100 años de LMB sin estrellas

El Juego de Estrellas de la LMB en el estadio Alfredo Harp Helú se suspendió debido a la fuerte lluvia registrada en la Ciudad de México.
El diamante del estadio Alfredo Harp Helú es cubierto con la lona cuando iniciaba la lluvia.
El diamante del estadio Alfredo Harp Helú es cubierto con la lona cuando iniciaba la lluvia. / Screenshot X @LigaMexBeis

La lluvia arruinó la fiesta. Un centenario pasado por agua, empecinado en ser en la capital, la casa del campeón, pagó la factura de las tormentas de la temporada. La gente bailó y bebió, pero con la pelota no sucedió nada. Para nada esta noche representa 100 años de beisbol, pero sí en parte lo que este deporte y la liga se han convertido.

El agua amenazó desde muy temprano. Solo el protocolo libró la lluvia. Se extendió la bandera, se cantó el himno, y se bateó en la primera entrada. Después, la nada. La lona en el diamante y las emociones… en suspenso.

Una suspensión que alargó las ansias de pelota.

Los eventos que se tenían planeados para la fiesta sucedieron de forma circunstancial: los espectaculares juegos  pirotécnicos; un espectáculo que incluyó a las mascotas; el homenaje a los que han hecho historia con la pelota. 

Todo, en un ambiente oscuro y nublado. Lejano a los festejos, ajeno a un centenario que durmió incómodo sin la pelota. 

La música sonó mientras la lluvia empapaba el campo. La esperanza no moría, pero cerca de la medianoche el pronóstico del clima marcaba el cielo nublado. Las gotas no dejaron de caer. El ánimo no se apagaba, pero el agua insistía en enfriar los ánimos.

Los héroes de los 100 años de pelota estaban en el estadio, sin embargo, no hubo fiesta. 

Las gotas de lluvia se veían en los reflectores. 

Así se mantuvo. La pelota festejó con lágrimas a sus héroes. Y así hizo una promesa por un nuevo siglo.


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