Fernando Vargas Jr: “El legado no se hereda, se gana”

El apellido pesa. En el mundo del boxeo, lo hace más que un costal de entrenamiento. Y para el hijo de una leyenda, no hay camino fácil ni atajos. Fernando Vargas Jr. se prepara para la pelea más importante de su carrera. Este 13 de septiembre, en una cartelera encabezada por Canelo Álvarez en el Allegiant Stadium de Las Vegas, otro joven invicto subirá al ring con más que un récord en juego: lo hará con un legado a cuestas y el sueño de comenzar a escribir su propia historia.
“Ya sé que mi papá siempre se subió con los pantalones bien puestos y dio guerras aunque ganara o perdiera”, dice el hijo de Fernando “El Feroz” Vargas en entrevista con Sports Illustrated. “Eso quiero enseñar yo también. Esta pelea es la más importante de mi carrera. No solo por lo que está en juego, sino porque quiero que el mundo vea quién soy”, añade con voz firme pero con los ojos brillantes de emoción.
Con récord invicto, Fernando Vargas Jr. se prepara para demostrar que tiene talento, pegada y la inteligencia para forjar su propio camino en el boxeo mundial. Él no quiere ser solo “el hijo de…”. Quiere ganarse un nombre, una esquina, un cinturón y, sobre todo, el respeto.
“Esto significa todo para mí”, asegura el púgil al hablar de la oportunidad de compartir cartelera con figuras como Canelo en una noche emblemática para el boxeo mexicano. “Pelear en una cartelera tan grande y en la independencia de México es un honor. Es un sueño que estoy viviendo despierto”.
Aunque acepta que ser entrenado por su padre es un reto —“a veces chocamos porque ya soy hombre”, confiesa entre risas—, también reconoce que su papá solo busca que él madure como peleador y como persona.
“Siempre me dice: ‘Inteligente primero, valiente después’. Si el nocaut se da, bien, pero no voy a buscarlo forzosamente. Voy a boxear con cabeza, si se presenta la oportunidad, la voy a aprovechar”, añade Vargas, quien suma 15 nocauts en 17 peleas.
El rival de la noche será el irlandés Callum Walsh, otro invicto en 14 peleas, con hambre y un gran respaldo: entrena con Freddie Roach, leyenda del ring. Pero eso no intimida. “Nosotros también traemos algo grande. Tengo a mi jefe y sé que mi papá va a ganar el entrenador del año. Vamos a demostrar que hay talento en esta esquina”.
Su récord de nocauts —88 por ciento— habla por sí solo. Pero si el knockout no se presenta, no lo voy a forzar. Lo importante es pelear con cabeza y corazón… Sé lo que hizo mi papá, él siempre subía con los pantalones bien puestos y daba guerra. Ganara o perdiera, siempre le dio lo mejor al público. Y eso quiero hacer yo también”.
Sin embargo, deja claro que su camino no es una copia del de su padre: “Yo no quiero pelear como él. Yo tengo mi propio estilo. Soy un boxeador inteligente, pero también me gusta fajarme. Mi porcentaje de knockouts es el más alto de la cartelera”, advierte.
Esta no será una pelea cualquiera. Será el Día de la Independencia de México, frente a miles de personas y transmitida por Netflix. “Antes peleaba en México, con 10 o 15 personas en la pandemia. Ahora, estar aquí es un sueño cumplido. Pero es solo el comienzo… El 13 de septiembre empieza mi legado. Quiero demostrar que soy de los mejores en las 154 libras. Este es el primer paso para eso”.
La presión de llevar el apellido Vargas es real. Pero él no se esconde. “Ser un junior es difícil porque siempre te comparan. Pero yo tengo mi estilo, mi camino. No quiero ser mi papá. Quiero ser el mejor yo… Mi papá abrió las puertas, pero las peleas que yo gane me van a dar el respeto del público. Ese día voy a ganar mis propios fans”.
Y cuando se le pregunta qué le diría a ese niño que creció y vio a su padre pelear, que soñaba con estar en un estadio como el Allegiant Stadium, responde sin dudar: “Le diría que siga echándole ganas. Que no escuche a las críticas. Que el amor del público se gana, y lo voy a ganar con mis propias peleas”.
Con la mira en los grandes nombres de la división — Bakhram Murtazaliev (FIB), Terence Crawford (AMB), Xander Zayas ( OMB) y Sebastián Fundora (CMB)— Vargas deja claro que no está aquí solo para participar. “Queremos los cinturones, queremos la gloria. Quiero darle un título a mi papá y verlo llorar en el ring. Así como él lo hizo cuando ganó a los 21 años”.
Y cuando se le pregunta si sueña con ocupar el lugar que algún día dejará vacante Canelo Álvarez como ídolo nacional, no duda: “Claro que sí. Eso es lo que sueñas desde morro. Quiero que el público mexicano me apoye y que un día mi nombre también esté en los estadios más grandes del mundo”.
Este 13 de septiembre, no solo buscará mantener su invicto. Buscará algo más grande: empezar a escribir su propia página en la historia del boxeo. Porque como él mismo lo dice, “el legado no se hereda… se gana”.
