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El futbolista brasileño ha sido uno de los protagonistas de los últimos días en todos los medios tras su polémica celebración en el partido ante el Manchester United. Philippe Coutinho hizo un gol soberbio, de esos que marcaba semana si y semana también en Liverpool, pero quedó ensombrecido por su gesto de taparse los oídos. ¿Oídos sordos contra las críticas o una celebración como cualquier otra?, sea lo que sea la imagen ha dado la vuelta al mundo.

El jugador del FC Barcelona concedió hace algunos días una entrevista para el canal de Youtube de su amigo y compatriota Ale Oliveira, comentarista deportivo y exfutbolista, en la que habló de su relación con sus compañeros de equipo y su temporada en particular. Pero sin duda alguna el titular más llamativo lo dejó para el final, cuando habló sobre la posibilidad de jugar con Neymar en Europa y a nivel de clubes, algo que aún no ha podido conseguir, aunque no se atrevió a confesar si le gustaría más que fuese en Barcelona o en París.

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“Jugar con Neymar, como he dicho, es un gran placer, es un gran crack. Hemos jugado mucho tiempo juntos en la base. Ver el jugador en que se convirtió es especial [...] lo que él hacía, es justamente lo mismo que hace hoy. Jugar al lado de él siempre es un placer y no tuve esa oportunidad todavía a nivel de clubes. Sería bueno jugar a su lado”, confesó el centrocampista.

Sobre su temporada hizo autocrítica: “Esta temporada no ha sido la mejor desde el punto de vista personal, hablando de mí, pero es como dije: tengo siempre esa voluntad dentro de mí de aprender, cada partido es una oportunidad. [...] Me centro para poder vivir el momento, estar intenso, y cambiar esta situación. Todo viene con calma, trabajo y una cabeza buena”. Y también tuvo tiempo para hablar de su papel en la selección brasileña y la asemejar su exigencia con la del club: “Son parecidos, son duros en las criticas pero yo no miro eso. Cuando haces un buen partido hablan muy bien y debes mantenerte en un término medio. Cuando haces un buen partido no eres Dios y cuando juegas mal tampoco eres el peor del mundo. Hay que ser fuerte de cabeza”.