El FC Barcelona tiene que dejar de buscar centrocampistas y debe conseguir un buen '9' con urgencia
La filosofía nos ha enseñado que nada fue, es, ni será eterno, salvo las ideas. Solo que estas propias ideas van avanzando y modificándose con el tiempo, algunos lo llaman revisionismo o incluso reformismo pero esto sería inmiscuirse en una filosofía más cruda de la que necesita el fútbol, o tal vez en política, otro factor que no debería afectar en el esférico, el césped y el graderío. Nada es eterno, nada es para siempre, tampoco Luis Suárez. El Camp Nou debe asumirlo. El FC Barcelona debe dejar de buscar recambios para el centro del campo y buscar un delantero de futuro que pueda dominar el área blaugrana cuando el charrúa ya no esté.
De nuevo filosofía, filosofía blaugrana, de la Masía. Aquel estilo que tanto vanagloriaron en su momento, el cruyffismo que Guardiola, el filósofo, reformó (otra vez el dichoso reformismo), perfeccionó y con el que el Barcelona fue imbatible. Una filosofía de juego y de club por la que muchos culés acusan de traidor a Bartomeu y que podría solucionar el problema. Maldito fútbol moderno. Y hablamos de fútbol moderno sin nombrar la excéntrica camiseta que vestirán los culés la próxima temporada. Tampoco nos referimos a este por los turistas del Camp Nou y las protestas políticas de barrios de la Ciudad Condal que bien podrían afectar al fútbol. Hablamos de fútbol moderno por la renuncia del Barcelona a su filosofía, a su cantera. El interés de los culés en jugadores como Pogba mientras Aleñá llama una y otra vez a las puertas del primer equipo. Nadie le escucha. Una cantera que podría solucionar las alternativas en el centro del campo y aplicar el fútbol que enorgullece al Camp Nou.
Solución de la cantera para la fijación en el gol. Si el gol fuera una filosofía, Luis Suárez podría ser Platón, Hume, Kant… incluso Marx en algún momento. No sería Nietzche porque, pese a ser un superhombre, sería asesinar y terminar con Messi. Ilustrados del área. Pese a la grandeza del charrúa la gasolina se acabará. Pese a que se crezca en cada partido y haya hecho olvidar la lesión del 10, su coche está llegando a su fin. El FC Barcelona debe cambiar esos presupuestos inverosímiles que pretende destinar a reforzar el centro del campo y aplicarlo en la búsqueda del gol. El problema que acecha a cientos de ciudades y patrias del billete. Sin gol no hay fútbol. Sin recambio no habrá títulos. Jóvenes goleadores y no tan jóvenes surgen y su estilo podría adecuarse a la estética blaugrana. Otra vez el gol, otra vez la filosofía. Todo gira en torno al balón.