Ósmar: eternamente glorioso

Desde su nacimiento, Ósmar Olvera parecía destinado a la grandeza. Su padre, Sergio, sintió desde el primer abrazo que su hijo haría algo extraordinario. El nombre "Ósmar", que significa "eternamente glorioso", fue elegido con ese presentimiento en el corazón.
Ósmar Olvera gana oro en el Mundial de Singapur.
Ósmar Olvera gana oro en el Mundial de Singapur. / MANAN VATSYAYANA/AFP

Desde el nombre Ósmar Olvera estaba predestinado a convertirse en uno de los mejores clavadistas de México.

Su padre Sergio recuerda el momento en el que tuvo a su hijo en brazos por primera vez. Desde entonces supo en lo más profundo que Ósmar estaba destinado a hacer algo especial. No sabía cuándo, dónde ni en qué ámbito, mucho menos que sería en clavados. 

El significado de Ósmar es: eternamente glorioso. Cuando lo vi sentí eso. Desde el día uno que lo abracé. Y después junto con su mamá tomamos juntos la decisión de nombrarlo Ósmar”, comparte Sergio Olvera entre lágrimas, en entrevista vía telefónica a Sports Illustrated México.

Su hijo se acababa de convertir en campeón del mundo.

A 16 mil 625.4 kilómetros Ósmar había entonado el himno nacional en Singapur. Subió a la cima del podio. Dos chinos lo flanqueaban. Era una imagen para la historia. 

Su padre lloraba al verlo por televisión. Las palabras de su hijo cuando tenía 8 años le hicieron volver al momento en el que el pequeño Ósmar le decía: “Papá, ayúdame a convencer a mamá para irme a entrenar a Jalisco y te prometo que voy a ser el primer mexicano que le va a dar a los chinos. Es mi sueño”. Vuelve a llorar.

Sergio se repone para seguir la conversación.

Dice que a Ósmar le falta cumplir un sueño: Ser campeón olímpico en Los Ángeles 2028.

“Lo buscará con todo cariño, respeto, amor y disciplina. Él siempre ha tenido palabra". Es por eso que Ósmar se está preparando mentalmente para conseguir la gloria olímpica. Lo hace con Laura, su psicóloga. El objetivo es claro: que Ósmar se convierta en el referente de los chinos a seguir y, no a la inversa.

El mexicano rompió la hegemonía china en Campeonatos Mundiales. Antes de Ósmar, el último campeón mundial no nacido en China había sido el canadiense Alexandre Despatie, en 2005. Desde entonces, los clavadistas chinos habían conquistado 10 títulos mundiales consecutivos, una racha que Ósmar detuvo con su histórica victoria.

“Los chinos te van a voltear a ver a ti. No debes de ganar tú. Ellos van a trabajar el triple. Entonces hay una gran fortaleza mental”, confiesa Sergio con orgullo. “Vamos a trabajar para lograrlo. No fue suerte ni circunstancia. Fue trabajo. Y ahora ‘que se acostumbran a verte ahí’”.

Ósmar es un adelantado a tiempo. A sus 21 años, ya se ha convertido en el mexicano más condecorado en la historia de los Campeonatos Mundiales. Con un total de 8 medallas, cuatro de ellas obtenidas recientemente en Singapur. Su camino comenzó a los cuatro años y medio, lo que significa que, pese a su juventud, acumula 17 años de experiencia compitiendo en los escenarios más exigentes del mundo.

Este 2 de agosto, se cumple el primer aniversario de la medalla olímpica de plata en sincronizados junto a Juan Celaya, en París 2024. Fuera del complejo lo espera su familia. Era una medalla de plata con sabor a oro.

“Lo recuerdo con mucho cariño. Ahí nos dimos cuenta que Ósmar ya se había convertido en una realidad y que a partir de ahora había que trabajar con él para que siguiera obteniendo lo que hoy nuevamente obtuvo”, recuerda. “Ósmar va cumpliendo todo lo que va prometiendo y diciendo”.

Ósmar tiene un ritual íntimo con su padre. Previo a cada competencia le llama por teléfono desde las Preliminares hasta la Final. “Le doy las últimas palabras”. Sergio vuelve a llorar.

Y, como era de esperarse, previo a la Final Mundial no fue la excepción. Desde Singapur, Ósmar llamó por teléfono a su padre. Con una convicción inquebrantable, le dijo: “Voy a escuchar el himno. Hoy es el día”. Y lo cumplió.

A lo largo de 17 años, la familia de Ósmar lo ha acompañado en cada competencia siempre que ha sido posible. Aunque en ocasiones el trabajo o las limitaciones económicas lo han impedido. Nunca han dejado de hacer todo lo posible por estar cerca de su campeón.

En ocasiones han hecho rifas o la comunidad del futbol americano ha recaudado dinero para dárselo a la familia del clavadista mexicano. “De repente se hacen ahí, como decimos en el americano, ‘salir a botear’. Significa que de repente pido a la familia del futbol americano que pueda apoyar para tratar de minimizar o suavizar el gasto y toda la vida la familia del futbol americano nos apoya”.

Ósmar volvió a marcarle por teléfono a su padre ya como campeón del mundo. “Le dije llorando que ya lo había logrado y que ahora tenía que luchar al triple para que ahora él fuera el parámetro de los chinos. Que demostrara que no había sido casualidad. Que demostrara que el objetivo estaba claro y que todas las competencias y todo el proceso de Los Ángeles, él iba a estar ahí en ese lugar”.

Y el multicampeón mexicano solo tenía una respuesta: “Vamos a demostrarles a los chinos que yo soy ahora el nuevo en clavados”.


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Yarek Gayosso
YAREK GAYOSSO

Periodista en Sports Illustrated México, con 13 años de experiencia cubriendo eventos de gran magnitud como los Juegos Olímpicos de París 2024.