Brigitte Bardot puso al deporte frente al espejo

Figura indispensable del cine del siglo XX, Brigitte Bardot nunca practicó deporte de alto rendimiento, pero su influencia fue clave para cuestionar tradiciones deportivas y espectáculos ligados al abuso de los animales.
Brigitte Bardot fue voz incómoda para los deportes en donde se normaliza el uso de animales. Puso el tema a un debate abierto hasta hoy.
Brigitte Bardot fue voz incómoda para los deportes en donde se normaliza el uso de animales. Puso el tema a un debate abierto hasta hoy. / Getty Images

Brigitte Bardot nunca estuvo cerca de ser una deportista profesional, pero los grandes íconos siempre influyen en transformaciones importantes. La existencia de esta diva, cuya trascendencia supera al universo cinematográfico, cumplió cabalmente esa condición. Fue agente del cambio social y con ello su influencia también derribó muros considerados infranqueables, incluso para la sociedad más elegante en el siglo pasado.

Bardot (París, 28 de septiembre de 1934 – Saint-Tropez, 28 de diciembre de 2025) tuvo una relación temprana y exigente con el ballet clásico. Ahí aprendió la dureza de una disciplina donde el margen de error es mínimo. Alumna en el Conservatoire National de Danse (París), BB —como se le conoció al alcanzar el éxito como actriz, cantante y figura mundial del cine de la época de oro—, a través de la estructura de las artes moldeó su visión, albedrío y carácter. “El ballet me enseñó disciplina, pero también me quitó la infancia”, diría años más tarde con esa lucidez característica.

BB aprendió de estructura y disciplina desde muy joven, cuando practicó ballet en el Conservatoire National de Danse.
BB aprendió de estructura y disciplina desde muy joven, cuando practicó ballet en el Conservatoire National de Danse. / Getty Images

Esa clarividencia la llevó a incomodarse desde su estatus social. El punto de su ruptura con un mundo en el cual algunas prácticas se veían con una naturalidad hoy sumamente cuestionada llegó durante su juventud, concretamente con la tauromaquia. En aquellos años de creciente fama, Bardot asistió a corridas de toros. Lo hizo atraída por el halo ceremonial y estético de la disciplina taurina, pero tras presenciar el castigo y muerte del toro, su rompimiento con aquel mundo, incluso intelectual, fue irreconciliable.

BB tenía una relación de amor y respeto hacia los animales. Su vínculo con ellos fue tan temprano como con el ballet. Sin ser una amazona profesional o participar en competencias ecuestres, sí disfrutaba de montar a caballo, incluso para protagonizar sus propios rodajes. Su apego hacia sus corceles moldeó su apreciación de la vida: los animales, lejos de ser una especie inferior al ser humano, son compañeros de vida.

Bardot, quien dedicó gran parte de su vida postcinematográfica a una fundación (Fondation Brigitte Bardot, 1986) para el cuidado y respeto de los animales, cambió visiones y criterios lejos del activismo militante. Lo hizo desde su pedestal de primera dama del entretenimiento mundial. Logró influir en costumbres arraigadas a través de incomodarse e incomodar a otros.

"El progreso no se mide por las tradiciones que conservas, sino por el sufrimiento que eres capaz de eliminar"

Brigitte Bardot

Bardot no solo apuntó su rechazo hacia la tauromaquia; también lo hizo frente a la caza deportiva e incluso hacia las carreras de caballos. Fue siempre crítica, siempre inteligente para encontrar el lugar y el espacio correctos para lanzar el dardo sagaz de su punto estridente, como cuando para la agencia de noticias del Estado francés (AFP) declaró: “El progreso no se mide por las tradiciones que conservas, sino por el sufrimiento que eres capaz de eliminar”. Ella iniciaba la conversación; quienes compartían sus ideas la apoyaban y presionaban institucionalmente, tal como ocurrió frente a diversos gobiernos europeos.

Hoy, día de su partida a los 91 años, el deporte y el entretenimiento aún enfrentan cuestionamientos éticos por sus prácticas con animales. El debate entre crueldad y tradición sigue abierto, incluso más radicalizado. Por ello resulta pertinente traer a la conversación el nombre de Brigitte Bardot, una figura lejana al profesionalismo deportivo, quien quizá no cambió ninguna regla, pero sí fue crucial para colocarlas en el ojo público, el de la necesaria revisión para retirarles esa armadura de intocables.


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Ángel Soto M.
ÁNGEL SOTO M.

Editor y redactor de Sports Illustrated México.