La 'rookie' del GP de México

El origen de este texto comienza de forma quizá banal, pero es todo lo contrario. El redactor navega en busca de una historia dentro de la red social Threads, un tentáculo de Instagram y Facebook. Ahí aparece ella, Alejandra Mota, quien en su publicación cuenta los días para incorporarse al staff del Gran Premio de México como oficial de pista rookie.
“Aún no me creo que dentro de 15 días voy a estar en el GP de México como oficial de pista”, fue su publicación.
—Alejandra, me llama la atención tu publicación, ¿crees podamos conversar al respecto para Sports Illustrated México?”, —es el mensaje.
—Un seco “sí, claro” —es la respuesta.
Sus primeras tres respuestas fueron las mismas; se repetían como un eco. En un país donde ser mujer implica estar prácticamente en guardia permanente y desconfiar por instinto dados los altos índices de violencia hacia ellas, lo suyo es entendible.
“Es un sueño. Estoy nerviosa y muy emocionada, por supuesto”, dice a horas de estar ubicada a un costado de la curva 15. “Me gusta mucho el automovilismo. Este año pude ir a ver la serie Nascar y ahora tengo esta oportunidad y aún no me puedo creer poder estar ahí. Quiero repetir en el futuro; este no será mi primer Gran Premio, espero”, platica ya con más confianza después de los contactos iniciales.
El precio del boleto no es opción
Su historia con el GP de México comienza hace poco más de un año, cuando salieron a la venta los boletos para la edición 2025 y los costos rebasan, como ocurre con la gran mayoría de los mexicanos, sus posibilidades económicas.
“No me alcanzaba para pagar esas cifras”, dice antes de desvelar un secreto con un final asombroso. "Mi novio sí pudo comprar boletos. Yo no y moría de ganas de estar ahí, entonces él me dijo: ‘¿Por qué no te inscribes en la convocatoria de voluntarios para ser oficial de pista? Si te quedas podrás estar ahí’. Y eso hice.”
Alejandra Mota tiene 25 años. Es una joven optometrista egresada del Instituto Politécnico Nacional. Usa gafas metálicas, es de cabello castaño con caída a los hombros. Su mirada es amplia, concentrada, quizá seria, como de quien no sólo observa, analiza. Hoy viste ya su overol de marshall de pista naranja y blanco con la bandera de México bordada en una manga y un gafete donde se lee OMDAI FIA México. Las siglas OMDAI corresponden a la Organización Mexicana de Automovilismo Deportivo Internacional.
Para la edición 2025, cuando el GP de México vibra su décimo aniversario en esta tercera etapa de la Fórmula Uno en nuestro país, el Comité Organizador integró por primera vez a oficiales de pista novatos (rookies) al evento.
“Antes pedían como requisito haber participado en el staff de al menos tres carreras nacionales”, dice la hoy oficial de pista en la especialidad de Intervención 1 en la fiesta grande del automovilismo en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
Su papel en el área de Intervención 1 en la curva 15 no es baladí, mucho menos testimonial. En caso de un accidente y tras la señalización oficial (bandera amarilla), su jefe y ella deben ser los primeros en llegar al auto para, de ser necesario, neutralizarlo.
“No actuamos sin autorización visual. Debemos verificar las condiciones del piloto. Yo debo neutralizar el coche si es necesario, para ello aprieto un botón para configurarlo en modo seguro y evitar riesgos eléctricos o mecánicos. Además, debemos verificar si el piloto está consciente o necesita de asistencia médica, pero de ninguna manera podemos tocarlo ni ellos a nosotros.”
Quería ser bombera...
En caso de una colisión de cuidado, el oficial de pista de Intervención 1 debe solicitar apoyo especializado —ayuda médica, grúa o un equipo de extracción para el auxilio del piloto. “El cuerpo de oficiales de pista se divide en roles: jefe de marshalls, intervención 1, 2 y 3, bomberos, etcétera.”
Alejandra ya platica con soltura. Se le nota apasionada, feliz de cumplir su misión y ansiosa: al momento de la charla ya contaba con su acreditación, pero aún estaba a la espera de su kit de trabajo. Sus ojos se vislumbran alegres y adquieren un brillo travieso cuando hace una nueva confesión, la cual también deja al descubierto cierta inclinación hacia la adrenalina.
“Yo quería ser bombera, fue el módulo que más me gustó, aunque Intervención también me agrada. Durante los cursos —cuatro módulos teóricos, además de nueve prácticos, que se llevan a cabo en un día— el uso del extintor para apagar fuego me hizo sentir algo especial”, reconoce entre risas.
Desde ayer jueves su vida transcurre en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde el campeonato mundial de pilotos vive una fecha crucial. Además del GP de México, a la temporada de la F1 le restan otras cuatro competencias: Brasil, Las Vegas, Qatar y Abu Dhabi.
Max Verstappen, tetracampeón del mundo con Red Bull —2021, 2022, 2023 y 2024— es tercero por debajo del australiano Óscar Piastri (346 puntos) y el británico Lando Norris (342 puntos), ambos pilotos de McLaren, y urge de conseguir la bandera a cuadros para mantenerse en la lucha por el pentacampeonato, en algo cercano a una remontada de época. Y Alejandra Mota, capitalina, de 25 años, de 1.60 metros de estatura e hincha del inglés Lewis Hamilton, siete veces monarca del mundo, estará ahí.
“Nunca he ido a un Gran Premio de Fórmula 1. Yo quería estar y ser oficial de pista fue el camino. Más allá de ver el GP de México ahora voy a vivirlo. Voy a vivir el automovilismo ahí, como parte de él y esto es algo único”, dice Alejandra, quien semanas atrás externó su dicha en la red social de Threads. Ella, la joven optometrista convertida en oficial de pista para el GP de México.
