Los tres puntos clave del campeonato de los Diablos Rojos en la Serie del Rey

Los Diablos Rojos del México conquistaron su bicampeonato y el título 18 de su historia con una fórmula clara: pitcheo sólido, ofensiva de contacto y figuras decisivas como Carlos Pérez, José Marmolejos y Allen Córdoba.
Los Diablos Rojos del México conquistaron el cuarto bicampeonato en la historia de la organización en esta Serie del Rey 2025
Los Diablos Rojos del México conquistaron el cuarto bicampeonato en la historia de la organización en esta Serie del Rey 2025 / Foto: LMB

Los Diablos Rojos del México sellaron con autoridad su bicampeonato tras barrer 4-0 a los Charros de Jalisco en la Serie del Rey 2025 y lograron su título número 18 en la Liga Mexicana de Beisbol. 

A partir de esa conquista, conviene detenerse en los pilares que sostuvieron el dominio escarlata.

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El bicampeonato se construyó sobre elementos puntuales que marcaron la diferencia entre Diablos y Charros, tres de ellos sobresalen: la solidez de su pitcheo —tanto abridor como de relevo—, la eficacia de un lineup basado en el bateo constante de hits y, finalmente, el peso de figuras como Carlos Pérez, José Marmolejos y Allen Córdoba, cuyas actuaciones resultaron determinantes para sellar la barrida.

El dominio del pitcheo escarlata

El éxito de los Diablos se basó en un pitcheo balanceado. El manager Lorenzo Bundy alineó una rotación de cuatro abridores sólidos: Ricardo Pinto, Justin Courtney, Brooks Hall y Efraín Contreras, que entregaron salidas largas y de calidad, mientras el bullpen dominó el juego tardío. 

Cada uno de los abridores cumplió con salidas importantes: en el Juego 1 Ricardo Pinto lanzó 4.2 entradas con apenas tres carreras —dos limpias— permitidas, en el Juego 2, Justin Courtney trabajó a lo largo de 5.0 entradas en las que permitió solo una carrera y se anotó la victoria del encuentro; en el Juego 3 Brooks Hall trabajó 5.0 innings con dos carreras sucias admitidas. En el decisivo Juego 4, Efraín Contreras abrió con una labor sobresaliente: lanzó 4.2 entradas sin admitir anotaciones, permitió apenas dos hits y ponchó a seis bateadores. 

El relevo escarlata, por su parte, cerró cada juego sin mayores sobresaltos. En el Juego 1, Bundy recurrió a cinco relevistas —Nick Vespi, Kevin Gowdy, Jimmy Yacabonis, Jean Carlos Mejía y Tomohiro Anraku— que colgaron ceros en las últimas 4.1 entradas y aseguraron una importante primera victoria en el Estadio Alfredo Harp Helú. En el Juego 2, los brazos escarlata limitaron a los Charros a una carrera en el marcador, admitida por el abridor Courtney en la 4ta entrada; el bullpen, de nuevo, colgó los ceros necesarios para ganar el encuentro. 

En el Juego 4 de la Serie del Rey, Mejía admitió un cuadrangular de Dwight Smith Jr en la 8va entrada y Tomohiro Anraku permitió una carrera en la novena, pero el japonés se recompuso y finalmente cerró con éxito el partido con el que los Diablos Rojos del México sellaron el bicampeonato. 

Bateo de contacto como estrategia clave

La ofensiva de los Diablos Rojos se basó en el bateo constante y la paciencia en el plato, más que en el poder del jonrón. Los capitalinos construyeron su reinado sin buscar siempre el estruendo del cuadrangular, sino la eficacia del contacto constante. Esto se vio reflejado en cada entrada con carreras: las rachas escarlatas partieron casi siempre de imparables oportunos, sacrificios o capitalizaciones de los errores del rival.

Lo demostraron desde el primer juego de la Serie. Después de un par de bases por bola y sencillos productores de Allen Córdoba y Julián Ornelas, sumaron cuatro carreras antes de cerrar la primera entrada. En ese encuentro, ocho de nueve titulares batearon de hit.

Y la racha continuó a lo largo de los cuatro juegos. El lineup de los Pingos —conformado con maestros del contacto como Robinson Canó o Carlos Sepúlveda— encontró un buen ritmo de juego edificando carreras escalón por escalón. 

En sus dos últimas series —la Final de Zona y la Serie del Rey— los Diablos Rojos del México acumularon 61 carreras; de ese total, 21 anotaciones llegaron gracias a hits sencillos, una cifra que evidencia la esencia de su ofensiva. 

Las figuras decisivas: Pérez, Marmolejos y Córdoba

Tres peloteros se alzaron como protagonistas en los momentos más decisivos de la Serie. 

Uno de ellos fue el receptor Carlos Pérez, que brilló particularmente en el Juego 3. Ese día encabezó la ofensiva escarlata con dos cuadrangulares en un mismo encuentro, un despliegue de poder que cambió el rumbo del partido en Zapopan.

En la cuarta entrada descargó un jonrón de tres carreras que volteó la pizarra, y en el noveno acto firmó la sentencia con un batazo solitario que selló el triunfo 7-2 sobre los Charros, dejando a los Diablos a una sola victoria del campeonato. Su capacidad para responder en momentos de presión, sumada a la conducción precisa del cuerpo de lanzadores, lo convirtieron en una pieza esencial en el equilibrio del equipo.

En el balance de la Serie del Rey, Pérez cerró con números importantes: promedio de .412, siete imparables —dos de ellos cuadrangulares— y seis carreras impulsadas.

El primera base José Marmolejos volvió a consolidarse como un hombre decisivo en la ofensiva escarlata, tal como lo hizo en 2024. Su consistencia para producir carreras fue determinante a lo largo de la serie, y en el juego definitivo rubricó su aporte con un cuadrangular de dos anotaciones en la quinta entrada, batazo que ensanchó una ventaja ya irreversible. Marmolejos cerró la Serie del Rey con un rendimiento brillante que le valió, por segundo año consecutivo, el reconocimiento como MVP. El dominicano dejó números imponentes: promedio de .667, con 10 imparables, dos vuelacercas y tres carreras impulsadas.

Y finalmente, Allen Córdoba. El jardinero central panameño, se erigió como uno de los grandes protagonistas de la Serie y serio candidato al premio de Jugador Más Valioso. El ex integrante de los Charros de Jalisco lució imparable con el madero: conectó 7 imparables en 16 turnos, incluyendo dos cuadrangulares y ocho carreras impulsadas. Su aporte fue decisivo desde los primeros encuentros; en el Juego 2, por ejemplo, desató la ofensiva escarlata al romper el empate 1-1 con un jonrón de tres carreras en la quinta entrada, batazo que encendió el rally y abrió la puerta a la victoria categórica de 12-1.


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Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.