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Siempre se ha rumoreado que entre Messi e Icardi no hay buena relación. Todo ello es debido a que Mauro, jugador del Inter, le quitó la mujer a Maxi López, amigo íntimo de Leo. Eso ha que la tensión entre ambas estrellas incremente y que al goleador del Inter le cueste la ausencia en los últimos dos mundiales.

Si bien la crítica está dirigida para toda una generación de jugadores, Messi se lo puede tomar personal, en calidad de capitán. La responsabilidad del jugador que lleva la cinta en el brazo con la "C" impresa en grande no es tan solo quejarse con el árbitro en los momentos que parecen injustos, sino imponer las normas de convivencia dentro del vestuario. El capitán tiene que ocuparse de la comodidad de todos los integrantes del equipo y que los jugadores nuevos sientan que son parte de él.

El día de ayer fue Tagliafico quien expresó la diferencia entre ambos equipos. El lateral del Ajax aseguró que en la selección anterior era muy difícil sentirse parte ya que el grupo estaba formado y que, en esta, repleta de nuevos nombres, es mucho más fácil y cómodo sentirse parte.

La actitud que debe tomar Leo Messi frente a estas declaraciones tiene que ser constructiva. En vez de enojarse y volver a ponerle la cruz a sus compañeros, debería tratar de entender las sensaciones de sus nuevos compañeros y trabajar para que todos se sientan cómodos.