Conclusiones Semana 15 NFL: Por qué los Broncos no se inmutaron en su onceava victoria consecutiva

Denver se acerca al primer sembrado de la AFC. Además, el nivel tipo MVP de Matthew Stafford, la lesión de Patrick Mahomes y más de una semana cargada de emociones.
Bo Nix llevó a los Denver Broncos a un triunfo cerrado sobre los Green Bay Packers.
Bo Nix llevó a los Denver Broncos a un triunfo cerrado sobre los Green Bay Packers. / Justin Edmonds/Getty Images

Es momento de repasar las conclusiones, y como parte del paquete de esta semana, tenemos una historia aparte sobre la espectacular remontada de los Bills. Vamos con ello…

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Denver Broncos

Los Broncos son tremendamente impresionantes. Y su juego de alto nivel se manifestó con mayor claridad en los momentos grandes, cuando el equipo parecía tener menos control el domingo.

Una carrera de touchdown de 40 yardas de Josh Jacobs en la primera posesión de la segunda mitad puso a los Packers arriba 23–14 en Mile High. Un tres y fuera posterior le dio a los Packers la oportunidad de despegarse y silenciar a una afición que no había estado tan encendida en una década.

“No nos inmutamos”, me dijo el quarterback Bo Nix después del partido. “En general, no pusimos atención al marcador. Sabíamos que quedaba mucho juego”.

Es justo decir que ese enfoque funcionó. El corner de élite Patrick Surtain II interceptó a Jordan Love de manera espectacular, profundo en el campo, en la siguiente jugada. Luego, Nix y la ofensiva recorrieron 71 yardas en siete jugadas, sin siquiera enfrentar una tercera oportunidad. El resto fue trámite, ya que los Broncos cerraron el partido con una racha de 20–3 para imponerse 34–26.

Son 11 victorias consecutivas para los Broncos, que mejoraron a 12–2. Y eso les da la oportunidad, en los próximos 11 días, de asegurar el sembrado número uno de la AFC. Con triunfos sobre los Jaguars el próximo domingo y ante los Chiefs —ahora liderados por Gardner Minshew II— en Navidad, la ventaja de local sería suya.

Mejor aún, en este domingo en particular, encontraron otra forma de ganar.

Esta vez no se trató únicamente de Nix y el juego aéreo al final, como había ocurrido en otros tramos. Fue así de principio a fin, con Nix lanzando para 302 yardas, cuatro touchdowns y un rating de 134.7, al completar 23 de 34 pases ante una combativa defensiva de los Packers. Y, más específicamente, se trató de Nix y su receptor estelar de confianza, Courtland Sutton, en los momentos grandes.

“Confío en él tanto como en cualquier receptor con el que haya jugado”, dijo Nix. “Y confío en él por el trabajo que hace durante la semana”.

La química resultante es cada vez más evidente. Estuvo ahí en el pase profundo a Sutton para culminar esa serie de 71 yardas en el tercer cuarto. Y lo fue aún más en cuarta y dos, con 9:03 por jugar, cuando Nix pudo haber soltado el balón corto, pero en su lugar lanzó otro pase largo a Sutton para 26 yardas. Eso dejó a los Broncos en la yarda 15 de los Packers. Cuatro jugadas después, llegaron a la zona de anotación para poner el 34–26.

“No fue como si lo hubiéramos intentado por primera vez hoy”, explicó Nix. “Hemos lanzado ese pase antes, y me siento cómodo tirándoselo. Él genera espacio y separación, y yo la pongo arriba sabiendo que va a hacer una jugada. Me molesta porque en la jugada anterior, en tercera y manejable, fallé un buen pase de bandera. Pero sigo regresando con él, sabiendo que va a estar disponible”.

Y ahora este tipo de cosas están ocurriendo por todo el roster de los Broncos. Otro ejemplo: en defensa, justo cuando Surtain hacía esa jugada enorme, su contraparte Riley Moss también realizó un par de jugadas clave, incluida otra intercepción a Love.

El resultado es un equipo lleno de jugadores que confían unos en otros para hacer las jugadas más importantes cuando más se necesitan. Curiosamente, la racha actual fue precedida por dos derrotas consecutivas: la primera por un castigo de apalancamiento en un gol de campo en Indianapolis, la otra por una jugada heroica de Justin Herbert en L.A.

Desde entonces, los Broncos han abordado cada partido de la misma manera, y han tenido muchos de ese tipo. Su siguiente juego, ante Jacksonville, llegará exactamente tres meses después de su última derrota. El siguiente podría ser su último viaje como visitantes hasta, si llegan tan lejos, el Super Bowl. Y sus posibilidades de avanzar deberían verse fortalecidas por más domingos como este, jugados en el aire delgado y ante una afición revitalizada.

“El ambiente fue eléctrico”, dijo Nix. “Fue una de las razones por las que la segunda mitad se dio como se dio. La gente se mantuvo con nosotros y pudimos darles las jugadas necesarias para encender el estadio. Fue hostil esta noche; fue un lugar complicado para venir a jugar. Se sintió como un entorno de playoffs: ruidoso. No fue un lugar divertido [para el rival]. Creo que estamos construyendo algo. Y no solo eso: creo que estamos regresando a lo que es normal aquí”.

Si has seguido a la NFL el tiempo suficiente, sabes exactamente a qué se refiere.

Y sabes que está justificado.

Los Angeles Rams

Los Rams pueden ganar de cualquier forma. Pero hay una que sigue funcionando muy bien, y fue a la que recurrieron el domingo tras verse abajo 24–14 con 30 segundos por jugar en la primera mitad. También es una que deja clara la diferencia que marca Matthew Stafford.

La mayoría de los equipos, en esa situación, jugarían de forma conservadora y se conformarían con ir al vestidor a reagruparse. Los Rams, como lo hemos visto todo el año, no son la mayoría.

Un pase corto a Kyren Williams para 10 yardas y un disparo a Puka Nacua para 37 después, y los Rams ya se alineaban para un gol de campo corto que volvió a dejar el juego a una posesión y dio impulso a los locales para lo que sería un tercer cuarto de 17–0, clave en la victoria 41–34. Ocurrió porque, bueno, parece que cualquier cosa puede pasar con el número 9 al mando en L.A.

“Así se siente, honestamente”, me dijo Williams. “Matthew puede hacer cualquier lanzamiento en el campo. Y me da una confianza tremenda, es una locura. Sé que si hago mi parte, si cumplo con mi 1/11 del trabajo, Matthew va a soltar el balón a tiempo, para Puka, para Davante [Adams], para Colby [Parkinson], para T-Ferg [Terrance Ferguson]. No importa quién sea, el pase se va a completar.

“Tener a un tipo así detrás, hombre, te da muchísima confianza”.

Sean McVay juega con eso y, para ser claros, no es solo Stafford.

Es un equipo duro, curtido por las batallas del pasado con los 49ers de Kyle Shanahan y por la determinación del coach de corregir cualquier error de aquellos días. En consecuencia, Williams y Blake Corum se combinaron para 149 yardas por tierra y tres touchdowns en 26 acarreos, mientras que el temido juego terrestre de los Lions fue limitado a apenas 70 yardas en 20 intentos.

También es un grupo mentalmente fuerte, capaz de venir de atrás y de ganar las yardas complicadas al final de los partidos, como las que consiguió Williams para sentenciar a los Lions el domingo.

“No sé si haya mucha diferencia entre el equipo de este año y el del año pasado, pero hay algo que sí sé con certeza: este equipo está hecho para esto”, dijo Williams. “El coach McVay nos lo remarcó desde temprano en la temporada, durante el training camp, que estamos construidos para lo que sea. Creo que estos jugadores tomaron esa mentalidad y realmente la hicieron suya”.

Y esa mentalidad comienza con un quarterback que está jugando a un nivel de otro mundo. Con tres partidos por disputar, Stafford suma 3,722 yardas, 37 pases de touchdown contra solo cinco intercepciones y un rating de 112.2. Por eso, ahora con marca de 11–3, Stafford fue recibido con cánticos de MVP cuando regresó al vestidor tras vencer a su antiguo equipo el domingo.

Y no fue solo un gesto.

Cuando le pregunté a Williams si, en su opinión, Stafford debería ser el MVP, no lo dudó: “Vamos, hermano. Sí”.

Y si los Rams se salen con la suya, ese no será el único trofeo que se lleve a casa.

Kansas City Chiefs

En otra parte de la AFC West, la noticia sobre Patrick Mahomes fue, evidentemente, devastadora. Y se sintió tanto en los Chiefs como en su rival del domingo, Los Angeles.

“Es terrible ver caer a cualquiera”, me dijo por teléfono el linebacker de los Chargers, Daiyan Henley, tras el partido. “Y digo a cualquiera porque hoy hubo mucha gente que tocó el suelo. Yo mismo sentí que varias veces tenía que hincarme y mandar una oración. Ver a un líder de su equipo, un líder de este deporte, un líder de esta liga, caer de esa manera… le mando mis oraciones. Se las mando a todos los que juegan este deporte, porque es un juego muy duro.

“Todos sabemos que va a regresar, y le dije a sus compañeros: por favor, mándenle mi respeto, porque no estaba ahí para dárselo yo mismo”.

Creo que eso encapsula perfectamente el sentir en la NFL en este momento.

Simplemente es un golpe durísimo.

Mahomes es el rostro más reconocible del deporte, su mayor estrella, y el jugador más condecorado y exitoso de la liga. Más allá de eso, es enormemente querido por sus compañeros, y con razón: ese chico del este de Texas que viste paseando una hielera de Coors Light junto a Josh Allen en The Match es exactamente quien es. Cercano. Entusiasta. Un tipo genuinamente bueno.

Ahora bien, si miramos hacia lo que sigue, mucho dependerá del alcance del daño en los ligamentos. Si se trata de una rotura limpia, solo del ACL, regresar para el training camp no estaría fuera de la mesa. Si es una lesión de múltiples ligamentos, el inicio de la próxima temporada podría estar en duda.

Más detalles deberían surgir en los próximos días. Y lo que se determine podría influir en cómo los Chiefs se reconfiguren este offseason, con sus necesidades más evidentes en las posiciones de habilidad.

Por ahora, como dijo Henley, es justo decir que simplemente duele ver algo así.

Incluso si tu equipo es uno de los muchos a los que Mahomes ha atormentado.

Los Angeles Chargers

Dicho eso, fue otra victoria importante para los Chargers. Para describirla, Henley me llevó a un momento que vivió su defensiva con el coordinador Jesse Minter la semana pasada.

“Jesse nos dio un gran discurso sobre cómo este equipo estaba construido para vencer a los Chiefs, específicamente porque ellos han dominado esta división durante una década”, explicó la figura de tercer año. “Y [los coaches] se reunieron y hablaron de cómo podíamos vencerlos. Es un testimonio del staff de coacheo y de cómo nos preparamos para este tipo de batallas”.

El marcador final fue 16–13, y los Chargers llegaron ahí —y a su primera barrida sobre los Chiefs en 12 años— a través de una serie de ejemplos de exactamente lo que Henley describía.

Quizá el mejor llegó en la jugada que él mismo protagonizó. Los Chargers sostenían esa ventaja de 16–13 con 12:47 por jugar, y tenían a los Chiefs en tercera y 12 desde la yarda 17 de L.A. Mahomes tomó el snap desde la escopeta y Henley ejecutó lo que le habían enseñado.

“Sabemos que ellos juegan mucho con cinco abiertos—cinco abiertos básicamente significa que el running back va a estar involucrado en el juego aéreo, especialmente en zona roja”, explicó Henley. “El segundo detalle es que cuando Mahomes sale del bolsillo, siempre tiene una segunda jugada. Así que para mí, identificar que el corredor estaba abierto, llegar con él y asegurarme de estar pegado, y luego mantenerme ahí, porque la segunda jugada estaba por comenzar. No se trata de ganar la primera jugada; se trata de ganar la segunda con Mahomes”.

Así, Henley siguió a Kareem Hunt en una ruta de swing saliendo del backfield, vio a Mahomes intentar escapar (Khalil Mack no se lo permitió) y sintió a Hunt girar hacia la línea de gol. A partir de ahí, prácticamente corrió la ruta por él y estuvo ahí para interceptar el pase en la yarda 1.

Después, los Chargers armarían una serie ofensiva de siete minutos que volvió a demostrar que, incluso sin piezas clave como Joe Alt y Rashawn Slater, la identidad implantada por Jim Harbaugh sigue intacta.

“Son piezas enormes—fundamentales para nuestro equipo antes y ahora—así que perderlas es crucial”, dijo Henley. “Pero se trata del equipo. Hablamos mucho de los individuos y de lo que hacen como colectivo. Perdimos a dos grandes individuos, pero ahora se trata del colectivo”.

Ese colectivo, en la última semana, venció a los dos equipos que disputaron el Super Bowl pasado, pese a que Justin Herbert fue operado de una mano fracturada y a las ausencias ya mencionadas. Ese colectivo ha ganado seis de sus últimos siete partidos y tiene marca de 10–4. Y ese colectivo será muy interesante de ver frente a los Cowboys, Texans y Broncos en las próximas tres semanas.

Baltimore Ravens

Los Ravens siguen siendo un equipo peligrosísimo. Baltimore solo ha perdido dos partidos desde su descanso de la Semana 7. Uno fue la semana pasada ante Pittsburgh, un juego que algunos creen que Isaiah Likely en realidad ganó con una recepción en la zona de anotación que terminó siendo marcada como incompleta. El otro fue la semana anterior, en la noche de Thanksgiving, y esa derrota fue vengada el domingo, cuando los Ravens aplastaron a los Bengals 24–0, por un margen incluso mayor al 32–14 con el que Cincinnati los había vencido dos semanas antes.

Entonces, ¿qué hacer con un equipo de Ravens que perdió cuatro juegos seguidos, luego ganó cinco al hilo, después cayó en dos antes de esta blanqueada dominical en el gélido Cincinnati?

Depende de cuándo hagas la pregunta.

Pero esta semana, los Ravens lucieron como un equipo que aprendió y creció a partir de sus tropiezos, al regresar y dejar sin puntos a una ofensiva liderada por Joe Burrow, mientras corrían para 189 yardas en el frío.

“Definitivamente nos dejó un mal sabor de boca”, me dijo el safety Alohi Gilman. “Como defensiva, sentimos que en ambos juegos que perdimos ante rivales divisionales les regalamos un par de situaciones donde pudimos haber estado un poco más concentrados. Fue bueno revisar en qué áreas debíamos mejorar—ya fuera ese ‘middle eight’ del partido o cerrar mejor las segundas mitades.

“Teníamos que estar un poco más sintonizados entre nosotros en situaciones específicas, y eso solo llega con práctica y preparación”.

En ese sentido, las primeras dos series ofensivas de los Bengals cruzaron la yarda 30 de Baltimore, pero grandes jugadas de los Ravens cortocircuitaron ambas: una captura de 15 yardas y una intercepción dejaron a Cincinnati sin puntos en esas oportunidades. En cuanto al “middle eight” al que se refirió Gilman, un touchdown antes del descanso y un gol de campo al volver del medio tiempo pusieron el marcador 17–0.

Luego vino la jugada definitiva: Kyle Van Noy interceptó a Burrow y lateralizó el balón a Gilman para un regreso de 84 yardas que prácticamente sentenció a los Bengals 2025, ahora oficialmente eliminados de la contienda por los playoffs.

Eso también ayudó a sellar la blanqueada. “No importa si es Joe Burrow o un quarterback novato, eso no es fácil de hacer”, dijo Gilman, y además hizo que el partido de la próxima semana sea aún más grande para Baltimore.

Los Ravens recibirán a los Patriots (11–3) el domingo por la noche, en Sunday Night Football.

Jacksonville Jaguars

Mucho crédito para Liam Coen y los Jaguars por su décima victoria. Pero hay algo que no debería pasarse por alto mientras Jacksonville intenta contener a unos Texans encendidos en la AFC South: ese staff joven realmente está comenzando a exprimir al máximo a sus jugadores.

Travis Etienne Jr. fue un ejemplo claro el domingo en la paliza de los Jags 48–20 sobre los Jets. El corredor, en su quinta temporada, atrapó tres pases para 73 yardas y anotó en las tres recepciones.

“Se trata de que los coaches entiendan nuestro conjunto de habilidades y utilicen nuestro potencial, maximizando a cada jugador al encontrar desajustes en el campo”, me dijo Etienne tras el partido. “[Coen] está haciendo un gran trabajo leyendo el juego. Ha hecho un gran trabajo mandando las jugadas”.

Y Etienne explicó que eso va más allá de su propia producción estadística, señalando cómo fue utilizado como señuelo en ambas jugadas explosivas del novato Bhayshul Tuten, quien sumó 23 yardas y un touchdown. “Tuve a dos defensores encima y él quedó completamente libre”.

Ese tipo de detalles, a su vez, termina beneficiando también al quarterback. Y en las últimas semanas eso ya se refleja en la producción de Trevor Lawrence. Desde Thanksgiving, el pasador de quinto año ha lanzado para nueve touchdowns sin intercepciones, ha registrado rating de pasador de tres dígitos en los tres partidos y alcanzó su punto máximo el domingo con 336 yardas y cinco touchdowns.

“La forma en que está viendo el campo nace totalmente del coach Coen—está completamente concentrado”, añadió Etienne. “El juego se le ha desacelerado. Tiene un gran entendimiento del plan de juego y de lo que el coach quiere”.

Da la impresión de que todos en Jacksonville están alineados.

Y la próxima semana tendremos una gran prueba de dónde están realmente los Jags, con su visita a Denver.

Buccaneers–Falcons

El partido del jueves por la noche fue un estudio de cómo el famoso “hot seat” puede cambiar rápidamente de dueño en esta época del año. Porque así como el público que sigue a la NFL llegó al juego observando a la cúpula de Atlanta—y específicamente al gerente general Terry Fontenot y al coach Raheem Morris—como si estuvieran peleando por su supervivencia, las narrativas tras el colapso de Tampa Bay se centraron en el futuro del head coach de los Buccaneers, Todd Bowles.

Así que, tras la remontada de Atlanta, que borró un déficit de 28–14 con tres anotaciones en el cuarto periodo para ganar 29–28—una victoria que incluso requirió convertir una tercera y 28 en la última posesión—, vale la pena revisar dónde están ambos equipos.

• Empecemos con Bowles, quien, en términos generales, ha hecho un muy buen trabajo ganando títulos divisionales en cada una de sus tres temporadas desde que tomó el relevo de Bruce Arians tras la campaña 2021. Ha sido competitivo en playoffs y firmó una extensión en junio que lo mantiene bajo contrato por tres temporadas más después de esta.

Del otro lado, ya hemos estado aquí antes. El año pasado hubo rumores en los círculos de la NFL sobre la seguridad de su puesto cuando el equipo estaba 4–6, antes de recuperarse y cerrar 10–7. Lo mismo ocurrió el año previo, cuando arrancaron 4–7 y luego salieron del hoyo para terminar 9–8.

Hoy, Tampa está 7–7. A simple vista, y considerando el crédito acumulado por Bowles en más de tres años, eso no parece motivo suficiente para un despido. Pero los Buccaneers han perdido cinco de sus últimos seis partidos, y dos de sus últimos tres juegos serán ante los Panthers, con quienes están empatados en la cima de la NFC South. Así que no ganar un cuarto título divisional consecutivo podría provocar una reevaluación interna. No creo que, hoy por hoy, Bowles vaya a ser despedido. Pero habrá que ver cómo se desarrollan las próximas tres semanas.

• Antes del partido, este lucía como uno de esos encuentros tipo referéndum para un régimen contra las cuerdas, con los Falcons en 4–9, tras haber perdido siete de sus ocho anteriores, y jugando en una ventana exclusiva de máxima atención.

Así que pregunté un poco antes del kickoff. Por lo que pude recabar, el dueño Arthur Blank no quiere hacer cambios de fondo durante la temporada, ni está forzando ajustes menores por ahora. La idea es recopilar toda la información posible y tomar una decisión una vez que termine la campaña. Y eso, para mí, no es ni buena ni mala noticia para Fontenot y Morris: simplemente les da la oportunidad de ofrecerle a la franquicia una luz al final del túnel.

Competir como lo hicieron en Tampa es un inicio. Les quedan en el calendario los Cardinals, Rams y Saints, así que ganar dos de tres, en mi opinión, les daría argumentos para mantenerse. Blank ha sido paciente en el pasado. Veremos qué ocurre.

Cambios en el arbitraje

El arbitraje será un tema central de conversación este offseason. Tú te has quejado de ello. Programas de debate en todo el país lo han discutido. Y yo he sido claro con mi postura: el sistema se ha vuelto demasiado enredado y complicado, y necesita ser desmontado por completo y reconstruido desde los cimientos.

La semana pasada, la NFL envió la primera señal de que está escuchando.

Los dueños celebraron su reunión invernal—de manera virtual, tras decidir cancelar la tradición anual de reunirse en Dallas—y el arbitraje estuvo, efectivamente, en la agenda. Principalmente porque el CBA de la liga con el sindicato de árbitros expira a finales de mayo. Con eso en mente, se establecieron objetivos para la negociación, los cuales fueron enviados en un memorándum a los equipos después de la reunión.

Entre ellos…

Establecer un sistema que vincule la compensación al desempeño, con solo los oficiales de alto rendimiento compartiendo el fondo de bonos de postemporada.

Dar mayor flexibilidad en las asignaciones de playoffs, eliminando la antigüedad como factor.

Crear programas obligatorios de capacitación y desarrollo para oficiales nuevos y de bajo rendimiento.

Extender el periodo de prueba durante el cual se evalúa a los árbitros novatos y se les puede remover.

Reducir el periodo muerto, cuando la liga no puede contactar a los oficiales, que actualmente va del Super Bowl al 15 de mayo.

Por supuesto, el memorándum no abordó las implicaciones financieras de estos cambios, y esas suelen ser (si no siempre) el eje central de las negociaciones del CBA. La NFLRA ha resistido históricamente los cambios al offseason, ya que muchos de sus miembros tienen trabajos de tiempo completo muy bien pagados que no están dispuestos a abandonar. Del otro lado, la NFL ha perdido árbitros en años recientes al no poder competir con lo que los medios les pagan para fungir como analistas.

Y creo que todo esto derivará en cambios, quizá significativos, este offseason. Cambios que, al menos desde mi perspectiva, son más que necesarios.

El fin de semana emocional de los Bills

La realidad se hizo presente el fin de semana. En términos estrictamente deportivos, el juego del domingo era importante para los Bills. Pero quizá no lo pareció así después de que el equipo se registró en su hotel, en el centro de Providence, la noche del sábado.

Recibieron la noticia de las atrocidades ocurridas en Brown University como todo el mundo.

La diferencia, en este caso, es que los Bills estaban a poco más de un kilómetro del lugar donde dos personas fueron asesinadas y otras nueve resultaron heridas en el más reciente tiroteo masivo en Estados Unidos. El domingo por la mañana hice algunas llamadas para conocer la situación del equipo. La reacción general que recibí fue: estamos bien, el foco debe estar en las víctimas, los estudiantes, las familias y los primeros respondedores, no en nosotros. Algo que me pareció totalmente apropiado.

Internamente, sin embargo, los Bills sí estaban sacudidos, y reaccionaron.

“Hay cosas en la vida que son más importantes que el futbol americano”, me dijo el coach Sean McDermott después de que su equipo venciera a los Patriots. “Nuestros pensamientos y oraciones están con todos los involucrados. Es una situación desafortunada y trágica. Es una vergüenza que algo así ocurra en nuestro mundo. También pasó recientemente en Australia, en las últimas 24, 48 horas. … Los padres, estoy seguro, enfrentaron una situación nada fácil. Ni siquiera puedo imaginar, como padre, lo que se siente pasar por algo así.

“Estamos rezando, con las manos juntas, para que sepan que estamos aquí si necesitan algo. El simple hecho de estar tan cerca fue inquietante, para ser honesto. Se escuchaban las sirenas. Traté de asomarme por la ventana algunas veces. Y aun así, tratábamos de mantenernos a salvo. Había una orden de permanecer resguardados, así que intentamos ayudar cumpliendo con eso. Dijimos una oración anoche cuando iniciamos la junta del equipo, por todos los involucrados. Es muy desafortunado y es una pena que estas cosas sucedan”.

Apuntes rápidos

Y con eso, vamos a los apuntes rápidos de la semana…

• Me encanta que Philip Rivers esté de vuelta, y me encanta que lo haga porque ama el futbol americano de esa manera, y porque quiere darle a los chicos que entrena —y a sus propios hijos— un poco de inspiración. Es una lástima que ese pase a la espalda del receptor, en tercera oportunidad, a Alec Pierce para preparar el gol de campo de la ventaja, no vaya a ser recordado como debería.

• Prepararse para Rivers fue un reto para los Seahawks. El staff, según me dijeron, sí volvió a revisar video antiguo de Rivers. Pero en cierto sentido, el staff de Seattle estaba persiguiendo un blanco en movimiento, ya que Shane Steichen y Rivers contaban con una biblioteca muy amplia basada en toda su experiencia juntos. Así que simplemente se prepararon para lo que había mostrado Indy y ajustaron sobre la marcha.

Seahawks–Rams pinta para ser un juegazo el jueves por la noche (y felicidades a Sean y Veronika McVay, quienes están recibiendo a su segundo hijo esta semana—puede que ya haya nacido para cuando leas esto).

• Son dos victorias seguidas para los Saints de Kellen Moore. Y cuidado, porque Tyler Shough está jugando bastante bien. No tan bien, desde mi punto de vista, como para dejar pasar algo realmente especial si se le presenta a New Orleans en el draft. Pero quizá sí lo suficiente como para darle flexibilidad al equipo de no tomar un quarterback temprano, si no están enamorados de la clase.

• Los Niners ahora están 10–4, sin haber tenido un solo snap de Brandon Aiyuk en toda la temporada, después de perder desde hace tiempo a Nick Bosa y Fred Warner, y tras haber sobrevivido a ausencias de jugadores como Brock Purdy y George Kittle. Kyle Shanahan no va a ganar el premio a Coach del Año, pero debería ser considerado.

• Me encanta Kevin Stefanski como coach, y creo que sería una gran contratación para cualquiera si llegara a estar disponible. Pero ese equipo de los Browns se vio completamente plano en Chicago, y estoy llegando al punto de preguntarme si realmente se puede volver a correr todo esto en 2026… o si quizá todos estarían mejor con un nuevo comienzo.

• Los Giants están actualmente en posición de privilegio para obtener la primera selección global del draft, después de haber estado ahí y perderla el año pasado. Con Jaxson Dart en su lugar, New York podría, en teoría, subastar la selección y armar un botín de picks para ayudar a un nuevo coach a rehacer el roster a su gusto. Así que si eres fan de los Giants… anima, anima, anima… por el otro equipo… y si no ganan, ¿qué lástima, no?

• Si C.J. Stroud y la ofensiva de los Texans juegan como lo hicieron el domingo, con esa defensiva respaldándolos, cuidado.

• Trago amargo para los Packers el domingo, con las lesiones de Micah Parsons y Christian Watson en la derrota ante Denver. Chicago, por su parte, ha tenido muy buena fortuna con las lesiones, salvo algunos problemas en la posición de corner. Y eso seguramente será un factor en cómo se desarrolle el duelo del sábado por la noche en el NFC North, en Soldier Field.

• Los Raiders promediaron 1.8 yardas por jugada el domingo en Philadelphia, y terminaron con 75 yardas totales y siete primeros downs a la ofensiva. Los Eagles, que han batallado últimamente, pueden ganar la NFC East si vencen a los Commanders el sábado. Para Las Vegas, mientras tanto… no tengo idea de qué sigue.

• Y finalmente: me gustó mucho cómo jugó J.J. McCarthy en Dallas. Eso, por supuesto, no significa que esté convencido de que será el quarterback de los Vikings durante la próxima década. Lo que sí sé es que, si hay algo ahí, Kevin O’Connell lo va a encontrar. Y también que no necesitamos dictámenes definitivos sobre quarterbacks jóvenes cada semana. A veces, la paciencia es lo que más necesitan.


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Albert Breer
ALBERT BREER

Albert Breer is a senior writer covering the NFL for Sports Illustrated, delivering the biggest stories and breaking news from across the league. He has been on the NFL beat since 2005 and joined SI in 2016. Breer began his career covering the New England Patriots for the MetroWest Daily News and the Boston Herald from 2005 to '07, then covered the Dallas Cowboys for the Dallas Morning News from 2007 to '08. He worked for The Sporting News from 2008 to '09 before returning to Massachusetts as The Boston Globe's national NFL writer in 2009. From 2010 to 2016, Breer served as a national reporter for NFL Network. In addition to his work at Sports Illustrated, Breer regularly appears on NBC Sports Boston, 98.5 The Sports Hub in Boston, FS1 with Colin Cowherd, The Rich Eisen Show and The Dan Patrick Show.  A 2002 graduate of Ohio State, Breer lives near Boston with his wife, a cardiac ICU nurse at Boston Children's Hospital, and their three children.