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A Luka Modric nunca nadie le ha regalado nada. El croata de 33 años se ha ganado a pulso ser el último conquistador del Balón de Oro. Un premio que se le ha dado tras el gran año que ha hecho pero que también sirve como reconocimiento por toda una trayectoria llena de dificultades. Y es que repasando la vida del centrocampista, parece un auténtico milagro que haya llegado a lo más alto.

El futbolista ha tenido que librar una serie de 'guerras' que le han llevado a donde está ahora. La primera literal, la guerra de los Balcanes. Un conflicto bélico que estalló en 1991 y que pilló de lleno a Modric cuando este tenía tan sólo 5 años. La familia de Luka tuvo que emigrar a Zadar, tal y como reveló el director deportivo del equipo de la ciudad en un documental sobre la vida del jugador. "Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. No tuvieron otra opción que huir a Zadar para no ser asesinados a través de los bosques y las montañas".

Allí dio sus primeros pasos en el fútbol de la mano de Tomislav Basic, su padre deportivo y en aquella época director del Zadar. Y allí se llevó el primer rechazo de su carrera de la mano del Hadjuk Split, equipo al que acudió a hacer una prueba a espaldas de Basic. Modric fue descartado por ser un jugador muy pequeño y Basic le castigo varios meses.

En vez de venirse abajo, Lukita trabajó más duro y superó ese conflicto para finalmente ser fichado por el eterno rival del Split, el Dinamo de Zagreb. Pero una vez allí también tuvo que superar más dificultades. Fue cedido dos temporadas seguidas, en Bosnia (Zrinjski Mosta) y Croacia (Inter Zapresic), para luego regresar y convertirse en uno de los mejores jóvenes croatas, lo que le llevó al Tottenham.

Una vez en la élite todo fue algo más sencillo, pero no se lo pusieron nada fácil para fichar por el Real Madrid. Cuando lo más sencillo hubiera sido no hacer nada, Modric forzó su salida porque creía que tenía nivel para jugar en uno de los mejores equipos del mundo, y no se equivocó. En la capital española enamoró a todo el mundo del fútbol y libró batallas para convertirse en ganador de la Champions League.

La última 'guerra' que ha tenido que superar Modric ha sido el Mundial de 2018. Lideró a una selección que no estaba entre las favoritas ni mucho menos y con la que llegó a la final del torneo realizando épicas actuaciones sobre el terreno de juego. Todo eso ha desembocado en el Balón de Oro del Mundial, el premio The Best y ahora el Balón de Oro en lo que está siendo un año de ensueño para un Modric que se merece todo y más.