Conclusiones de la Semana 3 de la NFL: Los 49ers tienen una oportunidad real de pelear

San Francisco sigue sumando victorias aun con Mac Jones en acción y varios titulares fuera. Además: lo que dejaron los Steelers, la gran remontada de los Eagles y más.
Christian McCaffrey es el alma de la ofensiva de los 49ers.
Christian McCaffrey es el alma de la ofensiva de los 49ers. / Thearon W. Henderson/Getty Images

La Semana 3 quedó escrita con la victoria de los Lions sobre los Ravens. Lo que tuvimos fue un domingo desprolijo, imperfecto, pero lleno de drama. Estas son las conclusiones en el MMQB

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San Francisco 49ers

Con un poco de suerte en el tema de lesiones, el equipo de Kyle Shanahan tiene una oportunidad real. Porque, en teoría, ahora debería ser la parte complicada para los 49ers: cuando los jóvenes están aprendiendo roles clave y figuras como Brock Purdy, George Kittle y Brandon Aiyuk apenas regresan de sus dolencias.

Y, sin embargo, aquí estamos: San Francisco marcha 3–0 tras resistir en casa a un prometedor equipo de Cardinals, con un duelo frente a los Rams en dos semanas.

El domingo no fue fácil. Pero sí revelador.

Con el marcador empatado a 13 y 5:19 por jugar, Mac Jones lanzó una intercepción fea. En la siguiente serie, atrapado en su propia zona de anotación, Jones provocó que el guardia Dominick Puni fuera castigado por “holding”, lo que derivó en un safety que puso a Arizona 15–13. Faltaban 3:15 y los jóvenes Cardinals estaban a un par de primeros downs de liquidar a los Niners de visita y llegar invictos (3–0) a su duelo divisional contra Seattle en la Semana 4.

“Fue un mensaje durante todo el juego: no dejar nada en el campo”, me dijo después Fred Warner, linebacker en su novena temporada. “Fue un partido durísimo. Hacía calor, era de pocos puntos, los habíamos contenido a seis todo el partido y luego anotan, después logramos un gran freno, luego viene el safety… Hubo altibajos enormes al final. Y se trataba de que cada quien hiciera su parte, sin tratar de hacer nada extraordinario”.

Así fue. Uno de los novatos en rol importante, el esquinero Upton Stout, desvió un pase en tercera oportunidad justo después de la pausa de los dos minutos para devolverle el balón a la ofensiva. Entonces, Jones avanzó con pases de 11, 10, 7, 11 y 20 yardas (este último una recepción y escape de Christian McCaffrey) para dejar a Eddy Pineiro en posición de un gol de campo sencillo para la victoria.

Lo más alentador para los Niners es que, pese a depender de tantos jóvenes tras las bajas en la temporada baja y las lesiones de sus estrellas, nadie luce presionado.

“Eso habla de la madurez de los chicos que entraron”, dijo Warner. “Es producto de la preparación que tuvieron para estar listos en su momento, porque desde las OTAs sabían que tendrían oportunidad de contribuir de inmediato. Mis respetos, porque estuvieron listos. Y solo van a seguir mejorando”.

Con un calendario manejable por delante, los Niners podrían aprovechar la inercia—y con la posibilidad de barrer su primera vuelta divisional en el Thursday Night de la Semana 5 contra Los Ángeles. Para entonces, mientras los jóvenes se afianzan, algunos veteranos deberían reincorporarse.

Claro, necesitarán también algo de suerte. Que los exámenes en la rodilla de Nick Bosa este lunes descarten algo grave sería vital. Pero ya lo han hecho antes: hay motivos para pensar que este equipo podría ser muy, muy bueno cuando lleguen los playoffs.

“Por supuesto queremos recuperar a los lesionados”, dijo Warner. “Pero, honestamente, nuestra mentalidad es ser mejores la próxima semana que esta, y encontrar la forma de ganar. Si seguimos trabajando y los jóvenes siguen creciendo…”

… este grupo puede lograr mucho.

Y con la historia que tienen en San Francisco, eso no debería sorprender a nadie.

Pittsburgh Steelers

La victoria de los Steelers en Foxboro no fue precisamente una obra de arte. Pero, en cierto modo, salió según lo planeado. Para explicarlo, dejemos que T.J. Watt nos lleve a la semana pasada, a la sala de juntas de Mike Tomlin.

“Mike T hizo una presentación grande a inicios de semana”, contó Watt sobre la preparación contra los Patriots. “Sabíamos que el 38 [Rhamondre Stevenson] tuvo ocho o nueve balones sueltos el año pasado [fueron siete], que es muchísimo. El 4 [Antonio Gibson] también soltó algunos. Y el 10 [Drake Maye] había perdido varios balones [nueve] dentro de la bolsa. Fue un recordatorio constante durante la semana.

“Solo teníamos que ejecutarlo, y me alegra que lo hicimos”.

¿Y cuánto necesitaban los Steelers esa victoria? Probablemente más de lo que creían.

No es exageración decir que los cinco balones recuperados que Pittsburgh forzó fueron la razón por la que escapó con un triunfo 21–14 sobre unos Patriots en pleno crecimiento. De hecho, Nueva Inglaterra los superó 369–203 en yardas, tuvo 26 primeros downs contra 17, dominó la posesión por más de 33 minutos y convirtió 4 de 5 cuartas oportunidades (aunque la única que fallaron decidió el partido).

Los problemas de las primeras dos semanas aparecieron otra vez: no pudieron correr, la línea ofensiva joven tuvo altibajos y Aaron Rodgers batalló bajo presión.

Pero están 2–1 y con viaje a Dublín en la Semana 4. La diferencia fue la defensa—y el momento en que aparecieron las jugadas grandes.

Stevenson perdió el balón en la primera serie (Cole Holcomb lo forzó, Darius Slay lo recuperó) para preparar el primer touchdown. Después vino la intercepción de Brandin Echols en la zona de anotación, tras un desvío de Cam Heyward, que evitó al menos tres puntos antes del descanso. Luego, otro fumble de Stevenson en la yarda uno tras una intercepción de Rodgers, y Watt arrancándole el balón a Gibson en territorio de los Steelers.

“Somos una unidad cazabalones”, dijo Watt. “Eso predica siempre el coach: la cultura de las entregas. No lo logramos la semana pasada. Hoy sí hubo jugadas grandes. Varios metieron mano y generaron oportunidades”.

Y súmale la detención en cuarta que selló el triunfo, cuando Echols derribó a DeMario Douglas antes de la marca.

Aun así, hay mucho por corregir: la línea, la defensa y el quarterback siguen buscando consistencia.

El próximo examen será en Dublín, el primer juego internacional de Pittsburgh en 12 años. Para evitar distracciones, Tomlin no reveló el itinerario hasta ahora. Watt, entre risas, dijo que su prioridad es “aprender el calendario”. Lo demás se verá.

“Todavía estamos en fase de acoplamiento”, explicó. “Tenemos muchos nombres nuevos, jugadores de pedigrí. Todos intentamos definir qué serán los Steelers 2025. Hoy la defensa dio una muestra. En la Semana 1 fue la ofensiva la que cargó. Queremos jugar al estilo Steelers y ganar mientras descubrimos nuestra identidad.

“Con un quarterback como [Rodgers], siempre tienes una oportunidad. Y eso, en domingo, es suficiente”.

No fue bonito, pero Pittsburgh encontró la forma en Nueva Inglaterra.

Philadelphia Eagles

Los Eagles dejaron algo claro el domingo. Hubo un momento en que esa soleada tarde en el Lincoln Financial Field parecía el inicio de un ajuste de cuentas: la lesión de un liniero clave, el “tush push” menos efectivo en terceras largas y un déficit de 19 puntos con Jalen Hurts y unos receptores frustrados.

Y sí fue un ajuste de cuentas. Solo de otro tipo.

Ante una defensiva férrea de los Rams y obligado a lanzar, Hurts completó 17 de 24 pases para 209 yardas y tres touchdowns en la segunda mitad. La línea se recompuso tras un strip-sack que abrió el tercer cuarto. Y sus armas principales, A.J. Brown y DeVonta Smith, aparecieron en el momento justo. Además, hubo magia en equipos especiales con la jugada grande de Jordan Davis.

Por tercer domingo consecutivo, Philly sacó una victoria de calidad, con otro reto en puerta: Tampa, invicto, la próxima semana.

¿Qué significa esto? Cuatro cosas:

  • Hurts sigue creciendo como pasador. Antes, si lo frenaban temprano y quitaban el play-action, la ofensiva de los Eagles se atascaba. Hoy, no tanto.
  • Brown y Smith valen lo que cobran. Brown abrió la remontada con un pase de 38 yardas; luego Smith aportó recepciones clave y ambos convirtieron terceras en la serie que dio la ventaja.
  • Las estrellas también brillan en equipos especiales. Jalen Carter bloqueó un gol de campo que preparó la voltereta, y Jordan Davis devolvió otro bloqueo 61 yardas hasta la anotación.
  • Philly resuelve sobre la marcha. La baja de Lane Johnson fue un golpe fuerte, pero la línea se ajustó y apenas permitió una captura más ante un frente de élite.

No fue perfecto. El viaje a Tampa será una gran prueba. Pero este triunfo también lo fue: uno de esos que, con crecimiento, te hace creer que la defensa del título está al alcance.

Washington Commanders

El domingo de Marcus Mariota fue otra muestra de lo bien que marchan las cosas en Washington. El pick No. 2 del draft de 2015 no fue Superman en Landover: completó 15 de 21 pases para 207 yardas (99 de ellas en solo dos envíos), sumó 40 yardas por tierra en seis acarreos y aportó un pase de touchdown y otro por la vía terrestre.

Más que números espectaculares, le dio a los Commanders lo que necesitaban: estabilidad.

Con Jayden Daniels entre los cinco mariscales titulares que no jugaron en la Semana 3, Mariota les dio a sus coaches y compañeros la sensación de normalidad que ayudó a sellar un cómodo 41–24 sobre los Raiders y colocar al equipo 2–1.

En el campamento de verano, varios jugadores me habían dicho lo importante que era para Daniels tener de vuelta a Mariota. La lógica: la sala de QBs había sido tan saludable en 2024 que debía preservarse a toda costa.

“Es la posición más difícil en el deporte”, me dijo Mariota tras el triunfo. “Siempre he querido apoyarme en mi sala de quarterbacks. Son los que realmente entienden lo que significa jugar esa posición. Aquí trato de mantenerlo positivo para Jay, competir y empujarlo en distintas áreas para que sea el mejor. Y en ese proceso yo también saco la mejor versión de mí. La cultura es excelente y eso es clave.

“Cuando la sala de QBs está sana, eso se contagia al resto del equipo”.

Todo eso se reflejó en los 10 días que separaron la derrota ante Green Bay en jueves por la Semana 2 y el partido del domingo en Maryland. Aunque los coaches mantuvieron abierta la posibilidad de que Daniels jugara, Mariota se preparó con Kliff Kingsbury, el coordinador ofensivo, quien adaptó el esquema a sus fortalezas.

El ajuste fue sencillo: Daniels y Mariota tienen estilos similares, lo que evitó sacudir al resto de la ofensiva. Incluso el propio Daniels ayudó en la preparación, como Mariota lo ha hecho con él desde hace año y medio.

Eso se notó en la tercera serie del último cuarto, con Washington arriba 27–10. Mariota conectó un bombazo de 56 yardas con Terry McLaurin que quedó en la 1 tras revisión. Después de dos intentos fallidos, miró a su línea ofensiva y les dijo que allí sellarían el partido.

“Cuando tienes tipos que creen el uno en el otro y quieren hacerlo, es increíble ser parte de eso”, comentó Mariota.

Dos años después de salir de Atlanta con dudas sobre su futuro, Mariota asegura que hoy volvió a disfrutar el juego. “Es divertido otra vez. Tenemos un grupo que ama competir y ser la mejor versión de sí mismos. ‘Q’ [Dan Quinn] creó un ambiente que permite eso, y se siente”.

Gracias a ello, los Commanders pudieron sobreponerse incluso a la ausencia de su QB franquicia.

Los Angeles Chargers

Los Chargers están encendidos. Llevan tres victorias: una en Brasil, otra en Las Vegas y ahora en casa. Han barrido su primera vuelta contra la AFC Oeste—posiblemente la división más dura—y lo hicieron pese a perder a Rashawn Slater por el año y a Khalil Mack de forma temporal.

Lo más aterrador: el nivel de Justin Herbert. Si mantiene este paso, la visión de Jim Harbaugh sobre él empezará a ser consenso en la liga.

El ejemplo más claro llegó en el último cuarto frente a la poderosa defensa de Denver. Los Chargers habían desperdiciado una ventaja de 10–0 y perdían 20–13. Con menos de tres minutos, Herbert escapó de la presión de Zach Allen y Jonathon Cooper, giró a su izquierda, lanzó desequilibrado con Nik Bonitto encima y clavó un pase de 20 yardas en el pecho de Keenan Allen para empatar el partido.

“Ni sé cómo lo atrapé, solo se me quedó pegado a las manos”, me dijo Allen.

La defensa obligó a un tres y fuera, y Herbert volvió al campo con 1:43. En cuatro pases precisos avanzó 36 yardas y dejó listo el gol de campo de 43 yardas de Cameron Dicker que dio el triunfo 23–20. Así, los Chargers arrancaron 3–0 por primera vez desde 2002.

“Está mejorando cada día”, señaló Allen. “Conoce la ofensiva a la perfección, sabe cuándo salir de una jugada y tiene la confianza de que puede hacer cualquiera. Es difícil detenerlo así”.

Con Harbaugh en su segundo año y un equipo que aún no juega un partido “completo”, el potencial es enorme. “Nadie se rindió, todos seguimos peleando hasta el final”, dijo Allen.

Y tienen toda la pinta de ser contendientes hasta diciembre.

Minnesota Vikings

Siguiendo con victorias de equipos con quarterbacks suplentes, los Vikings lograron la suya. Al descanso contra los Bengals, apenas acumulaban 144 yardas y 10 primeros downs. Nada especial.

Aun así, ganaban 34–3 y terminaron aplastando 48–10.

La figura simbólica fue Isaiah Rodgers, el esquinero recién llegado de Philly. Hizo historia: primer jugador de la franquicia con touchdowns por intercepción y fumble en un mismo partido, y primero en la NFL en hacerlo además de forzar un segundo balón suelto.

“Eso ni en el Madden lo había hecho”, bromeó Rodgers.

Sus tres jugadas clave:

  • Pick-six de 87 yardas en el primer cuarto tras un desvío de Harrison Smith.
  • Fumble forzado y retorno de 66 yardas con el marcador 17–3.
  • Otro balón suelto arrancado a Ja’Marr Chase antes del descanso.

Más allá de las estadísticas, la inteligencia y anticipación de Rodgers quedaron claras. Justo lo que busca Brian Flores, y razón por la que Minnesota lo fichó. “Aquí me ayudan a ser más inteligente, a confiar en que todos saben lo que deben hacer”, dijo.

Con una plantilla armada para responder a cualquier reto, incluso perder a su quarterback titular, los Vikings mostraron carácter.

“El staff armó el mejor roster posible para esta temporada”, dijo Rodgers. “No dudamos al no tener al titular. Sabíamos que la defensa debía provocar entregas, y así fue. También equipos especiales brilló. Fue un gran día de futbol de los Minnesota Vikings”.

Y queda claro: este equipo es mucho más que su mariscal de campo.

Cleveland Browns

La victoria del domingo explica por qué los Browns están apostando por Joe Flacco como mariscal de campo. Para probarlo, basta con retroceder al momento en que Cleveland tomó el balón en su propia yarda 20 con 9:26 por jugar en casa frente a los Packers. En ese instante, el equipo de Kevin Stefanski apenas acumulaba 138 yardas en 39 jugadas ofensivas (3.5 por intento), siete primeros downs y cero puntos. Enfrente estaba la defensa más dominante de la liga en este arranque de temporada.

En otras palabras, los Browns (0–2) no tenían demasiadas razones para ilusionarse. Y, como era de esperar, la conversación en la banca no era alentadora.

“Ya te imaginarás”, me dijo Flacco riendo después del partido. “Es duro. Tienes que aguantar. Es de esas situaciones en las que los coaches repiten: sigan, sigan. No es que tengas toda la confianza del mundo. Pero en ese momento hay que resistir y seguir jugando los 60 minutos completos. A veces la pelota simplemente bota a tu favor. Y porque no bajaste la cabeza, logras aprovecharlo”.

Los Browns lo aprovecharon porque cuentan con un mariscal con la experiencia suficiente para saber lo rápido que puede cambiar todo, como ocurrió en el sorpresivo 13–10 sobre Micah Parsons y los poderosos Packers.

La realidad de Cleveland este año es de transición. El gerente general Andrew Berry cedió la segunda selección del draft —y el derecho de tomar a Travis Hunter— porque el roster necesitaba una inyección de juventud, con un núcleo que empieza a envejecer y las secuelas de los picks perdidos en el canje por Deshaun Watson. Eso significa mezclar veteranos como Myles Garrett con novatos como Mason Graham, y reconstruir la cultura.

Ahora bien, ¿habría podido un quarterback novato mirar de frente a Parsons y a la defensa de Green Bay en los últimos 10 minutos de un juego y darle la vuelta al “Titanic”? Probablemente no.

Flacco sí.

Todo arrancó con dos acarreos del novato Quinshon Judkins, uno de 14 yardas y otro de 38. “Los muchachos están emocionados con él porque ya en primavera vieron de lo que era capaz”, dijo Flacco. “Tiene chispa”. A partir de ahí, el veterano condujo con calma hasta la zona de gol, antes de que una penalidad forzara un gol de campo. Luego llegó la intercepción de Grant Delpit que dejó el balón en la yarda 4 de los Packers para empatar el duelo.

Después, un intento de gol de campo bloqueado por Green Bay y la patada ganadora de 55 yardas de Andre Szmyt completaron la remontada improbable. Y la serenidad de Flacco en el huddle no fue un factor menor, con la esperanza de que esa calma se contagie al resto del grupo.

“Siempre que ganas partidos así como equipo, te deja algo”, comentó Flacco. “Hay que recordar lo buena que ha sido esta defensa: dejaron en nada a los Lions. Así que por más frustrante y hasta vergonzoso que fue al inicio, supimos aguantar y hacerlo funcionar. Claro que algunas cosas se nos acomodaron, pero así es el fútbol americano. No cometimos errores adicionales, no hubo pérdidas en la segunda mitad.

“Nos dieron una oportunidad y la aprovechamos”.

En medio de un calendario complicado, los jóvenes —Graham, Judkins y Carson Schwesinger entre ellos— ya tienen una referencia a la cual recurrir cuando lleguen nuevos retos en los próximos meses.

Esa es la razón por la que Flacco era el hombre indicado para liderar a este grupo joven.

Quizá más adelante sea el turno de ver a Dillon Gabriel o Shedeur Sanders. Pero, por ahora, con Cleveland todavía con algo en juego, habrá que esperar.

Tampa Bay Buccaneers

Baker Mayfield, Emeka Egbuka e incluso el pateador Chase McLaughlin se llevarán la mayor parte de los reflectores tras el triunfo cardíaco de los Buccaneers —y lo merecen—, pero la verdadera clave fue la línea ofensiva.

Hoy en la NFL casi nadie tiene profundidad en esa área. Es muy difícil encontrar linieros en el college, con tantos sistemas abiertos, y aún más complicado desarrollar suplentes que casi no juegan en domingo ni entrenan con contacto. Lo normal es que perder uno o dos titulares sea devastador.

El domingo, Tampa Bay jugó sin su estrella Tristan Wirfs (tackle izquierdo), el tackle derecho titular Luke Goedeke, el guardia derecho Cody Mauch y el suplente clave Michael Jordan, a quien el equipo subía y bajaba del practice squad para firmarlo de lleno.

Para la mayoría de los equipos habría sido un desastre. Y sería ingenuo decir que no afectó.

Aun así, al final —después de que Will McDonald IV bloqueara un gol de campo que pudo sentenciar el partido, lo devolviera 50 yardas para touchdown y pusiera a los Jets arriba 27–26— los Bucs solo permitieron una captura, corrieron para 122 yardas y ganaron 29–27. El resultado fue fruto del trabajo colectivo. Ejemplos:

  • Graham Barton, primera ronda de 2024, fue reclutado como centro y jugó ahí como novato. Pero en Duke fue tackle izquierdo tres años, así que volvió a esa posición tras la baja de Wirfs. No es perfecto en la NFL, pero es un salvavidas en la emergencia.
  • Elijah Klein, guardia de UTEP, llegó en sexta ronda por su dureza y debutó como titular en el guardia izquierdo.
  • Luke Haggard, no reclutado en 2023 (Santa Rosa JC e Indiana), se desarrolló dos años en el practice squad y debutó como guardia derecho.
  • Ben Bredeson, hallazgo del área de scouting profesional, firmó en 2024 y renovó este año por tres temporadas y 22 millones. Se convirtió en el centro, aportando inteligencia y liderazgo.
  • Charlie Heck, veterano incorporado este año tras la salida de Justin Skule, ocupó el tackle derecho y cumplió.

Todo esto habla también de la cultura que Jason Licht y Todd Bowles han cuidado en la sala de línea ofensiva. El domingo se notó, y ahora hay esperanza de recuperar a Wirfs y también a Chris Godwin para el duelo de alto voltaje contra Eagles.

Flag football en Arabia Saudita

Vale la pena seguir de cerca el proyecto de flag football en Arabia Saudita. Y no porque los juegos en sí despierten demasiado interés.

Esta semana contacté dos veces a la NFL tras el anuncio de un torneo en marzo con estrellas como CeeDee Lamb, Christian McCaffrey, Myles Garrett, Brock Bowers, Maxx Crosby, Saquon Barkley, Tyreek Hill, Sauce Gardner y hasta Tom Brady. No hubo respuesta. Y sospecho que la liga lo está usando como globo de ensayo.

Los jugadores cobran por ir. Los dueños observan la reacción pública —si pesan los antecedentes de derechos humanos o los vínculos con terrorismo— sin arriesgar directamente su imagen. Y de paso prueban con flag football, la versión olímpica que debutará en Los Ángeles 2028.

¿Hay dilema moral? Sí. Si se considera la ofensiva saudí en el deporte (LIV Golf, entre otros) como sportswashing, entonces también debería cuestionarse esta incursión. Los saudíes lo defienden como diversificación económica más allá del petróleo.

En todo caso, no es la primera vez que buscan meterse en el fútbol americano. Si esto le funciona a la NFL, difícilmente será la última.

Apuntes rápidos

Para cerrar un domingo entretenido pero desordenado, algunas notas rápidas:

  • Hablé con Chau Smith-Wade, esquinero de los Panthers, tras su pick-six en el 30–0 sobre Atlanta. Destacó la identidad que el equipo viene forjando: dura, física, competitiva, muy al estilo Pete Carroll, de donde viene Dave Canales.
  • En New England, el novato Drake Maye tuvo altibajos ante Pittsburgh, pero cada semana se ve más rápido y confiado, sobre todo corriendo.
  • Lo mismo con Caleb Williams: 19 de 28, 298 yardas y 4 TD en la victoria 31–14 sobre Chicago. Tras las críticas de semanas previas, fue una actuación limpia.
  • Los Cowboys están a un gol de campo de 64 yardas de estar 0–3. La revancha contra los Packers luce clave para enderezar el rumbo.
  • En Kansas City, la ofensiva de los Chiefs tuvo una charla fuerte al medio tiempo (ganaban apenas 9–6 a Giants). Después, Mahomes completó 10 de 14 con 124 yardas y un TD. Lo próximo: Ravens.
  • El Seattle–New Orleans quedó 21–0 en un parpadeo y 38–6 al descanso. ¿excelencia de Seahawks o debacle de Saints? Lo que está claro: Sam Darnold luce como buen QB y Seattle tiene más talento del que se cree.
  • Los Colts de Daniel Jones se vieron legítimos otra vez. Ganar los duelos que “hay que ganar”, como contra Titans, es paso clave.
  • Se esperaba más de Michael Penix Jr., pero aún es pronto para juzgarlo: fue el menos utilizado de los seis QBs de primera ronda de 2024.
  • En Jacksonville, el coordinador Liam Coen parece estar armando algo. Josh Hines-Allen presionó 5 veces a Stroud en el triunfo sobre Texans.
  • Hablando de Houston: paciencia. Con un coordinador novato (Nick Caley), un tackle novato (Aireontae Ersery) y receptores novatos (Jayden Higgins, Jaylin Noel), habrá tropiezos. La defensa permite apenas 17 puntos por juego y puede ser de élite.
  • Bonus: el Lions–Ravens del lunes pinta para juegazo. Me quedo con Baltimore en uno cerrado.

Publicado originalmente en www.sportsillustrated.com el 22/09/2025, traducido al español para SI México.


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Albert Breer
ALBERT BREER

Albert Breer is a senior writer covering the NFL for Sports Illustrated, delivering the biggest stories and breaking news from across the league. He has been on the NFL beat since 2005 and joined SI in 2016. Breer began his career covering the New England Patriots for the MetroWest Daily News and the Boston Herald from 2005 to '07, then covered the Dallas Cowboys for the Dallas Morning News from 2007 to '08. He worked for The Sporting News from 2008 to '09 before returning to Massachusetts as The Boston Globe's national NFL writer in 2009. From 2010 to 2016, Breer served as a national reporter for NFL Network. In addition to his work at Sports Illustrated, Breer regularly appears on NBC Sports Boston, 98.5 The Sports Hub in Boston, FS1 with Colin Cowherd, The Rich Eisen Show and The Dan Patrick Show.  A 2002 graduate of Ohio State, Breer lives near Boston with his wife, a cardiac ICU nurse at Boston Children's Hospital, and their three children.