Lo bueno, lo malo y lo feo de la Semana 6 en la NFL: Continúa la búsqueda de un equipo dominante

Los Panthers sorprendieron a los Cowboys, los Chargers apenas escaparon de los Dolphins y los Patriots continuaron su ascenso en el Este de la AFC.
Rico Dowdle de los Carolina Panthers acarreó el balón durante el segundo cuarto del partido ante los Dallas Cowboys
Rico Dowdle de los Carolina Panthers acarreó el balón durante el segundo cuarto del partido ante los Dallas Cowboys / Getty Images

Durante la jornada temprana de la Semana 6, la NFL sigue sin mostrar un equipo dominante, lo que provoca resultados sorprendentes cada semana. El jueves, los Giants dominaron sin dificultad a los Eagles, limitando a Filadelfia a solo 17 puntos. El domingo por la mañana, los Jets registraron –10 yardas aéreas y aun así casi ganan, quedándose a pocos metros del rango de gol de campo en su derrota 13–11 ante los Broncos.

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Mientras tanto, el duelo entre Cardinals y Colts en Indianápolis fue parejo, a pesar de la ausencia de Kyler Murray. El enfrentamiento entre Chargers y Dolphins se decidió en los segundos finales, incluso con Tua Tagovailoa lanzando dos intercepciones. Panthers y Cowboys también estaban empatados hacia el final, con Bryce Young lanzando para 199 yardas y tres touchdowns.

En un día en el que el calendario temprano no prometía grandes enfrentamientos, la acción solo reforzó la idea de que todavía no entendemos nada sobre esta temporada de la NFL.

LO BUENO: Sam Darnold y Jaxon Smith-Njigba, una dupla de élite

Seattle ganó 10 partidos la temporada pasada. Podía haberse quedado tranquila. En cambio, el gerente general John Schneider traspasó a Geno Smith por una selección de tercera ronda, a DK Metcalf por una de segunda, e invirtió un contrato de tres años y 100 millones de dólares en Sam Darnold.

¿El resultado? Un récord de 4–2, mientras Darnold continúa su ascenso hacia el estrellato que vimos en Minnesota, donde el año pasado lanzó para 4,319 yardas y 35 touchdowns, guiando a los Vikings a marca de 14–3.

El domingo, Darnold lanzó para 295 yardas (promedio de 10.9 por intento) y dos touchdowns, mientras el receptor de tercer año Jaxon Smith-Njigba atrapó ocho pases para 162 yardas y una anotación. En total, Darnold se ubica entre los siete mejores pasadores en yardas (1,541) y touchdowns (11), mientras Smith-Njigba lidera la liga con 700 yardas en seis juegos.

Si ambos mantienen su química y Seattle sigue mostrando solidez defensiva (octava en yardas por jugada y duodécima en puntos permitidos), los Seahawks son una amenaza real en la NFC Oeste.

LO BUENO: George Pickens y su futuro contrato

Con CeeDee Lamb fuera, los Cowboys no han caído en el abismo. En gran parte, gracias a George Pickens.

Dallas adquirió al receptor desde los Steelers por una tercera ronda esta pretemporada, justo en año de contrato. El jugador de 24 años ha respondido con una actuación sobresaliente: 32 recepciones, 525 yardas y seis touchdowns en seis semanas, incluyendo 168 yardas ante Carolina en la derrota 30–27 del domingo.

Las dudas sobre Pickens nunca fueron por talento, sino por su temperamento. Hasta ahora ha mantenido la compostura con Dallas y está jugando a un nivel élite. Antes del domingo, era 15º en yardas recibidas; tras su exhibición, podría colarse en el top 10.

Con marca de 2-3-1, los Cowboys necesitan que Pickens siga jugando como estrella. La defensa ha sido un desastre, llegando a la Semana 6 como la número 32 en yardas y la 30 en puntos permitidos. El camino a playoffs pasa por superar a los rivales a base de puntos, y pocos jugadores son tan cruciales para ello como Pickens.

LO MALO: Los Ravens, con o sin Lamar Jackson

Con marca de 1–5, las esperanzas de playoffs parecen extinguidas para los Ravens, incluso si Lamar Jackson regresa pronto.

Jackson ha estado fuera las últimas dos semanas por una lesión en el tendón de la corva, pero su ausencia no es el único problema. Baltimore permitió 44 puntos la semana pasada ante los Texans, que aun con esa exhibición apenas ocupan el puesto 21 en puntos por juego. Este fin de semana, los Ravens cayeron 17–3 ante los Rams, su tercera derrota consecutiva en casa, algo que no ocurría desde 2021.

El colapso se explica en pocas jugadas: tres entregas de balón (dos fumbles perdidos) y una secuencia desastrosa antes del descanso, con el marcador 3–3, cuando el equipo tuvo segunda y gol en la yarda 1 y decidió darle dos directas al ala cerrada Mark Andrews antes de entregarle el balón a Derrick Henry, que fue detenido sin ganancia.

Los Ravens deben mirar hacia adentro: seis pérdidas de balón en dos semanas, la defensa 31ª en la liga y decisiones de coacheo cuestionables, desde las jugadas directas a Andrews hasta la falta de agresividad en cierres de partido.

Las lesiones no alcanzan para justificar lo que podría ser la temporada más decepcionante en los 30 años de historia de la franquicia.

LO FEO: No hay un equipo élite en la NFL

¿Quién es el gran equipo de la NFL? ¿Existe siquiera?

A lo largo de la liga, la diferencia entre lo “bueno” y lo “promedio” es mínima. Eagles y Bills perdieron el invicto la semana pasada, manteniendo viva la marca de los Dolphins de 1972. Los Jets siguen sin victorias, y nada indica que eso cambie pronto.

En realidad, la NFL vive una carrera hacia la mediocridad. Antes del domingo, 17 equipos tenían dos o tres victorias, incluyendo 11 de los 16 en la NFC. En la AFC, los tres veces campeones de conferencia —los Chiefs— están 2–3, y los Ravens 1–5.

Los campeones defensores Eagles han perdido dos seguidos, el más reciente una paliza 34–17 ante los Giants, que solo tenían una victoria. La temporada de Filadelfia ha estado marcada por la tensión: el humor de A.J. Brown, la presión sobre el coordinador ofensivo debutante Kevin Patullo, y una defensa que no encuentra ritmo.

Los mejores argumentos por un equipo dominante se encuentran quizás en Lions o Buccaneers, ambos 4–1 y jugando buen futbol americano. Detroit promedia 40.2 puntos por juego desde la Semana 1, mientras Tampa Bay ha vencido a Falcons, Texans y Seahawks, con el novato Emeka Egbuka sumando 445 yardas, cuarto en la NFL.

Aun así, los Lions tienen múltiples lesiones defensivas (D.J. Reed, Terrion Arnold), y las victorias de los Buccaneers han sido todas en el cierre.

En resumen: una temporada rara, sin un favorito claro.

LO BUENO: Drake Maye y los Patriots en ascenso

Los Patriots eran una apuesta arriesgada para playoffs tras ganar solo cuatro juegos en 2024. Bajo el nuevo entrenador Mike Vrabel, ya igualaron esa cifra.

New England derrotó 25–19 a los Saints en Nueva Orleans, quedando a medio juego de los Bills por el liderato del Este de la AFC. La transformación pasa por Vrabel y el mariscal de segundo año Drake Maye, quien lanzó para 261 yardas y tres touchdowns, dos de ellos para Kayshon Boutte.

Maye mostró destellos en su año de novato —15 touchdowns y 66.6% de pases completos— pese al caos de un entrenador debutante (Jerod Mayo) y un cuerpo ofensivo limitado.

Este año ha dado el salto. Con 1,522 yardas y 10 touchdowns, ha guiado a los Patriots a su mejor inicio desde 2019, cuando Tom Brady aún comandaba la ofensiva.

Y podrían seguir creciendo: sus próximos rivales son Titans y Browns, que suman apenas dos triunfos combinados.

LO MALO: El incierto futuro de los Chargers

Los Chargers rompieron una racha de dos derrotas al vencer 29–27 a los Dolphins (1–5) en los últimos segundos. Un triunfo valioso, aunque feo.

Merecen crédito: ganaron pese a una oleada de lesiones ofensivas —Joe Alt, Rashawn Slater, Quentin Johnston, Najee Harris, Omarion Hampton— y varios más.

Sin embargo, hay señales de alarma. Con marca de 4–2, comparten la cima del Oeste de la AFC con Denver, y podrían sacar dos juegos de ventaja sobre Kansas City si los Lions vencen a los Chiefs en la noche dominical. Pero su calendario se complica: visitas a Chiefs y Broncos, además de duelos en casa ante Steelers, Colts, Eagles y Texans (todos equipos de playoffs en 2024, salvo Indianapolis, hoy 5–1).

Aunque podrían recuperarse físicamente o hacer un movimiento antes del cierre de traspasos del 4 de noviembre, la inconsistencia preocupa. Frente a Miami, permitieron 6.1 yardas por jugada y 137 por tierra.

Los Chargers se benefician de una AFC mediocre, pero si quieren ser contendientes reales, deben elevar su nivel pronto.

LO FEO: La ofensiva de los Browns, ofensiva en todo sentido

Anotar 20 puntos es rutina para la mayoría de los equipos. Para los Browns, es una fantasía.

Tras caer 23–9 ante los Steelers, Cleveland tiene marca de 1–5 y un promedio de 13.6 puntos por juego, el peor de la NFL. Es el único equipo que no ha llegado a 20 puntos en ningún partido.

Ya van por su segundo mariscal titular: después de cortar a Joe Flacco, le dieron el puesto al novato de tercera ronda Dillon Gabriel. Tras un debut aceptable ante Minnesota (190 yardas y dos TDs), fue anulado en Pittsburgh: 29 de 52 pases, 221 yardas, seis capturas y promedio de 4.3 por intento.

Desde su regreso a la liga en 1999, los Browns han sido una vergüenza nacional: solo tres apariciones en playoffs y una victoria. Aunque hubo años infames —como el 0–16 de 2017—, esta temporada vuelve a sentirse igual de desesperanzada.

Lo único positivo: Cleveland posee dos selecciones de primera ronda, incluida la de Jacksonville, lo que le da margen para buscar un quarterback franquicia si Gabriel y Shedeur Sanders no convencen.

Pero el Draft 2026 está lejos. Por ahora, la Dawg Pound deberá soportar 11 semanas más de la peor ofensiva de la liga.


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Matt Verderame
MATT VERDERAME

Matt Verderame is a staff writer for Sports Illustrated covering the NFL. Before joining SI in March 2023, he wrote for wrote for FanSided and Awful Announcing. He hosts The Matt Verderame Show on Patreon and is a member of the Pro Football Writers Association. A proud father of two girls and lover of all Italian food, Verderame is an eternal defender of Rudy, the greatest football movie of all time