La metamorfosis de Tonatiu López

Tonatiu López pasó de odiar el atletismo en su infancia a convertirlo en su vocación tras su primer Mundial Sub 18 en 2013, una experiencia que le abrió el panorama y cambió su relación con el deporte. Su historia es la de una transformación inesperada: del desinterés total al compromiso que hoy sostiene su trayectoria internacional.
El mexicano Tonatiu López cambió los 800 m por los mil 500 metros.
El mexicano Tonatiu López cambió los 800 m por los mil 500 metros. / Adam Nurkiewicz/Getty Images for IAAF

A pesar del éxito temprano, el atleta mexicano Tonatiu López confiesa que odiaba el atletismo durante la niñez y adolescencia. No le gustaba, su madre lo llevaba a los entrenamientos a la fuerza. Esta aversión inicial al deporte —que duró de los 8 hasta los 15 años— contrasta con su posterior dedicación y éxito, que atribuye a la primera experiencia de competir en un Mundial.

Su entrenador de “tochito bandera” sugirió a sus padres que lo llevaran una carrera de atletismo de calle, la cual ganó. Inicialmente, Tonatiu practicó pentatlón y tras años sin éxito en esta disciplina se cambió a la prueba de los 800 metros planos, donde en su primer año se convirtió en subcampeón nacional, marcando el inicio de su carrera en los 800 metros —ahora en los mil 500.

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"Estoy aquí gracias a mi mamá, porque ella fue la que me llevaba siempre".

Tonatiu López, atleta olímpico

"Al final de cuentas son cosas que me ha dado el deporte. Por por mi cuenta nunca hubiera visitado tantos lugares en mi vida".

Tonatiu López, atleta olímpico

Pese a ser campeón nacional consideraba el deporte como “enfadoso” “cansado” y “aburrido”. Amenazaba a su familia con dejarlo cada año y estaba “totalmente desinteresado de todo”. Su perspectiva cambió drásticamente cuando tras ganar una Olimpiada Nacional en Tijuana clasificó a su primer Mundial Sub 18, en Ucrania, en aquel 2013. Lo que le hizo “agarrar el gusto” por el atletismo y le “abrió el panorama” sobre las posibilidades que le ofrecía el deporte.

Lejos de tener una participación óptima y aunque su desempeño no fue el mejor, esta experiencia le cambió. Ver atletas de diferentes países, culturas e idiomas lo inspiro y le hizo ver el atletismo como una posible vida. Cambió su actitud hacia el entrenamiento y el deporte, que empezó a disfrutar “por gusto”. Este evento marcó el inicio de su participación regular en las competencias internacionales casi todos los años a partir de entonces.

Japón es otro país que por su cultura, el respeto a la naturaleza y el silencio lo hizo sentir “como en otro mundo” y lo llevó a reflexionar sobre la aplicación de estos valores en su vida. Luego su experiencia como turista durante el Mundial de Londres 2017, donde a pesar de ser eliminado rápidamente, tuvo la oportunidad de visitar la ciudad deseando volver.

El deporte le ha permitido a Tonatiu viajar y conocer diversas culturas, algo que no hubiera hecho por cuenta propia. 

"Ese niño se esforzaba mucho, le echaba ganas, cuando tenía que competir lo hacía de la mejor manera".

Tonatiu López, atleta olímpico

Convertir el dolor en aprendizaje

Tonatiu explica su forma de asimilar las derrotas como la lesión que sufrió en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. El dolor del desgarre en el muslo derecho, la decepción y el dolor mental—especialmente porque su familia lo veía competir por primera vez—. Su mentalidad lo llevó a pensar inmediatamente en qué mejorar para el siguiente año. Esta actitud de autoreflexión y búsqueda de mejora constante es una característica que lo define.

Su método implica asumir responsabilidades, ser muy sincero consigo mismo sobre su desempeño como “no entrené tan bien”, “no descansé muy bien” y trabajar con su entrenador para encontrar soluciones y aprender de sus errores, con el objetivo de que no vuelvan a ocurrir, especialmente en un deporte medible como el atletismo.

Esta búsqueda constante de mejora puede ser frustrante cuando no se logran avances. Tonatiu lo considera parte del proceso un precio “muy alto a pagar” por dedicarse al alto rendimiento.

Los momentos que más disfruta a menudo no son podios. Un campeonato centroamericano y una victoria en un Mundial Universitario en 2017, por ejemplo. Este triunfo fue particularmente significativo porque ocurrió después de “una mala experiencia” en el Mundial de Londres de ese año. Esa victoria en la competencia universitaria fue un “gran alivio” y una forma de “salvar” un poco el año, más que una alegría por el logro en sí.

Pese al revés del Mundial de Londres fue un año importante, por primera vez alcanzó el puesto número uno en el ránking mundial, lo que considero un “golpe de realidad”, pero también una confirmación de que estaba “en la pelea”. El disfrute a menudo proviene de logros personales, como alcanzar el ránking mundial o un tiempo especifico más que los podios, que considera “logros” significativos.

Su lugar de entrenamiento principal está en Hermosillo, en la Universidad de Sonora. La pista fue tierra por muchos años y solo hace tres se convirtió en tartán. A veces se desplaza a lugares como en CNAR de la Ciudad de México, Tlaxcala, Querétaro o Puebla para entrenar. 

Tonatiu explica que Sonora es “muy caliente”, lo que obliga a entrenar muy temprano o muy tarde para evitar el sol. Él prefiere entrenar a las 9 de la mañana, lo que le ha llevado a tener que mojar sus zapatillas para evitar ampollas debido al calor extremo de la pista y a beber grandes cantidades de agua —unos 4 litros en dos horas—. Su preferencia por entrenar a las 9:00 horas se debe a que le gusta desayunar y volver a dormir antes de entrenar para no perder el apetito para la comida principal.

Sus acciones reflejan su necesidad de concentración y control en el entorno competitivo. En los Juegos Olímpicos de París 2024 se mantuvo aislado, leyendo y descansando para preservar su enfoque. Le gusta ordenar la cama en los hoteles. Lo hace para tener “paz mental” y como “recompensa o consuelo” al regresar de una competencia. Durante sus trayectos evita distracciones.

Por lo general, no asiste a ver otras pruebas porque prefiere mantenerse concentrado. En París solo fue a ver la Final de los 800 metros al considerar que era algo que “tenía que hacer sí o sí”. En lugar de ver otras competencias optaba por actividades solitarias como leer un libro o descansar en su habitación. Un reflejo de su naturaleza reservada y su enfoque en la preparación mental y física para su propio rendimiento.

Tonatiu expresa gratitud a ese “chamaquito” por haberse esforzado a pesar de que durante muchos años odió el deporte y quería abandonarlo. Su éxito actual lo atribuye a la perseverancia de su “yo más joven”, incluso si sus motivaciones eran externas como una pequeña beca o la insistencia de su madre que lo llevó a entrenar pese a su resistencia.


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Yarek Gayosso
YAREK GAYOSSO

Periodista en Sports Illustrated México, con 13 años de experiencia cubriendo eventos de gran magnitud como los Juegos Olímpicos de París 2024.