Beisbol: Tecos de Dos Laredos único equipo del mundo en ser local en dos países

Entre Texas y Tamaulipas, los Tecos de Dos Laredos, de la Liga Mexicana de Beisbol, desafían cualquier lógica territorial: Un equipo binacional que vive y compite a ambos lados del río Bravo.
En México, los Tecos juegan en el Parque La Junta, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
En México, los Tecos juegan en el Parque La Junta, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. / Tecos de Dos Laredos

La Frontera es, a menudo, un territorio de paradojas. En el sentido más estricto de la palabra, es la demarcación arbitraria que fractura la continuidad de lo que, en esencia, es como uno solo. Sin embargo, para quienes habitan sus contornos, como en los Dos Laredos, es mucho más complejo. Para ellos La Frontera es una condición permanente de ambivalencia, una categoría ontológica que desafía la lógica de los opuestos: no es exactamente esto ni del todo aquello. La Frontera es la tierra suspendida entre las contradicciones de su propia naturaleza. 

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Y es allá lejos, donde el Río Bravo abraza sus dos orillas y la diferencia entre dos países se reduce a un puente de 40 metros, que existe un equipo de beisbol tan excepcional como el lugar que lo vio surgir: los Tecos de los Dos Laredos, integrantes de la Zona Norte de la Liga Mexicana de Beisbol.

Su sola existencia constituye una disrupción en las categorías habituales del deporte profesional: son el único equipo en el mundo que juega como local en dos países: lo hacen en el Parque La Junta, ubicado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y en el Uni-Trade Stadium de Laredo, Texas, como si el trazado geopolítico que separa a México de Estados Unidos no tuviera más injerencia que la de un tedioso trámite burocrático cuando se trata de jugar a la pelota. 

Lo que para cualquier organización significaría una pesadilla logística, para este club binacional se ha convertido en una rutina cuidadosamente orquestada. “Para nosotros una semana en casa, cuando hay juegos de martes a domingo, implica un desgaste físico bastante importante, pero lo hacemos con mucho gusto”, dice Armando Lozano, gerente general de los Tecos en México

Lozano explica que parte del staff del equipo radica en Nuevo Laredo y otra en Laredo, Texas, lo cual implica que, cuando el equipo juega en el Uni-Trade Stadium, quienes viven del lado mexicano deben cruzar la frontera a primera hora —alrededor de las nueve de la mañana— para iniciar sus labores. “Hay una opción aquí que es un cargo preferencial que nos permite no hacer largas filas, pero hay personal que no tiene esa ventaja, entonces se implica que ese personal cruza a pie el puente, una van del equipo los espera del otro lado y los lleva al estadio”, detalla el gerente. 

En Estados Unidos, los Tecos juegan en el Uni-Trade Stadium de Laredo, Texas
En Estados Unidos, los Tecos juegan en el Uni-Trade Stadium de Laredo, Texas / Foto: Cortesía Tecos de Dos Laredos

En el estadio vecino se instalan durante todo el día para cumplir las labores administrativas hasta que, a las seis y media de la tarde que se abren las puertas del estadio, comienza el despliegue operativo propio de cada juego. Después de que cae el out 27 —si es que el encuentro no amerita de entradas extras—  los miembros del equipo mexicano emprenden el retorno, alcanzando sus hogares pasada la medianoche, si todo se extiende sin contratiempos.

Un ritmo fronterizo, meticuloso y exigente, que se repite varias veces por semana, varias veces al año a lo largo de la temporada. No hay, en el mundo, otro equipo con tal singularidad operativa. 

La historia de la organización, como la de tantos símbolos forjados en los márgenes del mapa, comenzó con un acto fundacional que parecía ordinario: en 1940, en la ribera mexicana del río Bravo, nació el equipo La Junta de Nuevo Laredo. En 1949 el equipo cambió su nombre a Tecolotes —que significa Búho o lechuza— en honor a que fueron el primer equipo en jugar encuentros nocturnos en México.

Sin embargo, fue en 1985 cuando Cuauhtémoc ‘Chito’ Rodríguez, patriarca del club y artífice de sus transformaciones más hondas, propuso la idea de que el equipo se trasladara también al otro lado de la frontera. “Nos dimos cuenta de que la afición de Laredo, Texas, estaba yendo a los juegos de Tecolotes en Nuevo Laredo y también que los medios de difusión le daban cobertura quizá igual o mejor que los medios de Nuevo Laredo. De ahí nos nació la idea de: ‘¿por qué no jugamos en Laredo, Texas?’”, declaró el ex dirigente en 2024, cuando le fueron entregadas las Llaves de la Ciudad de Laredo

Desde entonces, los Tecos han sostenido ese delicado equilibrio con una precisión que, en honor a la verdad, raya en lo admirable. En la temporada 2025 de la Liga Mexicana de Beisbol, explica Lozano, de sus 45 juegos como local, 22 se disputarán en el Parque la Junta de Nuevo Laredo, y 23 en el Uni-Trade Stadium en Laredo, Texas

A simple vista, la alternancia de estadios parecería una curiosidad pintoresca. Pero en realidad implica una estructura organizativa de enorme complejidad. Aunque cada cruce es un recordatorio de la excepcionalidad del equipo.

Este modelo ha sobrevivido a crisis de seguridad, presiones políticas, pandemias, cambios administrativos y dificultades financieras. Ha persistido gracias a una voluntad compartida por directivos, aficionados y autoridades de ambos países, que comprenden que los Tecos son un emblema de entendimiento en tiempos de discordias migratorias

La afición de los Tecos en el Parque La Junta, en Nuevo Laredo
La afición de los Tecos en el Parque La Junta, en Nuevo Laredo / Cortesía: Tecos de Dos Laredos

Detrás de cada serie, cada pitcheo y cada out, hay una red de acuerdos discretos que sostienen la viabilidad de lo extraordinario.

“Tenemos una muy buena relación con autoridades mexicanas y americanas. Y se les ha apoyado a todos los equipos de la Liga Mexicana en coordinación con el consulado americano en Nuevo Laredo, para que todos los equipos que nos van a visitar en giras se acerquen con nosotros y les podamos dar las facilidades para que los jugadores que no tengan una visa la puedan obtener”, explica Lozano. “Afortunadamente nunca hemos tenido ningún problema. Nosotros no nos metemos en política ni del lado mexicano ni del lado americano, hay una excelente relación con las autoridades de ambas ciudades y nunca incumplimos ninguna regla que pudiera ocasionar que haya algún tipo de sanción hacia el equipo o hacia el personal, nos queda claro cuáles son nuestras obligaciones y responsabilidades”, concluye. 

Después de los trámites, después del papeleo, después de la burocracia, todo queda reducido a su mínima y más esencial expresión: el juego. Y es ahí donde el contraste entre ambos estadios se vuelve inevitable.

Armando dice, por ejemplo, que la tortilla sabe diferente del otro lado de la frontera. No es mala, aclara, solo diferente.“Falta la tierrita acá de este lado para que tenga ese sabor tan único y tan representativo de México, creo yo que los ingredientes, aunque pueden ser muy similares, no son los mismos”, admite. 

En el lado mexicano, el Parque La Junta —con capacidad para poco más de dos mil espectadores— todavía conserva una atmósfera íntima, local, nostálgica: gradas modestas, comida típica del norte de México como tacos de carne asada, la carne seca, los elotes desgranados, y un público fervoroso que canta, baila, suena las matracas y aplaude sin cesar. 

El Parque La Junta es uno de los más tradicionales de la Liga Mexicana de Beisbol
El Parque La Junta es uno de los más tradicionales de la Liga Mexicana de Beisbol / Cortesía: Tecos de Dos Laredos

En Texas, el Uni-Trade Stadium —inaugurado en 2012— ofrece una experiencia bastante más contenida, y mesurada, acorde a los estándares de un parque moderno. Sus instalaciones amplias albergan una oferta gastronómica que refleja la convivencia cultural de la región, al tradicional barbecue, se suman alternativas tex-mex como nachos con queso, chili dogs, burritos.

Allí, como en el Parque La Junta, ondean ambas banderas y se entonan los dos himnos antes de cada juego —primero el del país en que se juega—, como recordatorio ceremonial de que este equipo responde a una identidad compartida

No hay en la historia del deporte profesional otra franquicia que haya sostenido un modelo binacional de esta envergadura por tanto tiempo y con tanto éxito. En tiempos donde se insiste en levantar muros, los Tecos siguen apostando por la practicidad de los puentes. 

Resulta inevitable pensar que algo así sólo podía surgir en estas latitudes. Porque en La Frontera las categorías se mezclan, las leyes que delimitan territorios se doblan, las identidades se superponen. La vida fluye en función de un río.

Ya lo dijo Juan Gabriel, que entendió, mejor que nadie, el alma del norte: “Todo es diferente en La Frontera, en La Frontera, en La Frontera…”


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Alejandra González Centeno
ALEJANDRA GONZÁLEZ CENTENO

Reportera y creadora de contenido en Sports Illustrated México.