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El FC Barcelona ganó por la mínima un partido que a priori parecía más fácil sobre el papel. El 'Txingurri' dejó a Suárez y Rakitic en el banquillo y acabó acusando la falta de precisión y de presión en el centro del campo. Sólo pudo resolver con un gol de Messi de penalti, que al final acabó fallando otro ante Masip. Pese a todo, los locales se llevaron los tres puntos y ya miran al partido frente al Lyon de Champions.

LO BUENO: Piqué lo hizo todo hoy

Gerard Piqué volvió a demostrar que está a un nivel espectacular. Fue el mejor del equipo de largo, siendo el gran protagonista tanto en ataque como en defensa. En la primera faceta del juego, protagonizó la contra que acabó en el penalti que además provocó él mismo. Una pena máxima que resolvió Messi.

Por el otro lado, en defensa estuvo siempre en el lugar correcto y acabó salvando varios goles cantados del Valladolid. Y es que el central llegó siempre medio segundo antes que el delantero rival, tanto a la hora de presionar como a la hora de interceptar los tiros o los envíos por la banda. Por arriba también estuvo insuperable.

LO MALO: La primera parte del Barça

El conjunto blaugrana salió relajado en el primer tiempo. Los de Valverde realizaron un juego lento y previsible, con poco movimiento de los jugadores de arriba. Un equipo plano que abusó de los pases horizontales y que se encomendó a las arrancadas de Messi y Dembélé. Sin embargo, estos dos futbolistas estuvieron a un nivel gris, sobre todo el francés.

Cabe destacar la poca intensidad de los centrocampistas y delanteros en la presión sin balón. Quitando a Busquets, el resto de los jugadores llegaron tarde al balón, lo que provocó que el Valladolid tuviera bastantes contragolpes que no aprovechó por el nivel defensivo del Barça y el desacierto de los jugadores del Valladolid.

LO FEO: La peor versión de Dembélé 

La afición culé esperaba mucho el regreso de Ousmane Dembélé, ya que antes de lesionarse estaba a un muy bien nivel. Sin embargo, en el día de hoy ofreció su peor versión. Si es verdad que siempre lo intentó, también es cierto que no le salió nada y no tomó buenas decisiones. No estuvo muy enchufado a la hora de presionar. Con el balón, condujo demasiado y en zonas peligrosas cerca del centro del campo, por lo que hubo veces que acabó perdiendo el balón y comprometiendo a su equipo. Encima pecó de individualista.