La medalla mundial que cambió la vida de las gemelas Lía y Mía Cueva

Cuando caminan por la calle las detienen para pedirles autógrafos o fotos. Les preguntan: “¿Ustedes son las gemelas?’’. Sus rostros se han vuelto conocidos públicamente gracias a su éxito como clavadistas, especialmente desde que, hace unos días, obtuvieron su primera medalla mundial con tan solo 14 años.
Las gemelas mexicanas Lía y Mía Cueva Lobato platican con Sports Illustrated México. Acaban de llegar tras más de 20 horas de vuelo desde Singapur. Apenas aterrizaron y fueron recibidas en el aeropuerto, las. Trasladaron directamente a estudios de televisión. A pesar del evidente cansancio en sus rostros, esbozan una discreta sonrisa.
“Ha cambiado mucho nuestra vida, somos más disciplinadas y nos toca estar más en el deporte y más concentradas, pero nos gusta”, comenta Lía sobre el giro inesperado después de su primera medalla en la Copa Mundial de Guadalajara y esta última en el Campeonato Mundial de Singapur. “Ha sido muy diferente, muchas entrevistas, es algo nuevo. Nos felicitan por todo”, agrega Mía.
“Ha sido bonito que estás en la calle comprando y te reconozcan y nos digan: ‘¿ustedes son las gemelas?’”, cuentan con una sonrisa. Ambas portan con orgullo la medalla de bronce que conquistaron desde el trampolín 3 metros sincronizados. Son las clavadistas más jóvenes de la delegación mexicana.
Al principio, todo comenzó como un juego para las hermanas de clavadistas mexicanas Lía y Mía Cueva Lobato. Ellas estaban practicando gimnasia cuando les empezaron a invitar a la piscina, diciéndoles: "Vengan a jugar, a meterse un rato a la alberca.” Un día, el laureado entrenador Iván Bautista comenzó a enseñarles algunos pequeños saltos. A medida que pasaba el tiempo, el equipo mexicano más exitoso de medallistas olímpicos —de aquella época— las motivaron más y comenzaron a entrenar de manera más formal.
“Me siento muy feliz y muy orgullosa de que se haya podido lograr una medalla”, dice Lía. Inmediatamente, como si lo tuvieran ensayado, Mía continúa: “Yo también muy satisfecha de que se haya logrado”.
Cuando eran pequeñas, a menudo se distinguían por dos detalles: Lía es la hermana mayor, nació un minuto antes que Mía el 21 de enero de 2011 en punto de las 09:00 horas y Mía; a las 09:01 horas, la menor de las gemelas se distingue porque tiene una oreja con una forma de pequeño corazón, que la hacía diferente.
Aunque el parecido entre ambas es idéntico, Lía se distingue como la hermana mayor: siempre responde primero y quien lleva el conteo cuando están arriba del trampolín.
Su familia viajó con ellas para verlas desde las tribunas. “Se siente mucho orgullo representar a México y que te esté apoyando tu familia”, expresa Mía. “Sentí mucha emoción porque trabajamos mucho para poder estar ahí y se logró. Y con mi familia se siente mucho mejor”.
Sobre cómo controlar los nervios, aseguran que cada vez lo manejan mejor en las competencias. “Sí hay presión, pero me siento tranquila, puedo controlar mejor mis nervios”, dice Lía. “Es hacer lo que sabes hacer”, completa Mía.
Tiempo para la diversión fuera de fosa de clavados “no hay tanto”, pero cuentan que de vez en cuando salen con su familia a comer a una plaza comercial y que tendrán vacaciones después de competir en los Juegos Panamericanos Jr en Asunción 2025.
Lía tiene claro que le gustaría estudiar biología marina o algo relacionado con el espacio. Mía , en cambio, no se preocupa por eso todavía; por ahora, no es una pregunta que se haga.
Hay algo que las dos tienen claro y que responden al unísono, casi como un coro ensayado: “¡Ganar una medalla en Los Ángeles 2028!”.
