REVISTA | La r(evolución) de Jenni Hermoso

Después de la tormenta, la campeona deja atrás el silencio: vuelve más firme, transformada por la experiencia y dueña de su propia reinvención
Hermoso volvió a la selección española tras un año de ausencia y formó parte del equipo que ganó la UEFA Women’s Nations League 2025.
Hermoso volvió a la selección española tras un año de ausencia y formó parte del equipo que ganó la UEFA Women’s Nations League 2025. / Angel Martinez/Getty Images

La Copa del Mundo de 2023. Un beso no consentido por parte de Luis Rubiales, entonces presidente de la Real Federación Española de Futbol. Violencia digital y persecución mediática. También una avalancha de apoyo que se mostraba con la etiqueta #SeAcabó, que inspiró todo un movimiento para alzar la voz contra el sexismo y la impunidad. Un juicio. Un fallo a su favor. Ruido, mucho ruido y en el medio, el silencio de Jenni Hermoso. 

Jenni atravesó uno de los momentos más mediáticos —y en sus palabras muy duro— a nivel global, al confrontar una situación que algunos quisieron minimizar. Ella siguió a pesar de las presiones y salió fortalecida. Después de mucho tiempo, se sentó a dar esta primera entrevista, unos días antes de que la nueva entrenadora de España, Sonia Bermúdez, la incluyera en la lista para la Nations League de finales de octubre. En sus palabras: tuvieron que ganar “el Mundial para poder ser escuchadas y ganamos más que una copa, ganamos mucho más”.

Carolina Padrón: ¿Hace cuánto no das una entrevista? Porque estuviste mucho tiempo en silencio.

Jenni Hermoso: Pues ni sé decirte cuándo ha sido la última, porque lo único que he hecho así han sido cosas con el club, cosas internas de Tigres y demás, pero entrevista como tal con algún medio no me he sentado.

CP: Hubo demasiado ruido de 2023 hasta acá, me imagino que fue la razón por la que te apartaste un poco de todo.

JH: Sí, porque sabía por dónde iban a ser guiadas la mayoría de mis entrevistas en ese momento y al final, con todo el revuelo que pasó, era difícil saber por qué me querías hacer una entrevista.  Yo ahí seguía siendo jugadora, esa parte se olvidó un poquito y eso a mí era lo que me daba rabia, de que tuviese tantas entrevistas, pero que no sabía exactamente el contexto. Entonces al final me sentía más tranquila y más a gusto sin hablar. Muchas veces me he callado sin querer callarme también, pero sabiendo que cualquier cosa que dijese ya me la iban a agarrar así con un hilito. Y además porque había un proceso judicial, pero hubo muchas cosas que no hice, aunque fuesen de futbol, porque no me sentía bien. Antes tenía mucho miedo de hablar de este tema. Siempre he dicho quiero hablar de futbol y ahora si quiero hablar del otro voy a hablar porque puedo. Necesito soltarlo. Llevo mucho tiempo callada. No me voy a encerrar si yo tampoco he hecho nada.

CP: Mencionaste que había mucha prensa acosándote en tu casa en Madrid, esperando afuera 24/7. ¿Hasta qué punto lo ves ético? 

JH: Sí, pero ahí no hay ética ninguna. Es un trabajador que quiere dar el gusto al jefe o sacar la primicia y yo en ese momento era la guinda que le faltaba al pastel. El sacar algo mío era en ese momento lo que más se pagaba y lo que más quería conseguir la gente. Imagínate yo venir de ganar el Mundial e irme en un avión de vuelta a Madrid y la guardia Civil recogiéndome en las escaleras del avión para llevarme al asiento y volverme a recoger porque era imposible. Entonces yo llego a mi casa, no puedo estar allí, me tengo que ir porque hay gente de las televisiones abajo 24 horas. Mi madre, luego ya te ríes y cuenta la anécdota graciosa, pero mi madre decía “es que siempre me pillan con la ropa de andar por casa” cuando sacaba al perro, porque siempre estaban esperando abajo. Pero no hay ni moral ni ética ahí, es conseguir los que más se vende en ese momento. Y en ese momento era yo. Fue fuerte eso. La vida no te prepara para algo así.

CP: ¿Qué tan alto ha sido el costo de ser Jenni hermoso?

JH: El primer año fue muy alto. El teléfono, pensaba que me estaban escuchando cada vez que lo agarraba, que me lo tenían hackeado, que todo lo que escribía le llegaba a alguien y lo iba a guardar. Yo hablaba con mi familia y el teléfono estaba en mi habitación. Es que no me apetecía bajar a la calle. Por un tiempo cuando la gente me pedía fotos yo sufría porque no sabía por qué lo estaban haciendo y mucha gente hasta me daba las gracias, me daban mensajes súper bonitos, pero había una parte que no me podía hacer disfrutar de ese momento. No quería que me reconocieran ni que me vieran porque me imaginaba que era por todo ese tema. Que me hacía angustiarme. Hubo mucho tiempo que sufrí.

CP: Ya hay una sentencia. ¿Crees en la justicia en la vida?

JH: La verdad que sí. En este caso, por ejemplo, aprendí muchísimas cosas sobre este tema. Hay muchísima gente que es imposible que se atreva a dar un paso así, porque si me ha pasado a mí que estoy expuesta a todo y que todo el mundo me conoce y que todo el mundo lo puede ver, a la persona que le pasa por detrás y la amenazan, ¿qué va a hacer? ¿Cómo lo va a hacer? Es imposible, es muchísimo dinero. Esto es algo que ya me río, porque la gente me decía: ¿Cuánto dinero te has llevado? Más bien ¿Cuánto dinero me he dejado en abogados? Es muy caro, o sea, es carísimo un proceso judicial y esto no cualquiera lo puede asumir.

CP: Y con un costo mental alto… 

JH: Y mentalmente, al final lo primero que me dijeron cuando yo me senté a declarar, no sabes cuántas personas, cuántas chicas se quedan aquí, porque luego ya no siguen. Es muy difícil. Y al final cuando tú tienes la verdad muy clara o sientes que tu verdad es la que vale, ahí sí que puedes atreverte, pero creo que es muy difícil dar un paso así tan grande. Entonces, estoy contenta en cierta manera, porque hay muchas cosas que por detrás no se han hecho justicia tanto como nos hubiera gustado, pero al final por lo que luchamos lo conseguimos.

CP: ¿Qué sientes que faltó ahí en ese sentido?

JH: Al final fueron muchas presiones, muchas cuestiones por detrás. Pero todo el mundo lo vio, no podías decir o dar la sentencia a otra cosa, entonces lo que no se vio no pasó y cuántas cosas pasarán así. Si no lo han visto, ¿cómo lo demuestras? Ahí creo que todavía falta un paso muy grande para que podamos demostrar o cómo podamos hacer para que todo lo que contamos sea verdad o que crean que es verdad. Es algo muy complicado.

CP: ¿Cómo hiciste para no romperte en ese momento?

JH: La verdad creo que tenía una base muy buena de mi psicóloga. Llevaba trabajando con ella mucho tiempo y eso me hizo entender. Hay algo que yo no decidí que me pusieron aquí, entonces cuando yo estoy en ese momento ya puedo decidir porque yo ahora me muevo. Es lo que me hizo sentirme fuerte, porque creo que estoy. Muchas veces se lo digo a mi madre, me hubiera podido arruinar ya mi carrera, quedarme en mi casa sin querer salir, sin querer tener la presión que tuve, pero no sé si es la fuerza que me enseñaron mis padres cuando era pequeña o cómo fui evolucionando mi vida, que pues así me hizo aguantar todas las piedras en el camino.

CP: ¿Sientes que te has tenido que reinventar de los últimos años hacia acá?

JH: Sí, muchísimo. Es que creo que esto me ha hecho crecer. He dicho que todo lo que me ha pasado en mi vida me ha cambiado mucho. Yo ya no soy la que era hace dos años, pero la esencia la sigo teniendo. Poco a poco me he ido como construyendo una Jenni que me gusta. Entonces ahora cuando ya tengo más fuerza y me siento con más poder, entonces ahí ya sí que me lanzo. Porque antes era como ‘¿Por qué me está viniendo esto? ¿Cómo lo voy a usar?’ Porque al final no lo puedes usar de cualquier manera.

CP: Siento que es como una imagen de Frankenstein que vas agarrando piezas y te vas armando. ¿Cuáles serían esas piezas nuevas que tienes?

JH: La valentía. Ser valiente es creo que lo primordial para poder dar ese paso. Luego construir una Jenni que no tenga miedo. Eres valiente, pero luego las consecuencias te van a doler. Entonces también te trabajas para que esas consecuencias que tú vas a crear las tomes de una manera constructiva. No tener miedo a las consecuencias es una de las cosas también que he aprendido muchísimo y creo que ahora mismo, hablando mal, me importa poquísimo lo que diga la gente. A día de hoy, tengo calma, mucha paz, tengo mucha tranquilidad. El mayor trofeo que he podido ganar es quererme como me quiero hoy en día.

CP: ¿Se puede tomar todo eso que viviste y resignificarlo?

JH: Sí, yo digo que a raíz de todas las cosas que me han pasado y no me da miedo decirlo, he sido valiente. Considero que no me eché para atrás nunca, que siempre hice lo que quise y lo que sentí. Y eso ahora mismo me llena de orgullo total, porque ahora sí estoy en una posición que puedo ayudar y puedo crear un mensaje positivo para la sociedad. Porque la gente de alguna manera lo ha vivido y, yo siempre lo digo, hay muchos escalones hasta llegar a lo más grave o a lo menos grave, pero hay mucha gente que se puede sentir identificada con un caso así, aunque no sea el mismo. Creo que todo ha merecido la pena. Me he sentido muy apoyada siempre con toda mi gente, que eso es lo que al final me ayudó, porque lo que sí que me gusta decir y siempre digo que nadie me obligó a decidir nada, siempre fue mi último sí en todo. Y me siento muy orgullosa de mí misma y de la persona que soy hoy y de que ojalá todo lo que haga a partir de ahora tenga un efecto positivo en al menos una persona en la vida. Fue un momento duro y, lo dije públicamente, imagínate tú que te pase algo que lo está viendo todo el mundo, o sea, cuántas personas pasan por cosas que no tienen el poder de decir nada, ni de tener una prueba, y tampoco hablan por miedo a eso, que sabes que te van a machacar independientemente.

CP: Ahora Sonia Bermúdez ha abierto la puerta, dijo, es eres una leyenda. ¿Cómo ha sido la llamada que te hizo?

JH: Sí, yo ya tenía clarísimo que con la antigua seleccionadora no iba a volver, porque así lo sentía y así ya fue. Llevaba creo que casi un año que no iba a la selección y yo siempre lo he dicho, para mí el vestir la camiseta y representar a mi país es una de las cosas más bonitas que he vivido siempre. Y el solo imaginarme que ya no volvería más e irme de esa manera para mí era doloroso. Me dolió mucho, me dolieron mucho las formas. Es algo que no llegué a entender. Esto tiene mucho más por detrás. Es cierto que Sonia me llamó, le agradecí muchísimo porque simplemente fue una llamada de seleccionadora a jugadora. De cómo me sentía, de cómo me iba en México y ya está, no se habló de nada más. Pero sentí que ya se hacían las cosas de diferente manera, que al menos una llamada no cuesta a nadie, que ir de frente, ser valiente, nada cuesta al final siempre ir de cara y lo agradecí. Sigo teniendo ilusión con volver a la selección y ojalá siga yendo a lo que ha sido siempre como mi casa, que al final son 14 años los que viví en la selección española.

CP: Ahora Jenni, todavía te queda mucho futbol, pero ¿qué ambicionas, si te preguntara por tus tres deseos por lo menos, quizá corto, mediano o largo?

JH: Bueno a nivel futbolístico a corto plazo claro que quiero ganar en México sí o sí con Tigres, porque cuando decidí venirme sabía que a lo que venía era ganar y sería, nunca va a ser un fracaso, pero bueno, sería algo más triste no conseguirlo. A largo plazo no decidí aún. La vida te sorprende de un día para otro y todos los deseos se rompen. A lo mejor en un día tienes que construir otro sueño, otro deseo, entonces me proyecto de muy poco en poco, obviamente sí pienso en la retirada, cada vez la veo más cerca, pero no la quiero ni ver porque físicamente todavía me siento bien y quiero seguir disfrutando del futbol. 

Entonces intento crearme esos pequeños objetivos que ahora mismo es estar en México. Es cierto que cada vez echo más de menos a mi familia, estoy muy lejos y sí que puedo proyectar el poder estar algún día más cerca, pero siguiendo, jugando al futbol. Entonces ahora me centro en lo poco que tengo aquí y que puedo controlar y lo que venga pues la verdad que no lo sé.

CP: ¿Cuál sería tu ambición más inmediata? 

JH: Conseguir el título con Tigres. Desde que llegué dije que yo no me iba de México sin ganar un torneo. También entendí que mi vida no va a ser mejor o peor si gano o no, entonces: vivo, disfruto de esto. El futbol es un deporte para hacer disfrutar, el día que pierdo no voy a llorar a mares y el día que gano tampoco voy a celebrarlo con una botella de champán.

CP: ¿Cómo te sientes aquí en México?

Para mí el llegar a Pachuca me hizo ser campeona del mundo. De venir de un Barça, de estar en la élite, de tener esas miradas siempre fijas en ti y a venir aquí y sentir como que te apartabas un poco, me hizo sentir a gusto. Al Mundial fui tan liberada. Fue uno de los de los torneos en los que mejor me sentí física y mentalmente y fue gracias a México. Me vine a un sitio que no conocía y que fui aprendiendo de él poco a poco, me fue enseñando mucho. Para mí es una de las decisiones más bonitas que tomé en mi vida venir a México y me ha dado muchísimo. Me tatué a México en la piel, así que creo que a día de hoy me sigue dando bastante.


Published |Modified
Carolina Padrón
CAROLINA PADRÓN

Periodista y storyteller.