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Larga vida al Rey Arturo

El swing majestuoso de Art Charles ha marcado la Liga Mexicana de Beisbol. Más allá de sus récords y triunfos, emerge la figura de un hombre disciplinado y bondadoso, que nunca dejó de ser, en el fondo, aquel niño que soñaba con Ken Griffey Jr y Barry Bonds

Alejandra González Centeno

Art Charles, primera base de los Leones de Yucatán, conectó 43 cuadrangulares para coronarse campeón del Home Run Derby 2025 de la LMB
Art Charles, primera base de los Leones de Yucatán, conectó 43 cuadrangulares para coronarse campeón del Home Run Derby 2025 de la LMB / Foto: Liga Mexicana de Beisbol

Art Charles siempre fue un niño grande para su edad. “Íbamos a los torneos de beisbol y la gente nos pedía su acta de nacimiento”, recuerda su madre, Brandy Charles. Había que verificar que aquel cuerpo —que despertaba asombro y recelo a partes iguales— no ocultaba años de ventaja sobre sus rivales. 

Pero esa fuerza precoz no era solo una cuestión de tamaño, sino la promesa de un poder cuidadosamente cultivado. “Empezó a conectar jonrones desde muy joven y se mantuvo fuerte, trabajando duro para conservar esa potencia”, dice su madre, con los ojos humedecidos de la emoción desde el terreno del Estadio Alfredo Harp Helú.

Este sábado, Charles se consagró como el legítimo campeón del Home Run Derby, en el año del Centenario de la Liga Mexicana de Beisbol. Sus batazos parecían partir las nubes mientras una lluvia implacable amenazaba el cielo de la Ciudad de México. El coliseo moderno capitalino se rindió ante el poder de sus batazos con la solemnidad de un ritual románico, celebrando la fuerza bruta convertida en arte.  

“Sir Charles”, el noble de la península, lo hizo además frente a sus padres. “No estuvimos aquí el año pasado y dijimos que no íbamos a perder otro año”, afirma Brandy. En 2024, Charles quedó fuera en las semifinales del Home Run Derby en Veracruz, donde el de casa, Yasiel Puig, al final se quedó con el título. 

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Pero la historia fue diferente en el centenario. En la altura imponente de la capital, y frente a la mirada de sus padres, Charles encontró el escenario perfecto para desplegar su poder con majestuosidad. “Estamos extremadamente orgullosos de él y muy felices de poder estar aquí hoy para ver que esto suceda”. 

Su historia en el béisbol empezó como la de tantos niños soñadores, con ídolos que le daban forma a su aspiración: el swing puro y natural de Ken Griffey Jr. y el poder devastador de Barry Bonds eran sus modelos, sus santos tutelares en el arte de batear. 

Arthut Lee Charles Jr fue seleccionado en el draft tres veces: primero por los Orioles de Baltimore en 2008, cuando era un muchacho de 17 años; luego por los Royals en 2009, pero el momento no era el adecuado. En 2010, sintió que el sueño empezaba a tomar forma. Ese año, los Toronto Blue Jays lo eligieron en la ronda 20 con la selección global números 606. 

Después de varios años de peregrinaje en las Ligas Menores, en 2017 Charles llegó a México, el país de origen de EL Titán, Adrián González, quien alguna vez fue uno de sus peloteros favoritos. “El jugador de la MLB que más admiro actualmente es Adrián González. Disfruto mucho viéndolo porque no solo es un excelente bateador de los Medias Rojas, sino también un gran defensor. Por eso, sigo su juego muy de cerca. Me gustaría ser ese tipo de jugador, un jugador completo. Quiero ser conocido como una amenaza y alguien que no solo batee con potencia y promedio, sino que tenga un guante de oro en la primera base”, dijo en una entrevista en 2011. 

En 2018 firmó con los Leones de la Liga Mexicana y así, El Rey Arturo vio cómo su leyenda se expandía majestuosa sobre la península de Yucatán.

Con los Melenudos protagonizó noches que ya son parte de la historia: en abril de 2024 desató un recital ofensivo con 4 jonrones y 15 carreras producidas en un solo juego ante los Conspiradores de Querétaro, una hazaña inédita en el circuito veraniego. Ese mismo año se consagró además como el máximo jonronero del equipo en una temporada, al disparar 32 cuadrangulares y superar la marca de 31 vuelacercas que Raymundo Torres “El Matadiablos” había establecido en 1986.

“Estamos profundamente orgullosos de él. Ha trabajado muchísimo para llegar a donde está hoy. Ha enfrentado muchos obstáculos y los ha superado. Por eso, no podríamos sentir más orgullo por Art”, dice, entre lágrimas, su madre.

Por encima de los récords, los trofeos y las noches inolvidables, permanece en el fondo la esencia más pura de su leyenda: la de aquel niño que siempre fue demasiado grande para su edad.

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Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.

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