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Lo ocurrido en los alrededores de la cancha de All Boys tras la derrota 3 a 2 en el clásico ante Atlanta, por la B Nacional, donde los barra bravas del club de Floresta atacaron salvajemente a la policía encargada de brindar seguridad en el partido, recorrió los principales noticieros del país y del continente.

Todo comenzó apenas terminado el encuentro, cuando los hinchas caracterizados quisieron ir en busca de los allegados del "Bohemio" para iniciar una disputa, enfurecidos por el resultado del transcendental enfrentamiento.

Ni los dirigentes, ni los periodistas partidarios ni la propia delegación del elenco de Villa Crespo pudo salir del Estadio Islas Malvinas cuando finalizó el juego, ya que la policía no podía garantizar su seguridad.

Allí fue cuando los violentos avanzaron, y decidieron hacerle frente a todo lo que se les cruzara: patearon los móviles policiales, tomaron las vallas destinadas a la organización para usarlas en contra de los efectivos tirándoselas contra sus cuerpos y agarraron todo elemento contundente que tenían a mano para provocar disturbios y desatar la barbarie.

Apenas se registran tres hombres detenidos, todos mayores de edad, y los policías heridos ascienden a 16, más dos patrulleros y una moto destrozadas. ¿Hasta cuando vamos a permitir que los violentos sigan adueñándose del fútbol?