Cruz Azul y Vicente Sánchez alcanzan juntos la eternidad

Vicente Sánchez se arrodilla sobre el césped, como si el peso lo venciera. Se cubre el rostro con las manos, no puede contener el llanto. En su silencio cabe todo. Lo empapan con una hielera, pero él permanece hincado, como si esa agua fuera bendición más que celebración. Abre las palmas hacia arriba. Parece orar.
Hoy, mientras se despide, Vicente Sánchez no se va solo. Se lleva con él algo que pocos logran: la eternidad de una noche perfecta.
Cruz Azul se coronó campeón de la Concachampions y alcanzó con siete títulos al América como el equipo más ganador en este torneo. En una noche donde la afición celebró el logro que marca la despedida de Vicente Sánchez como director técnico de La Máquina.
El equipo del técnico uruguayo no se guardó nada: goleó 5-0 al Vancouver Whitecaps con una actuación contundente. Fue el capitán, Nacho Rivero —el hombre que tanto habían extrañado en la Liguilla— quien abrió el marcador al minuto 8. Luego llegaron los tantos de Lorenzo Faravelli (28’), un doblete de Ángel Sepúlveda (37’ y 50’) y uno más del polaco Mateusz Bogusz (45’) para cerrar una noche perfecta en el Estadio Olímpico Universitario.
Vicente Sánchez pisó el campo sabiendo que ese sería su último partido al frente de Cruz Azul. Llegó como timonel emergente tras la salida del argentino Martín Anselmi, pero su presencia fue mucho más que un simple relevo: supo desarmar el fervor casi dogmático del anselmismo y ganarse el respeto de todos a base de resultados y carácter.
Bajo su mando, La Máquina no solo conquistó el millón de dólares en disputa frente a Toluca por ser el equipo con más puntos, sino que también rompió una vieja maldición: se convirtió en el primer técnico celeste, en doce años, en eliminar al América en una edición de la Concachampions.
Con 19 partidos sin conocer la derrota, Vicente se metió hoy en la historia grande del club, al lado de leyendas como Raúl Cárdenas, con cuatro títulos, y Luis Fernando Tena, con dos. Se va en la cima.
