Karim López, el futuro del basquetbol mexicano desde la mirada de Horacio Llamas y Eduardo Nájera

Karim López se enfrenta al desafío de convertir su talento en permanencia dentro de la NBA y cumplir la promesa que México proyecta en él.
Karim López es uno de los mejores prospectos para el Draft 2026 de la NBA
Karim López es uno de los mejores prospectos para el Draft 2026 de la NBA / Getty Images

El baloncesto mexicano encontró en Karim López la forma tangible de su propia profecía. El alero de 2.03 metros, y prospecto para el Draft de la NBA en 2026, ha trazado una trayectoria profesional deliberadamente alejada de la ruta universitaria (NCAA). 

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Desafiando la ortodoxia del sistema colegial, López optó por el rigor del Joventut Badalona en España a los 14 años de edad y el profesionalismo implacable de la NBL australiana, donde juega para los New Zealand Breakers

En esta ruta osada, que lo posiciona como el prospecto internacional mejor rankeado de su generación, su figura encarna el punto de convergencia entre la esperanza histórica de los fanáticos mexicanos y la crudeza del negocio de la NBA. La narrativa sobre su ascenso no puede ser contada sin las voces de quienes, hace décadas, abrieron la puerta: Eduardo Nájera y Horacio Llamas.

Para Llamas, el primero en pisar la duela de la NBA, el futuro éxito de Karim adquiere una dimensión personal, pues vio jugar al padre de López, Jesús Chino López, en la selección nacional, y espera que el prospecto mexicano sea elegido como uno de los picks tempranos del Draft. “Yo quisiera que su nombre aparezca en las primeras tres rondas”, dice desde el Deportivo Azcapotzalco, donde la NBA rehabilitó una cancha de basquetbol. “El chiste es que vaya evolucionando como lo ha hecho hasta ahora, con cuidado, en lo técnico, en lo mental, en lo físico. Lo está haciendo muy bien. Esperemos que nos supere a todos”, dice Horacio

Eduardo Nájera, por otro lado, forjado en la disciplina espartana del baloncesto universitario estadounidense, ofrece una disección más sobria y profunda de lo que implica la permanencia en la liga más exigente del planeta y resalta que el talento, por superlativo que sea, es solo la precondición para la verdadera batalla.

Horacio Llamas, el primer mexicano en llegar a la NBA.
Horacio Llamas, el primer mexicano en llegar a la NBA. / Getty Images

"Karim López tiene un super talento. Está desde mi estatura, es un guardia, puede jugar también de delantero, incluso puede jugar de movedor… pero ahora viene el trabajo más fuerte. Llegar a la NBA para mí fue lo más fácil, mantenerse es lo más difícil, porque no solamente tienes que competir con tus compañeros, sino con el resto del mundo que quiere tu trabajo y tu posición", dice. 

López, quien con 17 años ya ha demostrado su capacidad para ser un ala atlético con instintos naturales de anotación, enfrentará eventualmente el mismo dilema que ha visto sucumbir a incontables prospectos: no ceder ante la fragilidad mental. Aunque Nájera reconoce que López tiene "todas las herramientas" para superar a los mexicanos que le precedieron, 

"Creo yo que Karim tiene la oportunidad de ser un excelente jugador y superar todas las cosas que hizo Horacio, Gustavo, Jorge y tu servidor. Sin embargo, también él tiene algo que no tuvimos nosotros: tiene más presión”, subraya. 

Ahí residirá la diferencia crucial. Si López puede controlar la presión, si forja una mentalidad implacable —un "hambre" similar a la que Nájera admira en figuras como Michael Jordan o Kobe Bryant—, entonces el desarrollo de su talento será ineludible. De lo contrario, el destino podría ser el mismo que el de otros. "Muchos jugadores en las primeras selecciones no pueden, pero no es por la falta de talento, es la mentalidad", advierte.

Eduardo Nájera supera a Brian Cardina para clavar el balón en el Pepsi Center.
Eduardo Nájera supera a Brian Cardina para clavar el balón en el Pepsi Center. / Getty Images

El punto final del análisis de Nájera despoja el baloncesto de su épica deportiva y lo confronta con la cruda realidad de que, al final de cuentas, la NBA es un negocio. La ruta Next Star de la NBL, por muy profesional que sea, es solo la antesala. El verdadero desarrollo, la explotación del talento al máximo, ocurrirá solo cuando la franquicia haya pagado por su contrato. 

"También que vaya al equipo adecuado, porque hay veces también que eso puede llegar a una cultura... Tienen el talento, pero he visto a los jugadores, cómo se comportan, no tienen esa química en el vestidor ni en la cancha", dice. 

El destino de Karim López —si se convierte en el máximo rostro del baloncesto mexicano o en un talento que no pudo contener la marea— se definirá en la capacidad de su espíritu para enfrentarse a la máquina de la alta competencia, la presión mediática y, sobre todo, la cultura que lo acoja.

La vara, para Nájera, es clara y final. "Esperemos que a Karim le vaya muy bien, que llegue al equipo adecuado, que lo quiera, y que realmente aporte y ayude para ganar partidos. Ganar juegos de pretemporada y de temporada regular es lo más fácil... los playoffs y llegar a las finales de conferencia, y llegar a las finales es lo más difícil", sostiene. 

Ese, y no otro, es el umbral de la élite que se exige al joven de Hermosillo.


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Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.