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A falta de una jornada para que acabe la primera vuelta de LaLiga Santander, el FC Barcelona ya se ha proclamado campeón de invierno tras su triunfo en Getafe. Los azulgranas caminan con paso firme hacia el título de Liga y ya aventajan en 5 puntos al Atlético de Madrid, mientras que han dejado al Real Madrid a 10 puntos en la quinta plaza. La situación es idílica para que el Barça vuelva a demostrar que es el equipo más regular del campeonato a final de temporada pero este tipo de premios como ser campeón de invierno no deben hacer que el equipo se relaje ni se confíe.

El Barcelona ha sido el mejor equipo de España en las primeras 18 jornadas, así lo dice la clasificación, pero aún quedan 20 partidos para que se acabe LaLiga y en estos meses la situación puede dar muchas vueltas. Si el Barça ha sido el equipo más regular hasta ahora es porque ha trabajado sobre el terreno de juego y es el que menos errores ha cometido, pero un exceso de confianza puede provocar que ya no seas el mejor en las jornadas restantes y el título acabe en otras manos. 

El Barça, como todos los equipos, debe seguir mejorando para afrontar el segundo tramo de la temporada y pulir esos pequeños despistes que han provocado que cualquier rival pueda ponerle en apuros. No es la primera vez que vemos a un equipo relajarse por haber sido campeón de invierno y al final se ha quedado con la miel en los labios. Es más, el propio Barcelona sabe lo que es padecer eso en primera persona pues en 2007 y en 2014 fue campeón de invierno y acabó perdiendo esas dos ligas.

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Ernesto Valverde tiene por delante la tarea de seguir motivando a sus jugadores y convencerlos de que el hecho de ser campeones en invierno no significa nada y menos en un club que aspira a levantar todos los títulos a final de temporada. Y es que es en el mes de junio cuando se valoran las temporadas, de nada sirve ser el mejor en enero si a final de curso has dejado escapar la ventaja y ves cómo son otros los que se proclaman campeones. Así, el honor de haber sido el mejor en la primera vuelta se quedará en una simple anécdota empañada por el campeonato que de verdad importa y por el que hay que pelear hasta el último partido.

Aún Así, el Barcelona lo tiene todo a su favor para continuar en lo alto de la clasificación. Ninguno de sus rivales directos en la lucha por el título ha podido doblegarle y la mayoría de los errores que ha cometido en los partidos precisamente por un exceso de confianza y falta de tensión han sabido enmendarlos durante los 90 minutos. Las dudas deben quedar a un lado, y los jugadores del Barcelona tienen que seguir su camino con paso firme y demostrar en cada partido que este equipo está hambriento de títulos.

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