Andrés Muñoz y el día en que delató sus pitcheos ante los Yankees: "No les voy a echar la culpa a ellos"

El cerrador habla sobre uno de los episodios más amargos de la temporada: delatar sus pitcheos frente a los Yankees. De aquel descalabro emergió fortalecido: hoy vive la mejor campaña de su carrera.
Andrés Muñoz ha sido uno de los cerradores más efectivos de la MLB
Andrés Muñoz ha sido uno de los cerradores más efectivos de la MLB / Getty Images

El beisbol siempre ha sido un teatro de artificios; un duelo donde las mañas se elevan a estrategia. Y aunque la modernidad haya revestido el juego de estadísticas y tecnología, entre las líneas de cal todavía laten los viejos ardides. 

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“Es beisbol… es parte del beisbol”, le dice Andrés Muñoz, el brillante cerrador de los Marineros de Seattle —el quinto con más juegos salvados en la franquicia— a Sports Illustrated México, quien hace unas semanas vivió uno de los episodios más amargos de su carrera en Grandes Ligas, tras desperdiciar un salvamento ante los Yankees de New York con dos carreras de ventaja en la novena entrada. 

La clave del descalabro: Muñoz delató sus pitcheos y los Yankees aprovecharon la oportunidad. 

En el argot del beisbol tipear o delatar un pitcheo es traicionar sin querer el secreto mejor guardado de un lanzador: revelar de antemano qué envío se avecina. Son gestos minúsculos: la forma en que se acomoda el guante, el ángulo de la muñeca, el tiempo que demora en arrancar el movimientos… Sutilezas que, para ojos entrenados, son un oráculo. 

En el caso de Andrés, todo ocurrió por la manera en que acomodaba las manos al fijar su postura antes de cada lanzamiento. Cody Bellinger, instalado en la primera base, podía ver el agarre de cada lanzamiento y hacía una seña a Trent Grisham, que corría en la intermedia. Grisham, a su vez, trasladaba la señal al bateador con un código sencillo: abría los brazos cuando se avecinaba un slider —el pitcheo más recurrente y devastador de Muñoz— y permanecía inmóvil cuando lo que venía era una recta.

“No fue algo que me molestó de parte de ellos, porque para empezar fue culpa mía, yo debí tener más cuidado con eso. Tengo que aceptar mi error”, confesó Muñoz en entrevista.

El resultado fue inevitable: permitió tres bases por bola y un hit de Austin Wells, con el que los Yankees empataron el marcador 5-5. Finalmente, en la décima entrada, Aaron Judge conectó un elevado de sacrificio que permitió a Anthony Volpe anotar la carrera del triunfo, cerrando una inolvidable remontada 6‑5 en extra innings.

El cerrador mexicnao cargó con el salvamento desperdiciado número seis en 27 oportunidades en la temporada. 

Con la irrupción del PitchCom —el sistema inhalámbrico que permite al catcher enviar las señales directamente al pitcher a través de un auricular— y la desaparición de las tradicionales señales con los dedos, el beisbol pareció clausurar una de las mañas más viejas del juego: el robo de señas. Sin embargo, el vacío fue ocupado por artimañas más sutiles enfocadas en los movimientos del pitcher. 

El sistema Pitchcom ha reemplazado una de las tradiciones más emblemáticas del beisbol
El sistema Pitchcom ha reemplazado una de las tradiciones más emblemáticas del beisbol: pedir pitcheos a través de señas con los dedos / Christian Petersen/Getty Images

“No les voy a echar la culpa a ellos. Yo no me di cuenta. Si yo me hubiera dado cuenta, a lo mejor hubiera hecho el ajuste, hubiera cambiado algo, hubiera movido un poco mi guante para que no se viera de dónde estaba viendo las señas”, dice Muñoz

Consciente de que en el beisbol  no hay espacio para lamentos prolongados, Muñoz transformó la autocrítica en determinación. “El hubiera no existe. Y lo único que me quedó fue prepararme para el siguiente juego, corregir las cositas que tenía que corregir y dar lo mejor en mi siguiente salida”, concluyó. 

Con 30 salvamentos en la temporada con los Marineros de Seattle, Muñoz se ha consolidado como uno de los cerradores más confiables de la temporada, y se mantiene empatado en el tercer lugar de toda la MLB en ese departamento, con una efectividad de apenas 1.44.

En el beisbol, las señas son un lenguaje secreto: a veces condenan, a veces salvan. 


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Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.