Ganadores y perdedores del cierre de traspasos en la NFL: las acciones de Eagles al alza, Jerry Jones desconcierta

Bueno, eso fue todo. El cierre de traspasos de la NFL llegó y se fue, y, un poco como la Navidad cuando eres adulto, lo que queda al final es apenas una ligera mejora en calcetines y ropa interior (mientras los niños de esta metáfora —es decir, los aficionados de Eagles y Colts— están tirados frente a un nuevo Sega Genesis con varios juegos y un potenciador gráfico de 32 bits). Para redondear la analogía, los fans de Cowboys serían como una jauría de gatos callejeros que se topan con el cadáver de algún animal asado cerca de la basura, con un poco de carne aún pegada al hueso; en su mundo, eso calificaría como una extraña pero hermosa festividad.
Como en todo en la vida, hay ganadores y perdedores, y el cierre de traspasos no es la excepción. Aquí repasamos ambos bandos tras un periodo que ofreció más chispazos que grandes fuegos artificiales.
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Atrás queda el segundo cierre de traspasos más activo de la era moderna. Lo que viene es el análisis de un día con peso real en la temporada. La época más maravillosa del año, ¿no es así?
GANADORES
Darren Mougey, gerente general de los Jets
Mougey se instala ahora en el punto ideal para un gerente general: obtener selecciones de draft de alto valor a cambio de los mejores jugadores de su antecesor. Es una ópera conocida para los fans de los Jets, que recuerdan bien cuando Woody Johnson recurrió al sucesor de Mike Tannenbaum para traspasar a Darrelle Revis, lo que derivó en un enorme botín de dos drafts que terminó dejando a los Jets con… Dee Milliner. En fin, Mougey aparecerá varias veces en esta nota porque con gran poder viene gran responsabilidad.
Pero primero, lo positivo: los Jets merecen crédito, supongo, por haber llegado al punto de aceptar que su experimento había fracasado. Cualquier gerente general daría lo que fuera por tener la oportunidad de reconstruir por completo una franquicia en drafts consecutivos, con un dueño que temporalmente se ha hecho a un lado y evita intervenir.
Jack Bech, wide receiver de Raiders
No hemos visto mucho del receptor de segunda ronda de Raiders, de quien pensé que encajaría perfecto en el experimento ofensivo de Chip Kelly y Geno Smith. Bech no tuvo ni un solo snap en la derrota ante Jaguars la semana pasada y pareció quedar desplazado tras la llegada de Tyler Lockett. Aunque Lockett tuvo impacto ante Jacksonville, sobre todo como bloqueador, los Raiders necesitaban abrir espacio para el producto de TCU. Bech necesita más experiencia y volumen, y la salida de Jakobi Meyers de la rotación de pases debería ayudarle justo en eso.
Vic Fangio, coordinador defensivo de Eagles
Recuerdo una escena de The Bear donde el tío Jimmy se queja con Carmy por el dinero que gasta en mantequilla orgánica de Vermont. Carmy insiste en que es vital para la integridad del platillo y que no se escatimará en gastos (dejé de ver en la temporada 2, así que disculpen si hubo algún giro sobre los gastos del restaurante).
Debe ser algo parecido trabajar para los Eagles, la franquicia más receptiva de la NFL a las necesidades directas de sus coordinadores. Philadelphia no solo acumula veteranos de peso para la recta final —Jaire Alexander, Jaelen Phillips y Michael Carter II— sino que además conserva un arsenal de selecciones para 2025: diez en total, cuatro dentro del top 100.
Lou Anarumo, coordinador defensivo de Colts
¿Podría haber algo más satisfactorio que, después de ser el chivo expiatorio de tu antiguo equipo, llegar al conjunto más sorprendente de 2025, recibir un corner estelar en el cierre de traspasos y ver cómo tu exequipo se desploma defensivamente? Tal vez sea mi lado rencoroso (aún tengo heridas del bachillerato, todo bien), pero los coaches suelen ser igual de salados, y Anarumo acaba de tocar oro. La llegada de Sauce Gardner le da a los Colts una marca legítima contra receptores top, con Rashee Rice y Jaxon Smith-Njigba aún en el calendario. Su defensiva ya era top 10 contra el pase, aunque con dos juegos ante Titans y uno ante Dolphins. Si bien los Colts han rendido bien frente a receptores número uno como D.K. Metcalf, el juego ante Rams mostró lo que puede hacer un auténtico WR dominante.
Kyle Hamilton, safety de Ravens
Hamilton ha tenido dos de sus mejores semanas de la temporada mientras Baltimore sigue ensamblando una defensiva complementaria sobre la marcha. La llegada de Alohi Gilman y ahora el traspaso por Dre’Mont Jones le dan a los Ravens más piezas para generar presión, tanto natural como diseñada, y permitir que Hamilton amplíe su rol como uno de los defensores más versátiles de la liga. En las últimas tres semanas, Baltimore es séptimo en EPA defensiva, una notable mejoría para una unidad que había permitido 37 o más puntos en cuatro juegos este año.
Dan Quinn, head coach de Commanders
Aguántame un segundo: lo más probable es que los Commanders no tengan a su quarterback franquicia sino hasta el final de la temporada —o quizá nunca—. Con un plantel lleno de contratos veteranos fáciles de mover, lo lógico habría sido explorar traspasos de piezas como Deebo Samuel, Andrew Wylie, Javon Kinlaw, Zach Ertz o incluso Bobby Wagner (estos últimos son menos realistas, pero ya me entiendes). Esto me parece una señal de que quieren mantener la columna vertebral del equipo rumbo a 2026, algo valioso para mariscales jóvenes en desarrollo. Si fuera Quinn, interpretaría una venta masiva como una sobrerreacción de una directiva algo impaciente.
El complejo industrial del Draft
El draft de 2026 ya cuenta con tres equipos con múltiples selecciones de primera ronda, y el de 2027 —al menos por ahora— tiene a los Jets a un pick de igualar las cuatro primeras rondas de 2000 que marcaron el inicio de la reconstrucción de la franquicia. Más agresivos que en años recientes, varios equipos han apostado fuerte a vender ilusión ante la falta de resultados reales. Aunque el draft siempre alimenta cierto grado de autoengaño, esta vez será más intenso, con una fiebre por una clase 2026 bastante discreta y una obsesión por la más cargada de 2027.
El futuro gerente general de los Miami Dolphins
Una sorpresa que escuché el martes entre gente de la liga fue la idea de que estos Dolphins podrían resurgir rápido si hacen las contrataciones correctas de gerente general y head coach este invierno. Esa percepción se refuerza por el hecho de que Miami no desmanteló su plantel en el cierre de traspasos, conservando piezas importantes como Bradley Chubb y Jaylen Waddle, que pudieron verse prescindibles dado que el equipo ya no será contendiente este año. Eso deja la decisión al nuevo mando, que heredará un roster con piezas que podría negociar durante el draft de 2026 o mantener como base veterana del proyecto renovado para la próxima temporada.
PERDEDORES
Jerry Jones, propietario de los Cowboys
Imagina usar tu vitrina del Monday Night Football para agitar a la afición, insinuar un traspaso y dejar que la especulación arda toda la noche… para luego anunciar como primer movimiento la llegada de Logan Wilson, capitán de la única defensa en la liga que es incluso peor que la tuya. Todo esto después de ser humillado por Jacoby Brissett y los Arizona Cardinals.
El segundo movimiento fue más vistoso, pero igual de desconcertante: sumar a Quinnen Williams desde los Jets a cambio de una segunda ronda en 2026 y una primera ronda en la codiciada clase de 2027. Esto, en parte, echa por tierra el capital obtenido del traspaso de Micah Parsons, todo para adquirir a un jugador que cumplirá 28 años en unas semanas y 29 cuando los Cowboys estén apenas cerca de volver a competir.
Jones cambió a un cazamariscales de 26 años en su mejor momento y a un ex pick de primera ronda de 24 (Mazi Smith) por un Kenny Clark de 30 y por Williams, quien, aunque sigue siendo un jugador dominante capaz de liberar a los linebackers de Dallas al atraer dobles coberturas, probablemente esté entrando a la parte final de su prime.
Aaron Glenn, head coach de los Jets
Si bien estoy de acuerdo en que los Jets debían aceptar las ofertas por Sauce Gardner y Quinnen Williams, me pregunto si parte de Aaron Glenn no desearía haber encontrado la forma de retenerlos. Como veremos más adelante, será un milagro si los Jets logran encontrar jugadores del calibre de Williams y Gardner en los próximos dos drafts, especialmente en el de 2026, que varios me describieron como “un mal año para acumular selecciones”.
Glenn quizá vea atractivo el hecho de conseguir “a sus propios muchachos” en el siguiente draft, pero debería mirar alrededor: otros entrenadores que emprendieron reconstrucciones de este tamaño rara vez salieron ilesos. Hue Jackson estuvo al borde de la locura en Cleveland. Brian Flores ganó más de 10 juegos en Miami pese al intento de tanqueo y aun así fue despedido. Las reconstrucciones exprés suelen ser el único camino para los coaches que quieren estabilidad a largo plazo, y Glenn ahora tendrá que dirigir una defensa con muy pocas piezas base. Además, enfrentará la óptica de ser un entrenador defensivo incapaz de poner una defensa entre las 15 mejores en 2026.
Garrett Wilson, wide receiver de los Jets
En menor medida esto aplica también a Breece Hall, pero Wilson afrontará al menos otro año de frustración antes de ver señales reales de un repunte competitivo. Ha sobrevivido la era de Zach Wilson, el arranque fallido de la era Aaron Rodgers, la versión del Rodgers que trajo a Davante Adams a ocupar su espacio en la ofensiva, y ahora la era Justin Fields.
Los Jets claramente realizaron movimientos que miran hacia adelante, desmantelando una mala defensa pero dejando casi intacta a una ofensiva que ya venía estancada. Mientras tanto, Wilson ha visto pasar a toda velocidad a una generación de receptores jóvenes que ya brillan en la liga, pese a que, en talento puro, él podría estar entre los mejores en su posición. Sin discusión.
La mayor parte de la NFC West
Para mí, los Seattle Seahawks son el mejor equipo de la NFL en este momento. Aunque su necesidad más clara —ayuda en la línea ofensiva interior— fue ignorada en el cierre (aun cuando Trevor Penning estaba disponible), la llegada de Rashid Shaheed transforma el sistema ofensivo de Klint Kubiak y le da ese receptor vertical tan preciado en los esquemas inspirados en Shanahan y Kubiak.
Sam Darnold y los Seahawks enfrentan constantemente cajas cargadas: Kenneth Walker y Zach Charbonnet están entre los 10 corredores que más se topan con defensivas de ocho o más hombres, según Next Gen Stats. Eso deja pocos recursos atrás, y Shaheed abrirá espacios para que Jaxon Smith-Njigba tenga más libertad para operar. En resumen: los 49ers y Rams quedan oficialmente advertidos.
Detroit Lions
Por irregular que haya sido esta temporada, los Lions siguen siendo uno de los cinco mejores equipos de la NFL. Este fin de semana enfrentarán a los Commanders sin sus dos tackles titulares y acaban de perder a Christian Mahogany por el resto del año. Aunque Trevor Penning fue el único liniero ofensivo traspasado —y sí, ha tenido altibajos—, ofrecía la versatilidad de jugar como guardia o tackle, y habría sido una pieza de profundidad muy útil para Detroit rumbo a la recta final.
Los fans de Lions lo ven distinto, pero creo que el equipo llegó al límite de su profundidad en ciertas posiciones al final de la campaña pasada. Los Lions juegan a un ritmo extenuante, física y mentalmente, y si bien algunas de las victorias emblemáticas de la era Dan Campbell se lograron con jugadores de fondo de roster, este cierre de traspasos era una oportunidad para usar algo de capital de draft y probar si la cultura de Campbell podía revivir a un jugador como Penning.
La clase de quarterbacks novatos de 2024
En mi columna de Dream Trades la semana pasada, señalé que los Broncos carecían de formaciones con múltiples alas cerradas, lo que me hacía pensar en un posible traspaso por David Njoku (los Broncos, en cambio, sacaron del retiro al veterano Marcedes Lewis).
Caleb Williams y los Bears viven una racha ofensiva transformadora, y Drake Maye tiene a los Patriots en primer lugar de su división. Sin embargo, solo uno de estos equipos (Chicago) se movió en el cierre de traspasos, y ninguno reforzó su ofensiva.
Podría decirse que solo los Patriots tienen una necesidad urgente —Maye es el segundo quarterback más capturado de la liga, con 12 sacks en los últimos dos juegos—, pero eso no debería impedir explorar opciones, especialmente movimientos que ayuden a diversificar esquemas y volverlos más impredecibles. No soy partidario de sacrificar capital real de draft por los descartes de otros equipos, pero había algunos playmakers de rol que habrían aportado profundidad o variantes útiles.
Darren Mougey, gerente general de los Jets
Cerramos donde empezamos. El martes de Mougey recuerda esa euforia que sientes jugando tochito en tus treintas… hasta que al día siguiente llega el dolor.
Mougey está ahora en el centro del implacable y volátil ecosistema mediático del futbol americano en Nueva York. Los próximos dos drafts serán el epicentro de una afición que consume ciclos de esperanza y decepción con la misma intensidad con la que un beisbolista noventero alternaba esteroides y estrógenos (con efectos secundarios similares, siendo honestos).
Cinco selecciones de primera ronda en dos años, incluida la inevitable búsqueda de un quarterback, representan una tarea monumental que pondrá a prueba todas las habilidades de Mougey: su ojo como evaluador, su confianza en las personas adecuadas y su capacidad política para vender sus decisiones a una de las cinco bases de fans más cínicas del deporte profesional.
Dicen que la presión es un privilegio. En Nueva York, normalmente significa que un tipo llamado Bruce, en Orange, N.Y., va a llamar a la radio local para llamarte idiota en cuanto uno de esos cinco picks falle una tacleada.
Publicado originalmente en www.sportsillustrated.com el 05/11/2025, traducido al español para SI México.
