Chavez Jr., el camino de Jake Paul en busca de un cinturón

Cada vez que Jake Paul se plantea el siguiente paso en su aún incipiente carrera boxística, se enfrenta a una disyuntiva: ¿quiere un evento o una pelea?
Un evento —como su mediático duelo contra Mike Tyson en noviembre pasado— atrae a las masas. Tyson vs. Paul fue visto en 60 millones de hogares a través de Netflix, al grado de colapsar momentáneamente los servidores de la plataforma. Una pelea —como sus recientes victorias ante Andre August y Ryan Bourland— complace a los aficionados más puristas, esos que desean verlo en “combates reales”. Cabe destacar que ninguno de esos dos oponentes (récord combinado: 27-3-1) pasó del primer asalto.
Con Julio César Chávez Jr., a quien enfrentará el 28 de junio en una pelea pactada en peso crucero (límite de 200 libras), Paul consigue un poco de ambos mundos. Chávez es un nombre de peso, hijo del más grande boxeador mexicano de todos los tiempos. También es un excampeón mundial de peso mediano, lo que lo convierte en el primer monarca retirado que Paul enfrentará... y que no está rondando los 60 años.
Los críticos, claro, no tardan en señalar su edad (39 años), su inactividad (una sola pelea en los últimos tres años y medio) y la larga lista de problemas personales que lo han rodeado recientemente. Aun así, más allá de los oponentes de circo, Paul tiene marca de 2–1 frente a boxeadores tradicionales. Chávez subirá al ring con un historial de 54-6-1.
Lo cierto es que Chávez no era la primera opción. En febrero, Paul estuvo cerca de cerrar un combate contra Canelo Álvarez, campeón de las 168 libras. “Se firmó una carta de intención”, lamenta Paul. Pero Álvarez optó por una pelea de unificación de título en Arabia Saudita. Paul entonces volteó hacia Gervonta Davis. Según cuenta, incluso se pactó una exhibición en las 195 libras. En marzo, Davis empató de forma polémica con Lamont Roach y se anunció una revancha entre ambos para agosto. Todo quedó en pausa.
A Paul le encantan los espectáculos. “Soy un entertainer”, dice. “De ahí vengo, ése es mi mundo.” Pero los espectáculos no lo acercan a su meta principal: ser campeón mundial. Una victoria sobre Chávez sí lo haría. Paul asegura que ha tenido conversaciones con representantes de dos de los principales organismos sancionadores (el CMB y la AMB, ambos ansiosos por subirse al tren de Paul) para obtener un ranking oficial tras esta pelea. Eso lo habilitaría para disputar un cinturón crucero. El actual monarca AMB es Gilberto Zurdo Ramírez, quien —casualmente o no— defenderá su título en la misma cartelera que Paul y Chávez. “Quiero posicionarme para futuras peleas por un cinturón”, dice Paul. “Ya sea Ramírez o [el campeón del CMB] Badou Jack, creo que en los próximos nueve o doce meses voy a ir por ese título.”
Eso sí, Paul no pierde de vista el show. En la conferencia de prensa de mayo no se guardó nada: prometió humillar a Chávez y “hacer que se rinda, como siempre lo hace”. Se burló de sus antecedentes con las drogas. Y cuando Julio César Chávez padre se sentó junto a su hijo, Paul le ofreció enfrentarlos a los dos la misma noche.
En 2017, Chávez Jr. aguantó los 12 asaltos ante Canelo. Paul promete noquearlo. “Estoy aquí para crear una de las historias deportivas más grandes que el mundo haya visto”, dice. “Pasar del Disney Channel a YouTube y de ahí a campeón del mundo. Voy a hacer lo que nadie ha logrado en el deporte más difícil que existe.”
