El renacer de la tenista mexicana Fernanda Contreras

Hace más de un año, Fernanda Contreras no podía mover los dedos de sus manos. Sostener un vaso de agua era un desafío; imaginarse de nuevo con una raqueta en las manos, impensable. Hoy está de vuelta en el tenis.
Aunque ya está mejorando y jugando sin dolor, el proceso de recuperar la fuerza y el músculo perdidos tras haber usado un yeso es largo y desafiante para una tenista profesional. Fernanda platica con Sports Illustrated México, con la esperanza de volver al nivel que tenía antes de la lesión. Como aquel 2022, cuando jugó en el cuadro principal de Roland Garros, Wimbledon y el US Open.
La primera vez se lesionó al caer en una cancha de arcilla una semana antes de Roland Garros 2023. A pesar de una inyección y descanso, la lesión empeoró y, tras volver a caer en Austin, se desgarró completamente, lo que requirió una operación del ligamento de la muñeca. Esta lesión la mantuvo fuera de las canchas por un tiempo considerable —casi año y medio — y fue el inicio de un largo proceso de recuperación.
Perdió fuerza y músculo. Este proceso fue muy duro emocionalmente para ella, ya que sentía que estaba jugando bien antes de la lesión y tuvo que parar, enfrentando un largo camino de recuperación con muchos altibajos y recuerda cómo un día "daba un paso adelante y dos hacia atrás".
Se consuela sabiendo que es una experiencia común entre tenistas, mencionando a una amiga que también sufrió una grave lesión (desgarro del tendón de Aquiles) y tuvo que "empezar de cero”.
A pesar de las dificultades, la lesión le brindó una nueva perspectiva y oportunidades inesperadas. Pudo pasar tiempo con su familia y amigos, a quienes no había visto en mucho tiempo, y finalmente comenzó a escribir su segundo libro. Este tiempo de inactividad forzada le permitió reflexionar y apreciar lo que tiene, transformando un revés en una oportunidad para el crecimiento personal.
Tareas básicas como agarrar un vaso o un lápiz eran un desafío, lo que subraya la magnitud de su "viaje" físico y emocional para volver a jugar sin dolor.
Sus recuerdos del tenis la hicieron mantener la esperanza. El US Open y Wimbledon, y especialmente su victoria contra Sofía Kenin en Tokio, donde recuerda vívidamente el contraste entre la tranquilidad del público japonés y la pasión de los pocos aficionados mexicanos presentes.
También recuerda su primera visita a Australia, donde, aunque no jugó, sintió una gran motivación para competir si se le presentaba la oportunidad. Estas memorias positivas contrastan con la dureza de su lesión y recuperación, destacando el "amor por el tenis" que la impulsó a seguir adelante.
En este tiempo de recuperación escribió su segundo libro. Cuando le pregunto sobre un título para este capítulo de su vida, un período marcado por la recuperación de una lesión grave que pudo haberla retirado del tenis y su exitoso regreso. Ella propone títulos que reflejan resiliencia.
“Adaptarse para sobrevivir” o "adáptate o no dejes que el sueño muera”. Estas ideas están directamente relacionadas con su larga y difícil recuperación de una lesión de muñeca, un proceso emocionalmente desafiante y su determinación de "darme una segunda chance" y no rendirse.
A Fernanda, la caracteriza una imaginación brillante y su forma de acercarse más a la vida y a la literatura es escribiendo libros, el primero comenzó a escribirlo a finales de 2020 donde explora la mitología, un poco de ficción y eventos reales. Y es que escribir lo ha traslado al tenis, donde se sienta en los cambios para leer notas y, a veces, saca un bolígrafo para anotar sus pensamientos sobre el partido.
Es heredera de una dinastía que comenzó su abuelo Francisco “Pancho” Contreras, quien representó a México en Copa Davis, en los 60 y jugó en Roland Garros 1957, 65 años antes que su nieta. Su padre Javier también compitió por México. Fernanda no siente presión por pertenecer a una familia de tenistas.
Incluso su abuelo ha estado en sus pensamientos durante este largo proceso de recuperación, convirtiéndose en una fuente constante de fortaleza para ella.
