En una final histórica, River venció por 3 a 1 a Boca y se proclamó campeón de la Copa Libertadores por cuarta vez en su historia. Pese a que empezó perdiendo, el equipo de Gallardo mostró templanza y ráfagas de buen juego para dar vuelta el resultado y festejar un nuevo título. Repasamos lo bueno, lo malo y lo feo que dejó la final del torneo más importante del continente.
LO BUENO: después de tantas idas y vueltas, polémicas y acusaciones, el mensaje que se transmitió desde dentro de la cancha una vez finalizado el encuentro fue reparador. Los jugadores de River se acercaron a los de Boca para saludarlos con total respeto. Rodolfo D'Onofrio llamó a los hinchas millonarios a festejar en paz, sin violencia y sin cargar al rival. Los de Boca se quedaron viendo la coronación y aceptaron la derrota sin desmanes.
LO MALO: la lesión de Fernando Gago. Se confirmó que el volante de Boca volvió a sufrir la rotura de su tendón de Aquilés derecho, la tercera en los últimos 3 años y dos de ellas jugando contra River. Una lesión grave que amenaza con un retiro prematuro para el ex-Real Madrid.
LO FEO: que el partido más importante de la historia del fútbol argentino se haya tenido que jugar en Madrid. Se le quitó la posibilidad a miles de hinchas de vivir una fiesta única y posiblemente irrepetible y la imagen que el mundo recibió de la Argentina fue lamentable. Esperemos que este sea un momento de reflexión tanto de hinchas, de jugadores, de dirigentes y de políticos para que nunca más vuelva a pasar lo que sucedió el 24 de noviembre en el Monumental.