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Luego de hacer campeón a un Santos Laguna por el que pocos apostaban, una cuestión disciplinaria que nunca se aclaró por completo dejo a Robert Dante Siboldi fuera de la Comarca. Algunos meses después y para sorpresa de muchos, el uruguayo firmó con Veracruz, por diferencia el club más problemático de la Liga MX.

Honestamente, la decisión del charrúa parece no menos que mala y riesgosa. Desconocemos que motivos le orillaron para llegar al Puerto, pero a decir verdad no hay ningún sólo aspecto que haga a Veracruz un equipo al cual alguien que acaba de ser campeón quisiera llegar. Es una plaza en la que la única certidumbre es la inestabilidad y el proyecto deportivo brilla por lo ausente. 

Luego, el material humano a disposición es limitado. Salvo hombres como Bryan Carrasco, Adrián Luna, Cristián Menéndez y Pedro Gallese, los Tiburones no tienen un plantel que haga soñar con grandes cosas. Después y no menos importante, las recientes (y no tan recientes) polémicas que ha protagonizado el equipo y su dueño con diversos entrenadores, jugadores y la misma federación no son ni mucho menos alicientes positivos para asumir la dirección técnica del club.

Quizás ha sido la avidez de volver a dirigir tras su controversial salida de Santos, un necesario cambio de vida o simplemente el querer un nuevo reto deportivo, pero más allá de eso se encuentran pocas razones para explicar la decisión de Siboldi de calzarse el buzo de Veracruz.

Claro, acá hay que acotar que las condiciones no son nada nuevo para Robert. Antes de su repentino éxito con Santos cimentó su carrera como DT en el Ascenso con clubes como Cruz Azul Hidalgo, Dorados e Irapuato. La austeridad no es algo desconocido para un hombre al que los reflectores importan poco.

Por ello aunque acá creemos que su decisión es un grave error y que pudo haber aguardado un poco más para pescar una mejor oportunidad en la Liga MX, habrá que darle el beneficio de la duda Pocos creyeron en él cuando Santos lo colocó como interino (después lo confirmó) y termino levantando un título. A esperar y, por el bien de un entrenador que entusiasma en el fútbol mexicano, que su paso por Veracruz no se llene de controversias, como ha sido lo habitual en el último tiempo.