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Lo sucedido en el duelo entre el Ajax de Amsterdam y el Real Madrid de la Champions League en el Johan Cruyff Arena del pasado miércoles ha ido más allá del terreno de juego. 

Primero fue la intervención del VAR por primera vez en la máxima competición europea para anular el primer tanto del conjunto holandés y ahora la tarjeta amarilla a Sergio Ramos y sus posteriores declaraciones lo que continúa trayendo cola de ese duelo que deja aún abierta la eliminatoria para el partido de vuelta en el Santiago Bernabéu.

El capitán del Real Madrid fue castigado por el colegiado con una tarjeta amarilla al filo del final del encuentro, una amonestación que le implica perderse el encuentro en Madrid pero en caso de que los blancos pasasen de rondas, no pondría en peligro ninguno de los dos encuentros de cuartos de final. Al finalizar el choque el central andaluz admitió en zona mixta ante los medios de comunicación que había provocado esa acción, dando a entender que fue en busca de la tarjeta al golpear con contundencia a Dolberg en el centro del campo, lo cual supondría una sanción mayor, semejante o superior a la que ya asumió temporadas atrás por lo mismo.

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"Viendo el resultado mentiría si dijera que no, es algo que tenía presente y no es por subestimar al rival ni pensar que la eliminatoria se ha pasado, en el fútbol te toca tomar decisiones complicada y lo he decidido así", esto fue lo que comentó Ramos antes de salir del estadio. Unas palabras de las que se retractó minutos después a través de sus redes sociales pero que le han llevado a protagonizar una investigación por parte de la UEFA.

Ante todo el revuelo generado por la acción y las posteriores declaraciones ha sido el propio Sergio Ramos quien ha querido zanjar el debate, no de una forma muy satisfactoria, aclarando todo para el diario deportivo Marca. El zaguero blanco comenzó asegurando que le sorprende todo lo que se ha creado alrededor de sus palabras pues él se "refería a forzar la falta, una falta que era inevitable; no a forzar la sanción".

A continuación añadió: "No tuve alternativa. Era un contragolpe muy peligroso en el minuto 88, con un partido abierto y la eliminatoria también. Por eso dije que mentiría si dijera que no sabía que acarreaba sanción, del mismo modo que sabía que no tenía otra opción que hacer la falta". Y finalmente terminó su alegato con: "Si yo hubiera querido forzar una sanción, podría haberlo hecho en la fase de grupos", en ese caso el camero se habría perdido un intrascendente duelo ante el CSKA de Moscú, al que tampoco fue convocado pese a estar disponible.

Con estas declaraciones Sergio Ramos pretende que se cierre el tema de su acción al final del partidoante el Ajax con el consiguiente cierre del expediente de la UEFA. Sin embargo, teniendo en cuenta algunas imágenes extraídas durante el partido, parece que son muchos los indicios que apuntan hacia la voluntariedad de provocar la tarjeta amarilla, lo que podría costarle a Ramos una sanción mucho más allá de un partido.