coutinho, que es el fichaje más caro de la historia del Barça. O lo que es lo mismo, 294 millones de euros ha sido lo que ha costado el banquillo del equipo.

Y es que los suplentes estaban compuestos por Cillessen (13 millones), Coutinho (155 millones), Malcom (41 millones), Lenglet (35 millones), Arthur (31 millones) y Arturo Vidal (19 millones). A esos siete jugadores hay que añadir a Rafinha, que no costó nada puesto que viene de las categorías inferiores del club.

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Se trata sin duda del banquillo más caro de la historia del Barça, que supera con creces al del año pasado (131 millones). Los Digne, André Gomes, Aleix Vidal o Yerry Mina ya han pasado a la historia y fueron vendidos, ya que estos no fueron determinantes el curso anterior.

Lo único que seguramente echen en falta los culés son jugadores formados en La Masía. Claramente, este concepto está dejando de importar a la directiva blaugrana, que ha ido realizando grandes inversiones en los últimos años y dando menos oportunidad a los jugadores de la cantera. El dato que más sorprende es precisamente que el pasado sábado sólo Rafinha procedía de La Masía, mientras que hace cinco temporadas hubo partidos en los que todos los miembros del banquillo eran jugadores formados en en las categorías inferiores del club.

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