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Las Chivas Rayadas del Guadalajara viven nuevamente una época de pesadilla. El equipo ha pasado a ser un chiste dentro de la Liga MX y el nombre del Rebaño Sagrado ha sido pisoteado por todos. 

La realidad es que Chivas vive en crisis desde el 2007, un año después de su campeonato número 11, pues desde ese título llegó una etapa obscura, muy similar a la que vemos hoy en día, en donde pasaron hasta 15 técnicos antes de la llegada de Matías Almeyda, un hombre que no sólo rescató al Guadalajara del descenso, sino que lo puso nuevamente en los primeros planos de la liga, hasta conseguir el título en 2017. 

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Pero una institución como ésta no puede darse el lujo de ser campeón una vez cada 10 años y peor aún, haberlo hecho sin realmente convencer a casi nadie de ser un equipo todo poderoso capaz de repetir la hazaña pronto. 

Tan es así que después del campeonato conseguido frente a Tigres, el equipo volvió a descomponerse y las malas decisiones tanto dentro como fuera del campo han puesto a Chivas en el antepenúltimo lugar de la porcentual. Así de claro, solamente el recién ascendido, si llega a haber, y el Veracruz que comenzarán con 0 su cociente, estarán por debajo del chiverío que vive tal vez, la peor etapa de su historia. 

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Así que esto no es responsabilidad de un José Cardozo que trató de rescatar un barco ya pesado, esto tiene que ver con una mala administración, con un José Luis Higuera que rompió relaciones con el único entrenador que parecía tener lo que se necesitaba para dirigir al Rebaño y una crisis económica que obligó al equipo a tener que vender prácticamente a todas sus estrellas.  

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Esta crisis no es sólo responsabilidad de los jugadores o del técnico, esta crisis es el resultado de muchos factores que han afectado en el interior del cuadro rojiblanco y que para salir necesitan tomar las cosas con calma, buscar a alguien que pueda levantar a este grupo de jugadores que tienen calidad y que ya tienen un líder en Jesús Molina, no tomando decisiones apresuradas como traer a un nuevo estratega para perder un partido y ya no tener posibilidades de liguilla. 

Las Chivas tienen que actuar con serenidad, entender su situación y levantarse poco a poco con gente que sea capaz de ayudarlos, no buscando una recuperación total de un día para otro pues eso es prácticamente imposible.