Renata Zarazúa, el drive zen

No lo grita ni lo presume en redes, pero ahí está el dato: Renata Zarazúa es la única tenista mexicana que ha disputado el cuadro principal de los cuatro torneos de Grand Slam. Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open. Todos. La gira completa. Lo ha hecho sin estridencias, empujada por una mezcla de talento, ambición y fe en los días buenos. Renata prefiere hablar con la raqueta.
“Creo que ha sido clave que yo no soy alguien que se conforme. No me gusta eso. Y en el tenis eso es importantísimo. Si ganas un partido y lo festejas como si ya hubieras ganado el torneo, ahí te estancas. Yo no soy así. Ni cuando he ganado torneos salgo a celebrar. No me nace”.
Renata Zarazúa (CDMX, 1997) tiene un carisma quizá imposible de ocultar. Se delata frente a cada pregunta porque cuando se toma el tiempo para pensar la respuesta una sonrisa le asoma como para marcar un tiempo de espera, luego, ya con seriedad profesional, suelta su drive y repasa sus mejores victorias, el costo emocional del circuito, la percepción que el mundo tiene del tenis mexicano y los fantasmas que ha aprendido a enfrentar. Porque el partido más duro suele jugarse en la cabeza, dice. Y ella ha aprendido a enfrentarlo.
SI: A estas alturas, por cuál triunfo te dices: “Por esto valieron la pena las lesiones, el sacrificio, todo”.
RZ: El año pasado, ganarle a Kaitlyn Christian en el US Open fue increíble. Era mi primera vez en el cuadro principal y tenía un buen de dudas. Jugué más o menos, pero gané, y eso me dio muchísima satisfacción. También el haber ganado dos torneos el año pasado: el USTA W100 (Tyler, Texas) y el último en Charleston (Fifth Third 125). Son siete días de pelear con todo: dolor de panza, partidos feos, nervios. Y ganarlo es... no sé, algo que nunca voy a olvidar.
SI: Has peregrinado entre lesiones y mucho trabajo para recuperar tu salud y volver a competir en serio. ¿Cómo enfrentaste esos momentos? ¿Cuál fue el más duro?
RZ: Cuando me operaron la última vez de la rodilla. Fue hace tres años y fue muy duro porque normalmente los doctores se tienen confianza suficiente como para saber que pueden resolver el problema, pero esta vez el especialista me dijo: “Te soy franco, siento que el resultado no está en mis manos. Vamos a ver cómo responde tu cuerpo, porque esto nunca lo he hecho". Y eso que este doctor —Harlan Selesnick— ha operado a Federer y trabaja con Messi en el Inter de Miami. Fue un shock. Pero cuando me recuperé, me dije: “¡Wow! A lo mejor mi cuerpo es más fuerte de lo que creo”
SI: Más allá de los resultados, ¿superar tantas lesiones y tantos momentos tan complicados es el mayor triunfo de tu vida?
RZ: Sí, yo creo que un poquito. Quizá mi mayor triunfo independientemente de mis resultados, que cada uno vale muchísimo, mi mayor victoria quizá es mi día a día, porque al final como deportista siempre te arriesgas a tener mil lesiones y yo doy gracias a que no he tenido una lesión como tan grave como para dejar de jugar o o que me afecte a mi salud.
SI: ¿Para un deportista qué puede ser tan duro como una lesión?
RZ: Ehm, creo que el convivir día a día con todos tus demonios. El constante reto de superar cosas y cuando las cosas no salen bien en ese día toca entender cómo intentar ver la parte positiva. Yo creo que eso es lo más duro.
SI: ¿cómo entrenas tú la parte psicológica para superar momentos de duda, momentos de tristeza, momentos de presión?
RZ: Lo trabajo con una psicóloga, pero también he aprendido a trabajar conmigo misma. Al final, contigo es con quien más convives. He aprendido a ser mi propia maestra. Por ejemplo, Si estoy muy nerviosa en un partido, me pregunto por qué. Me enfoco en lo mejor que puede pasar. No tengo que tener miedo: entrené bien. Si sale, felicidades. Si no, ni modo. He trabajado en entender por qué pienso lo que pienso y es lo que más me ha ayudado en los últimos meses.
SI: Me comentaste que de no haber sido tenista, te habría gustado ser psicóloga y ahora, al parecer, habla la psicóloga…
RZ: Sí, es decir no (ríe). De verdad yo siento que toda la gente ve muchísimo las redes sociales y piensa que todo el mundo vive así de maravilla, pero nada que ver. Yo he aprendido que también está bien no estar bien. ¿viste?
A cada uno igual le funcionan cosas diferentes, o sea, no hay como un método o una varita mágica que digas, "bueno, ya, esto te va a hacer quitarte todos tus problemas". Pero yo creo que el entenderte y platicar contigo mismo es de lo que más me ha llegado.
SI: ¿Jugar un torneo cansa más física o mentalmente?
RZ: Mental, cien por ciento. El estrés y los nervios te drenan.
SI: Y en un ambiente tan competitivo, ¿con quién te llevas bien?
RZ: Con Juliana Olmos, obvio. Con varias latinas: Lourdes Carlet, Julia Riera, Emiliana Arango. Y Sonia Kenin, de Estados Unidos. Pero no puedes contarles todo. Luego te las topas en la cancha y resulta que ya conocen tus debilidades.
SI: Alguna vez un expresidente de la Federación Mexicana confesó que el tenista mexicano festeja demasiado pronto. ¿Te suena?
RZ: Totalmente. En mi caso no ocurre. Yo acabo de jugar y lo único que quiero es irme al hotel. Crecí en una familia sin alcohol, y me fui a Estados Unidos a los 13 años. Allá todo es más estructurado, más frío. Nadie sale entre semana, y eso me formó. Me adapté a una rutina dura, sin distracciones. Algunos deportistas a veces se conforman muy rápido. Ganan un partido y ya sienten que lograron algo. Pero yo no celebro ni cuando gano un torneo. La gente me dice: "Vamos a cenar, tómate algo", y yo: "No, gracias". Mi felicidad no está ahí.
SI: Irte a los 13 años a entrenar a otro país, ¿qué te dejó?
RZ: Me sirvió mucho. Aunque lo hice más por seguir a mi hermano que por una decisión estratégica. Pero al final, si eres disciplinado, puedes lograrlo desde donde sea. No creo que si me hubiera quedado en México habría sido diferente.
SI: ¿Y cómo se percibe a México en el circuito?
RZ: Muy bien. Les encanta Acapulco, dicen que la gente es amable, los partidos de noche, el ambiente. Lo ven más relajado. Y también respetan. Aunque sí te preguntan: “¿Por qué no hay más jugadores mexicanos?” Y no hay una respuesta exacta. Quizá falta creértela, más actitud, apoyo... no sé.
SI: ¿Algún consejo que te haya marcado?
RZ: Algunos, sí. “Que no te importe lo que la gente piense”. “Que seas egoísta en la cancha”. “Que aunque no lo sientas, aparentes seguridad”, así como Aryna Sabalenka (Bielorusia, número uno del ránking), que entra y parece diosa. Eso me ha ayudado mucho.
SI: ¿A quién te hubiera gustado y te gustaría enfrentar?
RZ: A Serena Williams. Y ahorita, a Iga Swiatek (Polonia, número dos del ránking)..
SI: Tu apellido tiene historia. ¿Cómo lo llevas?
RZ: Es algo bonito. Vicente Zarazúa es mi tío abuelo y siempre me ha apoyado. No me ven como la tenista, sino como Renata, su familia. Eso me da paz.
SI: ¿Y hasta cuándo quieres jugar, asoma el retiro?
RZ: No, fácil tres o cuatro años más. Mi mente está bien, es el cuerpo el que dirá hasta cuándo.
SI: ¿Quién viene atrás de ti en el tenis femenil mexicano?
RZ: Carlota Alonso. Tiene mucho potencial.
SI: ¿Hay futuro después de Renata?
RZ: Sí, sí hay. Pero no basta con tener talento: también hay que creérsela, trabajar mucho y aguantar. Y claro, apoyar más a los jóvenes.
