Liga de Expansión y su revuelta por el retorno del Ascenso

Seis directivos pelean el derecho de ascender por méritos deportivos a la Liga MX, que la Federación Mexicana de Futbol suprimió en 2020; explican las carencias que tienen en asistencias, venta de jugadores y derechos de transmisión. La FMF, en contraparte, asevera que son equipos que deben demostrar su solvencia económica y otras garantías.
Seis directivos pelean el Ascenso ante la Federación Mexicana de Futbol ante el TAS.
Seis directivos pelean el Ascenso ante la Federación Mexicana de Futbol ante el TAS. / Sports Illustrated

Seis hombres, sentados para esta entrevista en la sala de un hotel de la Ciudad de México, encabezan una rebelión en contra de la estructura del futbol mexicano: se trata de dueños y directivos de equipos de la Liga de Expansión, ese torneo en el que hace un lustro el ganador aspiraba a ascender al máximo circuito del balompié nacional.

Sin embargo, en la temporada 2019-2020, con la pandemia como trasfondo, la Federación Mexicana de Futbol (FMF) canceló esa posibilidad con una promesa que quedó perdida.

Cada uno de estos contestatarios tiene su realidad y postura, pero hay frases que sostienen un discurso en conjunto y dibujan el escenario que vive el futbol de la categoría inferior:

“La imagen que les convenía a ellos que diéramos era que la liga se estaba desbaratando”.

“De 14 equipos que había en la Liga de Expansión pasamos a 12”.

“Nos marcaron desde arriba y nos dijeron claramente: los jugadores de Liga Expansión no se compran”.

“Queremos evitar que la Liga MX y la Federación hagan la mayor trampa de la historia del futbol de México”.

“Después de seis temporadas va a regresar el Ascenso”. 

A pesar de que ya se cumplió el plazo, el último enunciado es el que no se ha cumplido y sus reclamos suenan fuerte justo horas antes de que comience un nuevo torneo al que llegan más debilitados.

Como consecuencia de que el pasado 19 de mayo impusieron ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) una “apelación que solicita restablecer el sistema de ascenso y descenso en la primera división”, les fue retirado el fondo de mejoras, con el que cada equipo recibía 20 millones de pesos por año. El apoyo, que había sido constante durante cinco años, fue retirado por meter la querella en contra de la Federación Mexicana de Futbol, confirmó Ivar Sisniega, Presidente Ejecutivo del organismo. Hace unos días el TAS falló en su contra para que se les regresara esa cantidad de dinero.

El primero en levantar la voz es Alberto Castellanos, presidente de la Universidad de Guadalajara, un equipo que ascendió en 2013 y volvió a las llamas del descenso solo dos años después. Con voz fuerte, remonta la historia a abril de 2020, cuando recibieron un anuncio desde las oficinas centrales de la FMF.

“En 2019 sale la Estafa Maestra y uno de los equipos de (la División de) Expansión, la Universidad Autónoma del Estado de México, está involucrado en el tema”, relata Castellano. “Entonces deciden cerrar el equipo de la Liga de Expansión”.

Sentados junto a Castellanos están Rubens Sambueza, presidente deportivo del Morelia; Rodolfo Rosas, presidente de Venados de Yucatán; Samuel Hernández, presidente de Atlético La Paz; Giovanni Solazzi, vicepresidente de Cancún FC y Eduardo López, vicepresidente de Mineros de Zacatecas.


A distancia, en una pantalla, está Eduardo Calezzo, abogado del grupo ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), un órgano de mediación internacional con sede en Suiza y que para muchos deportistas es la última parada para resolver un conflicto.

Ellos lo apoyan para continuar el relato. Luego, llegó una invitación, y con cubrebocas todavía obligatorio, representantes de la FMF citaron a los equipos de Expansión en la Ciudad de México. 

“Habíamos quedado de reunirnos durante dos días para trabajar en un diseño que pudiera fortalecer la liga y cuando llegamos, pues fue una reunión que terminó en dos horas”, añade el directivo.

No hubo diálogo. Las decisiones ya estaban tomadas: había un documento firmado por ocho clubes, donde se avisaba que se cancelaría el ascenso y el descenso de categoría  por un período extraordinario de seis temporadas, según el calendario FIFA (un año de verano a verano).

Se “acordó” también que, en compensación, habría un fondo de rescate en el que cada club de la Liga de Expansión recibiría 20 millones de pesos anuales, divididos en 10 pagos mensuales de dos millones.

Firmaron el documento, pero no todos los clubes aceptaron las nuevas condiciones, según explica Calezzo, el abogado del grupo. “Tres clubes fueron al TAS para buscar anular esa asamblea que determinó la suspensión”, explica. “La petición fue rechazada y la suspensión del ascenso y descenso fue validada”.

Sin embargo, agrega que el TAS utilizó de manera clara y directa las palabras de la propia Federación: "Esto no es una eliminación permanente del ascenso y descenso. Es una suspensión por seis temporadas".

Esa frase, su reconocimiento por parte del TAS, convirtió lo que parecía una derrota absoluta para los equipos de la división de ascenso en un pilar legal que los blindó a futuro. Había constancia del reclamo y también conocimiento de que la decisión de la cancelación del ascenso de equipos a la Primera División era una medida meramente temporal.

El fin de una era

El ascenso y descenso de equipos de la Primera División existió desde 1950 en el futbol mexicano. Como ocurre en las mejores ligas del planeta, el castigo para los equipos de peor desempeño en una temporada era bajar de categoría, reestructurarse y pelear por un sitio nuevamente en el máximo circuito. Para quienes subían, el paraíso estaba tanto en lo deportivo como en lo económico.

Pese a ser una división inferior, en ella se forjaron grandes historias deportivas. Muchos nombres que a la postre se volvieron leyendas del balompié nacional y que dieron sus primeros pasos en esas canchas.

Casi la mitad de los equipos que hoy están en la Liga MX estuvieron en lo que alguna vez se llamó Segunda División, Primera A o División de Ascenso. El último que tuvo posibilidad de llegar desde abajo fue el Atlético San Luis, en 2019. 

Un año más tarde, se creó el nuevo proyecto que, según dijo Mikel Arriola en una entrevista de 2022 con la revista Expansión: “nació a partir de un diagnóstico para blindar a la Liga MX: cuidar la puerta de atrás”.

Además de historias deportivas, los archivos de la Liga de Ascenso guardan equipos con conflictos federativos, historial de impagos con jugadores y sospechas de dinero sucio. En aquellos días, Arriola habló de un Comité de Certificación, que se creó y mantiene hasta la actualidad, ante el que los clubes deben presentar estados financieros auditados, cumplir con controles económicos y justificar el gasto de los recursos del subsidio que reciben.

“Si no cumple ningún equipo con la certificación no tenemos problema de ir posponiendo el ascenso”, aseveró Arriola en esa misma entrevista de 2022. Sus palabras se han cumplido y ningún equipo ha subido a la Primera División. A raíz de ello, las directivas de Expansión regresaron a la batalla.

El 20 de mayo de este año, 10 clubes (muy pronto, debido a presiones federativas, Atlante, la Jaiba Brava de Tampico Madero, Alebrijes de Oaxaca y Cimarrones de Sonora renunciaron a la protesta) acudieron nuevamente al TAS para exigir el regreso del ascenso. El nuevo recurso agitó las aguas del futbol mexicano.

Alberto Castellanos, presidente de la Universidad de Guadalajara, asevera en la conversación en la ciudad de México que el laudo del TAS es muy enfático. 

“Una vez pasadas las seis temporadas el ascenso y descenso va a regresar de manera automática”, repite como sentencia que la propia FMF impuso hace años. Y pese ello, los clubes creen que la cúpula del futbol nacional no cumplirá con ese compromiso.

Un futuro incierto

Un día después de la visita de los directivos de Expansión al TAS, la FMF, en voz de su secretario general Iñigo Riestra, emprendió la réplica en un video en el que reconoce que la actual apelación tiene que ver con los acuerdos tomados por la Asamblea General de la Federación en 2020. 

“En su momento también el TAS confirmó que la suspensión del ascenso y el descenso se tomó conforme a derecho cumpliendo con los reglamentos y estatutos de nuestra Federación”, dice Riestra en el video. “Habrá que recordar que en la temporada 19-20 sí se suspendió el torneo, pero no por los efectos de este acuerdo, sino por los efectos de la pandemia y que fueron los propios clubes de Expansión, quienes para no entrar en una quiebra técnica, solicitaron la creación de un fondo de rescate”.

El directivo de la FMF añadió que, en ese momento, la situación financiera de los equipos de la Liga de Ascenso era precaria, la mayoría deficitarios en sus cuentas y no podían subsistir. En otras palabras, la decisión tomada en ese momento los salvó de una desaparición casi garantizada.

En entrevista con Sports Illustrated México, José Loyola, director de Finanzas de la FMF, sostiene que la puerta del ascenso no está cerrada. 

“Se estableció un proceso de revisión de requisitos y con un comité que toma la determinación para certificar a los clubes”, dice.

Entre los requisitos para lograr esa certificación, deben contar con una “infraestructura adecuada” que incluya casa-club y un estadio con capacidad mínima de 15,000 personas y, en caso de lograr el ascenso, crecer hasta los 20,000 asientos. También deben contar con divisiones inferiores, equipo femenil y otros requisitos que van más allá del mérito deportivo.

Desde la suspensión del ascenso, han habido tres procesos de certificación (2022, 2023 y 2024), en donde seis equipos lograron todos los requisitos. 

“En la última temporada tuvimos dos clubes certificados: los Leones Negros de la Universidad de Guadalajara y el Club Atlante”, indica Loyola, quien admite que se requiere que cuatro clubes de la Liga de Expansión MX obtengan la certificación para lograr el ascenso cuando obtienen el título de campeón de campeones, es decir, ganar los dos torneos o un partido entre ambos campeones de la temporada.

En los últimos días, se informó que Atlante era el único equipo que había iniciado el proceso de certificación. Ocho de 10 de los equipos que tenían esa posibilidad se negaron a participar: Leones Negros, La Paz, Alebrijes, Tepatitlán, Zacatecas, Morelia, Mérida y Cancún. Además Tlaxcala, Irapuato y Tampico Madero participan como invitados, sin acceso al proceso. Dorados y Tapatío están excluidos por la regla de multipropiedad. Cimarrones y Celaya se encuentran congelados este año por decisión de la propia liga.

El ascenso y sus finanzas

En la sala del hotel, los seis hombres se mantienen en sus lugares. Sus posturas se endurecen conforme avanza la entrevista y acusan que los directivos de la FMF han creado un sistema que no les ayuda a obtener ingresos. Parte de su lucha por conseguir el ascenso es buscar finanzas sanas.

“Es una situación económica y financiera muy compleja porque los clubes operan con números rojos, operan con pérdidas con todo y que reciben apoyo importante de la Federación Mexicana de Futbol”, contrapone Loyola, el director de finanzas de la federación, en referencia al fondo de 20 millones de pesos anuales que reciben los clubes de Expansión desde hace cinco años.

Los equipos del ascenso afirman que invirtieron dinero en el desarrollo de sus instalaciones como respuesta al requisito de mejora de su infraestructura, la estabilidad económica y la certificación en otras áreas para aspirar a la Primera División. 

“Nosotros compramos bajo la promesa de que habría ascenso”, asegura Eduardo López, el vicepresidente de Mineros. “Nos hicieron cumplir una serie de requisitos interminables y nos hicieron invertir en mejorar el estadio, se aumentó el aforo de 15 a 20 mil personas, en butacas, se remodeló. Nos hicieron hacer una ciudad deportiva, una inversión de 2 y medio millones de dólares, ¿para que hora te digan que no hay ascenso?”.

Daño patrimonial, acusa el directivo, un señalamiento que alude a la inversión realizada y las promesas incumplidas de la federación. No está solo en ese reclamo.

“Invertimos también mucho en el estadio, más de 2 millones y medio de dólares”, reclama en eco Giovanni Solazzo, de Cancún FC. “Seguimos invirtiendo y mejorando nuestra imagen, nuestro club, nuestra empresa, porque nos prometieron ir a Primera División”. 

Rodolfo Rosas, presidente de Venados, refuerza el mensaje con señales de juego poco limpio desde la Primera División, especialmente de trabas de algunos clubes.

“Equipos que eran los que estaban abajo (de la tabla de la Liga MX) y los que realmente tenían intereses (para no tener ascenso) y ellos son los que calificaban esa certificación, entonces, ahí hay un claro conflicto de intereses, por supuesto que nos ha debilitado económicamente”, dice.

Loyola, de la FMF, describe que el comité de certificación lo integran 10 personas. “Cuatro representantes de clubes de Expansión MX, cuatro representantes de clubes de Liga MX, el presidente ejecutivo de Liga MX (Mikel Arriola), el director de la Liga Expansión MX y un consultor externo”.

Entre los aspectos que afectan los ingresos de la liga de Expansión está la venta de boletos, pues los directivos aceptan que sin ascenso, el interés baja durante el torneo y en las finales son mejores, pero también se ven mermados. 

Según datos de la propia FMF, la asistencia promedio en el Clausura 2025 en la Liga de Expansión fue de 4,563 aficionados. En el acumulado de los partidos de la final, en la que se enfrentaron Leones Negros y la Jaiba Brava, hubo 59,533 asistentes.

“Fuimos campeones con estadio lleno”, afirma Castellanos de la UdeG. “Y vamos al campeón de campeones en el mismo estadio con 8,000 personas en el partido de ida entre Tapatío y nosotros, ellos como local; en la vuelta, donde se debería estar jugando el ascenso a primera división, había menos de 15,000 personas”.

Con esa explicación, el directivo pretende ilustrar el impacto del ascenso en las entradas. Sin algo que jugarse, los aficionados abandonan al equipo en esos partidos que en otra época eran clave para su destino deportivo y financiero.

Castellanos recuerda que en la Liga MX el promedio de asistencia, los últimos tres años, fue de 20,000 aficionados. Solo siete equipos de la Primera División tienen un promedio más elevado: Tigres, Rayados, Chivas, Cruz Azul, Toluca, Tijuana y América. El resto de los equipos de la liga batallaría para cumplir con los requisitos que demanda la FMF.

Otro aspecto que exigen los directivos de Expansión es que se pueda negociar a sus mejores futbolistas, pues la queja es que miembros de la federación no les permiten obtener ganancias a través de la compra y venta de sus jugadores.

“Nos gustaban tres jugadores de Zacatecas e hicimos una oferta con el valor de mercado”, comenta Solazzi. “Nos marcaron desde arriba y nos dijeron claramente: ‘ya, paren la oferta, los jugadores de Liga Expansión no se compran, hay préstamo libre, pero no se compran’”.

¿La razón? 

“Si vas a comprar jugadores de Liga Expansión, pues vas a subir el precio y nosotros no lo queremos. Los jugadores de Expansión son gratis’”, relata el directivo de Cancún sobre la respuesta que recibió en su momento. 

Los jugadores de Liga de Expansión prefieren jugar en ligas amateur de Estados Unidos o incluso Centroamérica porque les pagan mejor que en México, debido a la falta de recursos causada por la ausencia de ascenso y descenso, explican los dueños de los equipos.

“¿Cuál es el valor más importante de una liga de ascenso? El ascenso. No hay ascenso, el aficionado dice: ‘¿A qué voy a ver, si no gana nada?’. No se juega nada”, señala Eduardo López de Mineros.

En la época en la que sí existía el ascenso, Castellanos afirma que su jugador más caro ganaba unos 200,000 pesos mensuales. Ahora, ninguno de sus futbolistas recibe más de 100,000. El promedio, concuerdan los directivos y dueños de la Liga de Expansión, está entre los 40 y 50,000 pesos.

“Por eso los chavos terminan yéndose a la talacha a Estados Unidos, porque finalmente el ecosistema los está matando”,  critica Castellanos. “¿De qué sirve que seas bueno, de qué sirve que puedas llegar a una categoría profesional si realmente no vas a poder vivir de eso?”.

La postura de la FMF, en voz de José Lozoya, parece condenar a los equipos de Expansión en el terreno económico.

“¿Van a aguantar estos clubes el compromiso que implica estar en la división arriba?”, cuestiona. “Es toda la infraestructura de fuerzas básicas, toda la infraestructura de femenil, todas las condiciones de los estadios, todas las condiciones de los campos de entrenamiento, porque lo que queremos también es tener una Liga MX que sea un producto mundial”.

Para lograrlo, no obstante, el piso es complicado. La Liga de Expansión recibe mucho menos dinero por derechos de televisión que otras de segunda división en países como Inglaterra, España, Italia y Brasil, según estudios de Deloitte y datos de Football Benchmark.

“La gran diferencia son los derechos televisivos, que en nuestro caso es de casi 100 veces (respecto a la Liga Mx). En otros países estamos hablando de 5, 10, 20 veces.”, asevera el directivo de Cancún.

Para dimensionar las diferencias, los directivos disidentes coinciden en que toda la Liga de Expansión no vale siquiera el equivalente a los derechos de transmisión de un solo equipo de Primera División, alrededor de 10 u 11 millones de dólares. En su mejor momento se les pagó entre 3.5 y 4 millones de dólares.

La cancelación del contrato con Univision en Estados Unidos se produjo después de que la Liga de Expansión exigiera jugar los partidos en fines de semana. Por ahora, todavía no hay una solución en el tema de derechos para el próximo torneo. Atlante es el equipo que ya informó sobre quién transmitirá sus partidos. Además, la liga mandó un comunicado sobre los 15 equipos que jugarían la próxima temporada, sin embargo, en los últimos días, Irapuato tuvo problemas con el tema de su estadio, aunque sí podrá jugar.

Un aspecto que también se retrasó fue el calendario, que se dio a conocer hace unos días tras la negativa de que Cimarrones y Celaya fueran admitidos para competir en este torneo y también se les negó la venta de sus franquicias rumbo a Tampico y Veracruz, respectivamente, por El Comité Ejecutivo y la Asamblea General de la Federación Mexicana de Futbol.

“Es el ecosistema financiero que crearon. Menos derechos de televisión, menos ingresos de patrocinios, menos ingresos de taquilla por falta de interés de todos los entes, incluso los futbolistas, no tenemos ingresos, no les podemos pagar lo que les corresponde, terminan yéndose a jugar a ligas amateurs de Estados Unidos, a jugar en la Talacha porque les pagan mejor, es un ecosistema que ellos fabricaron”, concluye Eduardo López de Mineros de Zacatecas.

La radiografía del abismo en el que se encuentra la División de Expansión se recrudece para el Apertura 2025, el torneo que está por empezar: los clubes recibieron un primer revés en el TAS; arrancarán sin los dos millones de pesos mensuales que recibían del fondo de mejoras y jugarán con la incertidumbre que viene en los próximos meses, pues la resolución final acerca de su derecho al Ascenso se definirá entre septiembre y diciembre.


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Mario Palafox
MARIO PALAFOX

Editor SR en Sports Illustrated México. 25 años de experiencia en medios. Ha cubierto 4 Copas del Mundo, Juegos Olímpicos, Fórmula Uno, NBA, NFL.

Tlatoani Carrera
TLATOANI CARRERA

Editor general de Sports Illustrated México.