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Estamos de acuerdo. El encuentro que disputaron el Real Madrid y el Kashima no es un lugar en el que mirarse para reconvertirse. Probablemente la final contra el Al Ain tampoco lo sea. Incluso si hubiera sido River Plate tampoco lo sería. Hace ya muchos años que el capitalismo y la explotación del fútbol dejaron atrás a los campeonatos latinoamericanos. 

Las grandes perlas de las calles llegan demasiado pronto a Europa y las estrellas que juegan en sus países suelen estar de retirada. Bien. No ser un espejo no debe incidir en que no pueda ser un punto de referencia. Un punto de referencia que al Real Madrid le ha salido en la izquierda y con coleta. ¡Quién lo iba a decir!

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Ayer Gareth Bale volvió a ser determinante, como en tantas y tantas finales. El jugador pasa la temporada entre algodones y altibajos pero se crece en las grandes ocasiones. Mucho más si lo hace partiendo desde su posición natural, la banda izquierda. El primer recuerdo grandioso de lo que es Bale en toda su esencia nos llega de aquella final en la que superó a Marc Bartra, por aquel entonces en el Barcelona, por la banda izquierda y anotó un gol que le dio el triunfo al Real Madrid. El más nuevo fue el hat trick contra los nipones. Goles que anotó desde la banda izquierda.

Izquierda, izquierda, izquierda, izquierda. Esa palabra le debe entrar en mente, no solo a sus entrenadores, también al propio futbolista que con ansias de grandeza en más de una ocasión pidió participar por el centro o desde la derecha para tirar diagonales. Su lugar es la banda izquierda. Un carrilero reconvertido a extremo que sabe tanto centrar como ser peligroso con su pierna buena. El Bale referencia del Real Madrid será en la izquierda o no será tal.

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Su participación por la izquierda no solo incide directamente en su fútbol, también lo hace en el de Benzema. El francés, el futbolista que más ha asumido galones esta temporada, se siente cómodo con la profundidad que le aporta su compañero por la banda. Entre los dos combinan y crean espacios. El francés no es el único que se divierte con Bale escorado. Esta posición permite a Marcelo sorprender desbordando por dentro y sacando toda su magia. Con Gareth Bale por la izquierda Karim es más Karim y Marcelo es más Marcelo

Si esto ocurre, el Real Madrid tiene muchas más posibilidades de volver a ser el Real Madrid. Muchas más que la que le otorga ganar un trofeo que pocos entienden y que carece de valor. Sueños de Intercontinental que la FIFA no igualó.