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Chivas fracasó en el Mundial de Clubes al ser el peor representante mexicano que acude a dicho certamen y ahora deberá enfrentar el próximo Torneo Clausura 2019 tras vivir un mal año en el campeonato de Liga MX, pero la pregunta es ¿podrán enderezar el barco?

La tarea de los chavos de Cardozo será bastante difícil pues aunque se han hecho con tres contrataciones como el zaguero Hiram Mier, el medio Dieter Villalpando y el delantero Alexis Vega; ya se desprendió de algunos elementos que fueron vitales para aquel triplete del 2017 como Edwin “Aris” Hernández y Orbelín Pineda, sumado al retiro de Carlos Salcido, a la espera de que otros más puedan partir y otros más puedan llegar.

Si de por sí al técnico José Saturnino Cardozo le costó encontrar regularidad en el equipo con los hombres que ya conocía; una vez más comenzará desde cero experimentando en las posiciones jornada tras jornada, lo que pondrá en riesgo la posibilidad de volver a una Liguilla tras tres torneos consecutivos de no hacerlo.

El problema número uno del Guadalajara probablemente seguirá siendo su ataque, el cual se quedó corto en la liga, Copa MX y Mundialito ya que Alan Pulido sigue sin ser solución, Ángel Zaldívar fue el mejor ariete pero ahora ronda la posibilidad de que también pueda salir en intercambio, mientras José Godínez, Juan José Macías (que ya fue vendido al León) y Ángel Sepúlveda (contratado en Necaxa) no funcionaron al cien, así que El Príncipe Guaraní deberá encontrar una solución rápida pero por ahora seguramente probará en el frente al tamaulipeco junto al ex-choricero.

Como todo cabeza de un proyecto, el estratega sudamericano asumió la culpa por el fracaso de la Liga y del Mundial de Clubes pero deberá enfocarse en encontrar un estilo ofensivo, el cual ha sido costumbre en el Rebaño, apostando por un cuadro con experiencia donde hasta ahora, a espera de los supuestos nuevos refuerzos, seguramente veremos a Raúl Gudiño en el arco, Jair Pereira y Mier en la zaga central, Miguel Ponce y Josecarlos Van Rankin en las laterales; en la contención Michael Pérez (aunque rumorea la llegada de Rafael Baca o Jesús Molina) y Walter Sandoval; en la media Villalpando, Javier López e Isaác Brizuela; y el mencionado ataque con Pulido y Vega, aunque deberá exigir la llegada de otros futbolistas para cada zona con lo conseguido en la venta del Mago y Pizarro.

Al ser el segundo equipo más ganador de México, los rojiblancos no pueden darse el lujo de seguir sin pelear por el título, más sabiendo que su acérrimo rival volvió a superarlos en cetros y aparte se burlaron de ellos durante los festejos, pero si llegará a suceder un cuarto descalabro consecutivo sin entrar a la Fiesta Grande es obvio que la directiva deberá tomar con más seriedad el asunto y debería abandonar, es decir, vender, algo que se ha pedido desde hace mucho tiempo, pues la afición espera el momento en que Jorge Vergara suelte a la institución para venderla a alguien que realmente aprecie al equipo.

Del mismo modo, si otra decepción ocurriera en el Clausura 2019, la primera cabeza que debería caer sería la del CEO de Grupo Chivas, José Luis Higuera, el hombre más odiado por los fanáticos tapatíos por sus malas decisiones, discursos motivadores engañosos y porque en el fondo realmente es seguidor de las Águilas, para colocar a alguien más que si sienta los colores del Rebaño, pues el técnico guaraní debería continuar para poder consolidar un proyecto así como los jugadores que realmente suden la camiseta en el certamen venidero y a los que llevan mucho tiempo sin hacerlo, y que no son figuras, deberían darles las gracias.

Por el bien del fútbol mexicano se necesita que el Guadalajara vuelva a los grandes puestos porque no está hecho para pelear el descenso, un fantasma que retorna para el siguiente Clausura 2019.

¿Podrá en algún momento Chivas volver a ser esa escuadra que imponía respeto?


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