Valentina Murrieta, el corazón bajo los guantes

Valentina Murrieta no solo ataja penaltis: transmite calma, carácter y compañerismo. A los 17 años ya es figura mundial y símbolo de una generación que no se rinde.
Valentina Murrieta, al centro, la chica de 17 años que es símbolo de una generación que no se rinde.
Valentina Murrieta, al centro, la chica de 17 años que es símbolo de una generación que no se rinde. / FIFA.com

Su cabello es castaño oscuro, ondulado y lo lleva suelto. Tiene una expresión serena, amable, con algo de introversión; transmite cercanía sin buscarla. Sus ojos brillan en sintonía con una sonrisa ligera que dibuja hoyuelos en las mejillas. Mira de frente, enfocada, tal como se observa el viaje del balón.

Valentina Murrieta posee un don más allá de su vida deportiva. Ella parece estar consciente —o al menos da pistas de esto— cuando reconoce tener cierto encanto natural para transmitir seguridad. “Los gatos se me acercan solitos”, revela. “También me ocurre con los perros, incluso con los bebés; me buscan mucho”, añade la portera que en 2025 ganó el Guante de Oro e hizo historia al atajar tres penaltis en un mismo encuentro —frente a Italia—, en la Copa del Mundo Sub-17.

El gusto por la portería, ya lo ha comentado, proviene de ver jugar a su padre. Sin embargo, el carácter determinado e indomable es herencia en vida de su madre. Valentina afirma ser un retrato de ella. En aquella casa de Álvarado, Veracruz, donde ella creció, la voz dominante fue la de mamá. Ella le enseñó a no rendirse.

Te recomendamos: Valentina Murrieta, la portera que hace soñar a México

Una derrota por goleada, el mayor triunfo

Esa resistencia moldeada a la voz de mamá se puso a prueba temprano. Al futbol jugaba con niños. Le dieron fuerte. Intentaron persuadirla de abandonar un juego “de hombres, no de niñas”. Sin embargo, ahí estaban sus padres y sus enseñanzas. Valentina, además de permanecer en el juego, aprendió a enfocarse solo en aquello que es capaz de controlar.

“Tengo un partido marcado de por vida. Nos golearon, pero saqué muchísimas, saqué más pelotas que los goles que me metieron. Después de ese partido me di cuenta de que sí puedo porque no fueron goles en los que yo hubiera podido haber hecho más. Me marcó de por vida darme cuenta de que sé hacerlo y que lo pude lograr, entonces, ¿por qué no seguir por más?”, recuerda Valentina, quien ya desde entonces comenzó a formar un corazón con sus manos y dirigirlo a la grada donde sus padres lo reciben. Es un gesto cómplice que desde niña cultivó con papá.

Marruecos, inolvidable. Valentina volvió de la Copa del Mundo Sub-17 con el trofeo Guante de Oro.
Marruecos, inolvidable. Valentina volvió de la Copa del Mundo Sub-17 con el trofeo Guante de Oro. / FIFA.com

La anécdota trae al presente el recuerdo de su programa infantil favorito: Pucca y Garu, una serie animada surcoreana en la cual su protagonista destaca por su carácter y actitud firme frente a los problemas. “Pucca es muy fuerte y nunca se rinde”.

—¿Entonces Valentina Murrieta no se rinde?

—¡Jamás! Por más difícil que sea, siempre voy a buscar una solución o una salida.

México de bronce, Valentina de oro

Gracias a esta determinación, a su “¡Jamás me rindo!”, aquel 2 de noviembre de 2025 se convirtió en una estrella en ciernes. Aquella noche en Marruecos, Valentina Murrieta atajó tres tiros de penalti en el encuentro de cuartos de final frente a Italia y sostuvo a la Selección Nacional para avanzar a las semifinales de la Copa del Mundo Sub-17. México finalizó aquel torneo en tercer lugar, lo cual, por supuesto, enorgullece mucho a la protagonista de esta charla.

“Siempre me han dicho que es mejor aprender ganando que aprender perdiendo. Para mí esa medalla de bronce es como una victoria. Claro que hubo derrotas, pero sí vi como una victoria, saber de que estamos en el top tres del mundo y lograrlo cambia un poco la historia de México, por eso lo tomo como una victoria”.

—¿México habría logrado ese tercer puesto sin Valentina Murrieta?

—Yo creo que sí. Yo tenía mucha fe en mis compañeras y no era solo yo la que jugaba, sino éramos 21, contando a las que estaban en el banquillo apoyándonos. Si no hubiera estado yo, ellas lo iban a sacar porque tenían la misma garra que yo.

Valentina ríe y los hoyuelos de sus mejillas asoman. Lo hace ante el acto reflejo de quien le entrevista y espontáneamente le recuerda —como si fuera necesario hacerlo— que no cualquiera ataja tres penaltis en el mismo partido. Ríe cómplice de sí misma porque lo sabe, pero no lo dice porque su carácter y liderazgo siempre va de la mano con el trabajo en equipo.

Este es uno de los rasgos por los cuales la firma deportiva Nike la eligió como figura emblema. El día de esta plática ella estaba en las oficinas de la empresa trasnacional para firmar un contrato. Sí, la misma compañía que algún día décadas atrás apostó por un joven talento del basquetbol estadounidense llamado Michael Jordan. “Que se hayan fijado en mí es algo muy bonito. Demuestra que estoy haciendo bien las cosas, entonces debo seguir por este camino”, relata la futbolista del Club América.

Valentina habla con Valentina

—Hagamos un ejercicio a futuro. Esta conversación se graba también en video y en unos años podrás verla y escucharte. ¿Qué le dice Valentina Murrieta a sus 17 años a la Valentina que tendrá 37 años en dos décadas?

—Yo sé que no me voy a rendir. Sé que voy a lograr debutar y triunfar en el futbol. Con la fe de mi Virgen de Guadalupe y con el apoyo de mis papás y de mi familia lo voy a conseguir, pero si no pasa, pues voy a estar muy orgullosa por todo lo que me he esforzado y logrado.

Ella no piensa en fallar. De hecho, su proyecto deportivo pasa por debutar en México y después salir a mostrar su talento, como ya ocurrió en Marruecos, en Europa.

—A los 17 años ya eres un ejemplo para muchas niñas y niños. ¿Te parece mucha responsabilidad esto? ¿Te gusta?

México, obtuvo el tercer lugar en la Copa del Mundo Sub-17 de Marruecos. Valentina Murrieta fue esencial.
México, obtuvo el tercer lugar en la Copa del Mundo Sub-17 de Marruecos. Valentina Murrieta fue esencial. / FIFA.com

—Es muy bonito saber que algunas niñas se inspiran en mí, sobre todo me gustaría que me vean como un apoyo para ayudarles a vivir sus sueños, a que luchen por ellos y a través de mí conozcan algo del camino al cual deben enfrentarse. Es una responsabilidad bonita saber que soy ejemplo para que ellas también se motiven a lograr cosas grandes.

Valentina en la pared

—Hace unos minutos hicimos un ejercicio. Le dirigiste un mensaje a la Valentina Murrieta que serás en 20 años. ¿Qué le dices hoy a la niña que no hace mucho fuiste?

—Que se sienta orgullosa porque nunca me rendí. Siempre luché por esto y estoy logrando muchas cosas que yo veía muy lejos cuando me decía “Yo eso lo voy a alcanzar cuando esté en la Primera División”. Le digo que se sienta muy orgullosa de mi presente, de que ya viví un Mundial, gané un Guante de Oro y ahora esto con Nike. Es algo muy bonito, de verdad, porque fue algo que vi muy lejos, pero gracias a Dios se logró.

—Eres de Álvarado, Veracruz. ¿Qué te emocionaría más en un futuro próximo: una niña que se llame Valentina porque eres una inspiración para sus padres, un colegio con tu nombre y apellido o una calle o avenida llamada Valentina Murrieta?

—Sería un orgullo que alguien se llamara igual que yo. Pero un homenaje que sé que me gustaría mucho es estar pintada en alguna pared. No sé si de Álvarado, de Veracruz o de cualquier lugar de México, pero ver mi imagen pintada por alguien en una pared sería muy bonito.


Published |Modified
Ángel Soto M.
ÁNGEL SOTO M.

Editor y redactor de Sports Illustrated México.