La FIFA rompe con su base: precios del Mundial desatan una ola de indignación global

La brecha entre la FIFA y los aficionados que dan vida a los estadios se ensancha. Football Supporters Europe (FSE), la mayor organización de hinchas del continente, exigió la suspensión inmediata de la venta de entradas destinadas a las selecciones nacionales para el Mundial 2026, denunciando que los nuevos precios amenazan con excluir del torneo a los seguidores tradicionales que sostienen el ambiente en las gradas.
El reclamo no es menor: FSE acusa a la FIFA de imponer tarifas “astronómicas” y de aplicar una estrategia comercial que convierte el Mundial en un evento inaccesible para el hincha común. Según datos recopilados por la organización a partir de tablas enviadas discretamente a las federaciones, acompañar a una selección desde la fase de grupos hasta la final costaría al menos 6.900 dólares a través de las Asociaciones Miembro Participantes (AMP), casi cinco veces más que en Qatar 2022.
A ello se suma otra exigencia polémica: los aficionados deben pagar el monto completo a principios de 2026, incluso antes de saber si su equipo avanzará en el torneo, solo para conservar el derecho a seguir comprando entradas.
“Una traición monumental”
La indignación crece entre los aficionados porque la categoría 4, la más económica, no será accesible para los seguidores fieles vinculados a los programas oficiales de las selecciones. La FIFA reservará esos boletos para la venta general con un sistema de precios dinámicos, lo que abre la puerta a incrementos adicionales.
Para FSE, esto supone una ruptura con décadas de tradición mundialista. “Es una traición monumental”, afirmó la organización. “Los aficionados viajeros son los que crean el ambiente del Mundial. Excluirlos por precios prohibitivos distorsiona la esencia del torneo”.
Ronan Evain, director ejecutivo de FSE, fue contundente: “Estamos estupefactos. Un pequeño grupo intenta exprimir el máximo dinero posible del Mundial y está poniendo en riesgo la naturaleza misma del torneo”.
Las entradas para la final, advierte, ya rondan los 4.000 dólares. “Sin hinchas, sin vida en las gradas, sin color, el Mundial se vacía. Con estos precios, nada de eso ocurrirá”.
Inglaterra y Gales se suman a la presión
La Football Supporters Association, que representa a aficionados de Inglaterra y Gales, anunció que pidió a la Federación Inglesa que presione directamente a la FIFA. Según sus cálculos, seguir a Inglaterra hasta la final costaría 7.020 dólares, una cifra que calificaron de “vergonzosa”.
“Respaldamos completamente la exigencia de FSE de detener la venta de entradas. Las federaciones deben unirse para cuestionar estos precios abusivos”, señaló la entidad en un comunicado.
Precios variables y opacidad: otro foco de tensión
Por primera vez en la historia del torneo, la FIFA abandonará la idea de precios uniformes para la fase de grupos. En 2026, los valores variarán según el “atractivo” de cada partido, un criterio que FSE denuncia como opaco y discrecional.
Esto implica que aficionados de distintas selecciones podrían pagar precios distintos por la misma categoría y fase, sin claridad sobre cómo se determinan esas diferencias.
Un Mundial más caro… y menos popular
La disputa abre una pregunta central: ¿hasta qué punto puede la FIFA convertir el Mundial en un producto premium sin erosionar su esencia? Para FSE, la respuesta es clara: la ambición comercial del organismo está dejando atrás a quienes hacen del fútbol un espectáculo irrepetible.
El balón todavía no rueda, pero la FIFA ya enfrenta su primera tormenta del Mundial 2026. Y viene desde las gradas.
