Los Pistons y la defensa como herencia en Detroit

En una NBA dominada por la ofensiva, los Pistons intentan revivir la esencia dura y defensiva de los Bad Boys.
Isaiah Stewart de los Pistons bloquea a Amen Thompson de los Rockets en el Toyota Center
Isaiah Stewart de los Pistons bloquea a Amen Thompson de los Rockets en el Toyota Center / Getty Images

Los Bad Boys siguen vivos. No como antes. No como cuando Isaiah Thomas, Chuck Daly y Dennis Rodman forjaron su leyenda en el Palace de Auburn Hills, pero su huella persiste. 

Te puede interesar: Cooper Flag, el futuro sonríe en Dallas

La defensa sigue siendo el sello indeleble de los Pistons, dice el Ala-pívot de Detroit, desde el Arena de la Ciudad de México, donde el equipo se enfrentará a los Dallas Mavericks

Desde los años ochenta, cuando surgieron los legendarios Bad Boys, el equipo se definió por un estilo físico, áspero y defensivo que rompió con la estética dominante del baloncesto. Mientras otros buscaban la elegancia ofensiva, Detroit decidió competir desde el intimidante cuerpo a cuerpo. 

Entonces, los Pistons conquistaron dos campeonatos consecutivos en 1989 y 1990 y dejaron una huella cultural imborrable. Su juego se basaba en la intensidad, la defensa colectiva y una mentalidad de resistencia. Fueron los villanos necesarios, los temidos más que admirados, eso sí, pero nadie dudaba de su efectividad. 

La filosofía de la defensa sobrevivió al paso del tiempo; terminó convirtiéndose en parte del ADN de la franquicia y décadas más tarde, Detroit volvió a ser campeón en 2004 bajo una versión moderna de aquel espíritu: una plantilla sin superestrellas, construida sobre la defensa de Ben Wallace, el liderazgo silencioso de Chauncey Billups y la disciplina táctica de Larry Brown

Hoy, en una NBA dominada por la velocidad y el talento ofensivo, los Pistons intentan recuperar esa identidad. “Sí, es definitivamente una era diferente del baloncesto, más enfocada en la técnica, con mucho más anotación. Sin duda hemos perdido un poco de eso. Pero el basquetbol de Detroit, eso no lo hemos perdido, porque lo damos todo en cada juego. Esa es nuestra identidad.”, defiende Isaiah Stewart, uno de los jóvenes referentes del equipo.

Stewart, junto con Ausar Thompson y Jalen Duren, encarna la nueva versión del baloncesto físico de Detroit

El exjugador Greg Kelser, drafteado por los Pistons en 1979, observa esa evolución con perspectiva. “El juego siempre está evolucionando. Los jugadores de ahora son increíblemente hábiles. Hay tipos altos, enormes, que antes jugaban cerca del aro y ahora se mueven por el perímetro. Victor Wembanyama hace cosas que nunca había visto antes”, explica desde el Deportivo Azcapotzalco, donde la NBA inauguró una nueva cancha de basket.

“No lo resisto ni me quejo de ello. Cuando yo jugaba, el tiro de tres puntos no era tan importante, no era una parte tan esencial del juego. Pero ahora lo es. Y me gusta. Lo disfruto. Disfruto ver cómo los jugadores han mejorado sus habilidades para ampliar su juego y sus oportunidades”, concluye Kelser.

Aun así, reconoce que Detroit conserva algo esencial, casi como un  rasgo cultural. Los Pistons representan a una ciudad acostumbrada a sobreponerse a las crisis, una comunidad que valora más la resistencia que la estética. Y en motor city siguen siendo fieles a su naturaleza.  


Published |Modified
Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.