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El Real Madrid consiguió una victoria ante el Eibar tras remontar un partido que comenzó perdiendo pero que logró remontar gracias a una buena segunda parte. Karim Benzema fue el hombre más destacado, autor de los dos goles que sirvieron para dar la vuelta al marcador. Dos caras de un equipo que volvió a dejar una gran fragilidad defensiva pero que logró imponerse por la calidad de sus jugadores.

LO BUENO: El equipo reaccionó bien en la segunda parte con un recital de Benzema

Tras una primera parte que dejó mucho que desear, el Madrid reaccionó en el segundo tiempo. Volvió a llevar la iniciativa, Bale y Asensio se cambiaron de banda y mejoraron y Benzema ejerció de 'killer'. Primero al francés le fue anulado un gol por un fuera de juego milimétrico y minutos más tarde el delantero aprovechó un centro medido de Asensio por la derecha para cabecear fuera del alcance de Dimitrovic. Fue Benzema de nuevo el que puso el tanto de la victoria con otro tanto con la testa tras un centro esta vez de Toni Kroos. Y pudo marcar incluso otro más, pero incomprensiblemente falló a puerta vacía.

LO MALO: Fragilidad defensiva, equipo desordenado, muy blando y presión irregular

El conjunto de Zidane volvió a dar una imagen pésima en el aspecto defensivo. Sin el capitán Ramos fuera de la convocatoria por descanso, la línea defensiva del Madrid no supo parar a los jugadores del Eibar. Sergi Enrich se metió entre los centrales y ganó absolutamente todos los envíos por arriba, mientras que los laterales se vieron superados una y otra vez. De hecho, los locales acabaron con una sola falta en la primera parte y un gol en contra.

Los centrocampistas y delanteros tampoco estuvieron acertados sin el balón a la hora de ayudar a sus compañeros. Con una presión irregular e intermitente, el equipo acabó desordenado y dejando demasiados espacios por el centro que fueron aprovechados por los rivales para llegar a la portería contraria con peligro. 

LO FEO: Varane y Bale estuvieron especialmente mal con el balón

Cabe destacar en el aspecto negativo las actuaciones individuales de Gareth Bale y Raphael Varane. El galés en ataque cayó una y otra vez en fuera de juego. Con el balón estuvo especialmente desacertado y falló multitud de pases que le costaron los pitos de una afición ya cansada del jugador más caro de la historia del club.

En el caso de Varane, destacó por su mala salida del balón. La presión del rival y la poca movilidad de sus compañeros provocó que el francés tuviera que arriesgar más de la cuenta en algunas jugadas y acabó perdiendo el balón en zona peligrosa, lo que le costó al equipo varias ocasiones en contra de mucho peligro. Además, Sergi Enrich le ganó todos los balones por arriba, algo inusual ya que Varane es un especialista del juego aéreo gracias a su altura.