Arch Manning: el peso del legado y la promesa del futuro

Por: Patrick Charles Farah
Arch Manning no busca ser solo la próxima promesa del futbol americano; busca ser él mismo, forjando su propia identidad dentro de su familia que ya es leyenda.
Arch Manning es un mariscal de campo de futbol americano colegial que ha generado una expectativa pocas veces vista. Es el tercer eslabón de la dinastía Manning: su abuelo, Archie Manning, fue un mariscal de campo que jugó 12 temporadas con los New Orleans Saints. Ahí apenas comenzaba la historia familiar.
A principios de siglo, los nombres de sus hijos, Peyton y Eli Manning, sonaron fuerte. Cada uno de ellos ganó dos anillos de Super Bowl. Sin embargo, Arch es hijo de Cooper Manning, el único de los tres hermanos que no llegó a jugar en la NFL, debido a una estenosis espinal que lo dejó fuera de los campos a los 18 años, justo cuando su carrera comenzaba.
Hoy, Arch escribe su historia con Texas, decidido a ser más que su apellido.
Los inicios: Isidore Newman, donde todo comenzó
La historia de Arch Manning empezó a brillar en 2019, cuando debutó con la preparatoria Isidore Newman, de Nueva Orleans, la misma donde sus tíos Peyton y Eli, dieron sus primeros pases. Desde su primera temporada dejó bocas calladas: con apenas su primer año se convirtió en mariscal titular, algo que no ocurría en más de 40 años en el futbol americano de high school. Sumó 2 mil 509 yardas aéreas, 34 pases de touchdown, seis intercepciones, 87 yardas por tierra y cuatro anotaciones terrestres, cifras que le valieron el galardón de Novato del Año por MaxPreps.
En su último juego ante Dunham completó 10 de 20 pases para 71 yardas en una cerrada derrota 22-20, pero ya había dejado su huella y abierto la puerta hacia un nuevo legado. Tomó la batuta en Newman con una autoridad y seguridad poco común para su generación.
En 2020, su segunda temporada, continuó la conversación. Arch empezó a aparecer en televisión nacional, con seis touchdowns en su debut vs East Jefferson y liderando a su equipo a un marcador crucial, 76-0 sobre Cohen, con cinco pases de anotación sólo en el primer cuarto. Terminó la temporada con mil 919 yardas aéreas, 21 touchdowns y cuatro intercepciones, confirmando que el apellido Manning seguía vivo y lanzando espirales perfectos sobre las canchas.
En el 2021, su temporada junior, la presión mediática aumentó. Arch respondió con consistencia y dedicación, acumuló 2,306 yardas. Un año más tarde, en 2022, rompió los récords históricos de su familia en Isidore Newman, superando las marcas de Peyton y Eli con 9,754 yardas y 115 touchdowns totales en su carrera de preparatoria. Su legado en Nueva Orleans estaba sellado.
Texas: un nuevo capítulo en la NCAA
En 2023, Arch Manning llegó a la Universidad de Texas como uno de los prospectos más esperados del año: un verdadero fenómeno mediático. La expectativa era dominante: había cámaras, reporteros y los fanáticos lo seguían por todo lados. Su primer año estuvo lleno de aprendizajes porque entendió el ritmo y la exigencia del futbol colegial bajo el sistema del equipo Texas Longhorns.
Durante la temporada 2024 su potencial lo empezó a convertir en un fenómeno nacional. Completó cerca del 68 por ciento de sus pases para 939 yardas, con 9 touchdowns y sólo 2 intercepciones, dejando ver la evolución de su rendimiento, técnica y audacia ante el juego
Ya en 2025, Arch tomó el rol de titular. En sus primeros nueve partidos registró 2 mil 123 yardas, 18 touchdowns y 6 intercepciones, además de 203 yardas y seis anotaciones por tierra. Más allá de las estadísticas, comenzó a liderar y tomó la palabra dentro de los vestidores. Así lo señaló Steve Sarkisian, su entrenador en Texas: “Creo que todo empieza con el respeto. Arch tiene un gran comportamiento y cuenta con un enorme respeto de sus compañeros”.
La presión de ser un Manning
Arch Manning no solo carga con un apellido; carga con la historia de los Manning, la familia que representa los valores de la NFL. Desde su primer pase en Isidore Newman, ha vivido bajo los reflectores. Cada error, cada jugada, cada palabra es un paso al éxito o al fracaso.
Pero Arch no busca ser una copia, busca moldear su propio camino bajo sus reglas, aspiraciones conquistado cada minuto de esa cancha. Su estilo es diferente, más atlético, mejor movilidad y con una calma natural en los momentos críticos, que es envidiable para cualquier jugador. En cada entrevista, repite una idea clara: “solo quiero ser yo mismo”. Esa frase resume el desafío de su carrera; demostrar que el apellido Manning no es una sombra, sino un impulso.
Arch ha enorgullecido a su familia. Hace poco, Eli Manning, dijo en entrevista: “Estoy orgulloso de cómo ha manejado todo. Ha tenido los reflectores sobre él desde que tiene 14 años de expectativas”.
Su abuelo, Archie Manning —patriarca de la dinastía y exmariscal de campo de la NFL— intenta mantener la calma mediática y moderar las expectativas: “Le dije que esté por lo menos tres años en la Universidad”.
Por su parte, Peyton, el más destacado de la dinastía y miembro del Salón de la Fama, ha insistido en que su sobrino debe crecer a su propio ritmo: “El nivel colegial es donde necesita estar”. Su padre, Cooper, resume el sentimiento de la familia: “Todo lo que tiene que hacer Arch es ser él. No le debe nada a nadie, solo a su equipo y al amor al juego”.
