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Uno de los culebrones del verano ha llegado a su fin: Antoine Griezmann es oficialmente jugador del FC Barcelona. Después de cinco temporadas en el Atlético de Madrid el delantero francés decidió dar este año definitivamente el salto y cambiar el Wanda Metropolitano por el Camp Nou, donde también cambiará su status, y es que en el Barcelona Griezmann va a ser un jugador más. Ya puede fichar el Barcelona al segundo o al tercer mejor jugador del mundo que mientras esté Leo Messi allí todos serán secundarios, con mayor o menor peso y relevancia, pero siempre detrás de su líder.

Griezmann pasará de ser el protagonista del Atleti donde el equipo se armaba entorno a él y donde él era la estrella, a estar en un equipo plagado de estrellas que brillan con tanta intensidad como él excepto una que es la piedra angular del Barcelona. No importa lo que hayan pagado por él, las ganas que tenga de vestir de azulgrana, si es campeón del mundo o las maravillas que pueda hacer sobre el terreno de juego, en el Barcelona el líder es Messi y Griezmann tendrá que aceptar que él ya no es la principal referencia ni del club ni del equipo, sino el escudero. Ahora al jugador galo le tocará desempeñar esa función que hasta hace pocos otros hacían para él.

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El nuevo jugador azulgrana ya sabía donde se metía cuando aceptó irse al Barça y como les ha pasado a otros muchos jugadores que eran líderes en sus equipos, le costará tiempo y trabaja ganarse su puesto en la plantilla y en los aficionados. El delantero galo lo tenía todo en el Atleti, pero lo que ha hecho hasta ahora ya no cuenta, Griezmann parte de cero en un club acostumbrado a ganar títulos y con un rol que no ha asumido en las últimas temporadas.

Los éxitos colectivos le acabarán llegando en el Barcelona, algo que ansiaba demasiado, pero a nivel individual la película es muy diferente y es complicado convertirse en el mejor jugador del mundo cuando estás a la sombra del que quizá sea el mejor de la historia, sino que se lo pregunten a Neymar. En el Barça será un gran jugador como otros muchos que han vestido la camiseta azulgrana a lo largo de su historia pero quizá no pase de ahí, ni llegue a convertirse en el mejor del mundo ni en una leyenda del FC Barcelona.

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