Archivo SI | Joe Montana… Ese hombre otra vez

Cada sábado, Sports Illustrated México reedita íntegramente una gran historia del archivo de la revista. Nos remontamos a octubre de 1989, cuando Joe Montana realizó uno de sus milagros, al levantar a los 49ers con 21 puntos en ocho minutos para sorprender a los Eagles.
Joe Montana, quarterback de los San Francisco 49ers, en juego ante los Philadelphia Eagles.
Joe Montana, quarterback de los San Francisco 49ers, en juego ante los Philadelphia Eagles. / John Iacono | Sports Illustraded

Cada sábado, Sports Illustrated México reedita íntegramente una gran historia del archivo de la revista. La selección de hoy es THAT MAN AGAIN, de Peter King, publicada originalmente el 2 de octubre de 1989.

En el palco de dueños visitantes, en lo alto del Veterans Stadium, Eddie DeBartolo, propietario de los San Francisco 49ers, veía un partido imposible de ganar. Quedaban poco más de ocho minutos y los Philadelphia Eagles estaban arriba por 11 puntos. Su mariscal, Joe Montana, había sido capturado siete veces. El ataque terrestre de los Niners apenas sumaba ocho yardas. Y los equipos especiales habían entregado el balón dos veces, lo que resultó en 14 puntos para Filadelfia.

San Francisco incluso pudo haber estado más abajo en el marcador, y DeBartolo admiraba la forma en que sus muchachos —que disputaban su tercer juego consecutivo en la zona horaria del Este— se habían mantenido en pie contra un rival tan fuerte y joven. DeBartolo se volvió hacia el vicepresidente ejecutivo, Carmen Policy, y le dijo: “Vamos a perder, pero estos muchachos tienen tanto carácter. Me va a dar orgullo hablar con ellos después del partido”.

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Unos minutos más tarde, parado en la zona de anotación norte, los ojos de DeBartolo se humedecían mientras presenciaba otro milagro de Montana. “Dios, qué bravos son. Amo a este equipo”, dijo con la voz entrecortada, mientras los segundos se esfumaban rumbo a un triunfo de San Francisco por 38-28. Montana había lanzado su quinto pase de touchdown en el partido para remontar a los Niners hacia su tercera victoria consecutiva como visitantes —y nada menos que bajo un nuevo entrenador, George Seifert. “Estoy más orgulloso de ellos ahora que en el Super Bowl”, afirmó DeBartolo.

La portada de Sports Illustrated del 2 de octubre de 1989 , con Joe Montana encabezando a los San Francisco 49ers.
La portada de Sports Illustrated del 2 de octubre de 1989 , con Joe Montana encabezando a los San Francisco 49ers. / John Iacono | Sports Illustraded

Derrámate, Eddie, derrámate. Tus muchachos lo merecen. En un deporte donde la grandeza sostenida es casi un mito, los Niners siguen firmes cerca del final de su década de dominio. Y en cuanto a Montana, nadie desde George Blanda había jugado tan bien tantos cuartos periodos.

En tres de sus últimas cuatro victorias, los 49ers vinieron de atrás en los últimos cuatro minutos. Primero fue aquella serie de 11 jugadas y 92 yardas que les dio un triunfo 20-16 sobre los Cincinnati Bengals en el Super Bowl de enero pasado. Después, contra los Tampa Bay Buccaneers en el segundo partido de esta temporada, San Francisco recorrió 70 yardas en 10 jugadas y anotó con 40 segundos por jugar para ganar también 20-16. Y el domingo, tras ir abajo dos veces por 11 puntos en el último cuarto, Montana quizá —énfasis en el “quizá”, para no sonar blasfemos— jugó el mejor cuarto de sus 11 años de carrera.

Joe Montana organizando la jugada ante Eagles.
Joe Montana organizando la jugada ante Eagles. / John Iacono | Sports Illustraded

Sin contar las dos jugadas en las que se hincó para agotar el reloj, los 49ers tuvieron el balón cuatro veces en el último cuarto por menos de seis minutos en total. En ese lapso Montana completó 11 de 12 envíos para 227 yardas, incluidos pases de touchdown de 70, ocho, 24 y 33 yardas para el receptor John Taylor, el fullback Tom Rathman, el ala cerrada Brent Jones y el receptor Jerry Rice, respectivamente. “Uno disfruta estar en esas situaciones”, dijo después un Montana feliz pero, como siempre, imperturbable.

Filadelfia pensaba que era bastante buena ganando este tipo de partidos… hasta que se topó con los expertos. Una semana antes, los Eagles habían anotado 21 puntos en el último cuarto para vencer 42-37 a los Washington Redskins. Ahora les había pasado lo mismo, pero en contra. “¿La diferencia entre nuestro último cuarto de la semana pasada y este?”, dijo el mariscal Randall Cunningham. “Joe Montana”.

En el partido, Montana completó 25 de 34 envíos para 428 yardas. Cunningham también tuvo un buen día, con 192 yardas por aire y escapando de todos los de rojo. Pero no fue su mejor tarde. Cuando San Francisco tomó ventaja de 31-28 con 3:17 por jugar, Cunningham tuvo la oportunidad de otro final espectacular al estilo Philly. Conectó con el fullback Heath Sherman para 17 yardas y corrió él mismo tres más. Después intentó un pase corto de siete yardas al corredor Keith Byars, pero el balón rebotó en sus manos y cayó en las de Ronnie Lott, profundo de los Niners. Partido terminado.

“¡Maldita sea!”, dijo Cunningham con el rostro crispado de frustración mientras caminaba hacia la banca. Arrojó el casco. “¡Maldita sea!”

Los rivales de San Francisco suelen acabar maldiciéndose. Los 49ers parecen estar cerrando la década tan fuerte como la empezaron —ganaron su primer Super Bowl después de la temporada de 1981— en gran parte porque han sabido renovar su plantel, pese a escoger tarde en el draft durante casi todos los 80.

“Es algo terrible de hacer, y no me hubiera gustado estar en el lugar de [el exentrenador] Bill Walsh o de [el gerente general] John McVay”, dice DeBartolo. “Pero tienes que renovar a tu equipo. Tienes que mantenerte joven. Y no hemos dejado que este equipo envejezca”.

Los Niners son apenas el 19º equipo más joven de la NFL —sus 47 jugadores promedian 27.02 años—, pero sus 22 titulares son más jóvenes que los de Cleveland Browns, Buffalo Bills, New Orleans Saints, Redskins y Los Angeles Rams. Con la excepción de Montana, la ofensiva titular ya no tiene a nadie del equipo campeón del ’81. Y aun así, San Francisco conserva uno de los ataques más peligrosos del juego.

En la defensa titular, solo Ronnie Lott queda de aquel equipo del ’81; aun así, San Francisco presume la cuarta mejor defensa de la liga. “Aquí la juventud siempre ha tenido su lugar”, dice Keena Turner, veterano de 10 años que ahora comparte tiempo en la posición de linebacker externo con Bill Romanowski. “No es como aquellos Pittsburgh Steelers que eran los mismos durante ocho o diez años”.

Montana lanza el pase ante el acecho de la defensiva de Eagles.
Montana lanza el pase ante el acecho de la defensiva de Eagles. / John Iacono | Sports Illustraded

Ahora los 49ers están 3-0 con solo cinco partidos de visitante por delante. Una de las lecciones más duraderas de Walsh fue cómo ganar en gira, y los Niners no lo han olvidado: tienen marca de 17-2 en sus últimos 19 partidos fuera de casa, y esas dos derrotas fueron por un punto. Desde el ’81, han sido un equipo de .650 en casa y de .770 como visitantes.

El talento, la preparación física y la mentalidad han contribuido obviamente al poderío de San Francisco en gira, pero también la forma en que viajan, absolutamente lujosa. El equipo suele volar en aviones de fuselaje ancho; la mayoría de los jugadores disponen de dos o tres asientos para estirarse. Cada uno recibe el equivalente a tres comidas de primera clase en los vuelos trasatlánticos. Ya en tierra, unos 30 de los 45 jugadores activos tienen habitación individual; en otros equipos de la NFL todos los jugadores se doblan en pares. “Hay algo especial en cómo viajamos”, dice Seifert, quien fue coordinador defensivo antes de suceder a Walsh. “Eso favorece a la victoria”.

¿Puede San Francisco mantener este nivel todo el año? “Se ha establecido una mini-tradición”, dijo Seifert el sábado. “Tenemos que seguirla. Es lo que se espera de nosotros”.

“Estamos empezando a recordarme al ’84”, dijo el profundo Jeff Fuller tras el partido del domingo, evocando la temporada de campeonato en la que los 49ers terminaron 18-1. “Cada partido al que entramos, no puedo imaginar que lo perdamos”.


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